La Biblioteca Nacional del Perú (BNP) es una institución pública ubicada en la ciudad de Lima, y que depende del Ministerio de Cultura, entidad ejecutiva del Estado Peruano. Alberga una colección de libros, periódicos, revistas, manuscritos, diversos documentos históricos, públicos, comunales y particulares; filmes, fotografías y otros análogos, erigiéndose así como orgullo y símbolo vivo y útil de la nación peruana.
Actualmente cuenta con dos sedes, ambas en la capital del Perú y abiertas al público: la más moderna ubicada en la Avenida de la Poesía, en el distrito de San Borja diseñada por el arquitecto peruano Franco Vella, proyecto ganador del Hexágono de oro en la XII Bienal de Arquitectura del Perú en el año 2006, y el edificio original situado en la Avenida Abancay en el distrito de Lima.
En 1821 el general don José de San Martín y Matorras fundó en Lima la Biblioteca Nacional del Perú, como consecuencia de una iniciativa de su Ministro de Guerra y de Gobierno, Bernardo de Monteagudo, mediante el "Decreto de Creación de la Biblioteca Nacional" de 28 de agosto del mismo año. La saludó como: "(...) uno de los medios más eficaces para poner en circulación los valores intelectuales". El mismo San Martín dona cerca de 700 libros a la biblioteca, en tanto que Monteagudo donó su biblioteca personal.
En sus inicios la biblioteca contaba con 11000 libros que provenían de las confiscaciones que realizaron las autoridades del Virreinato del Perú a la orden de los jesuitas, que fueron expulsados de los dominios españoles en 1767. La orden de los jesuitas mantenía una biblioteca copiosa de diversas ciencias y humanidades en Lima.
Sin embargo, la BNP ha debido enfrentar duros acontecimientos a lo largo de su historia.
Entre 1823 y 1824, en medio del proceso de consolidación de la independencia del Perú, sufrió el ingreso de las tropas realistas a Lima, lo que ocasionó la pérdida de buena parte de la colección con la que contaba al momento de su inauguración.
Posteriormente, el 10 de marzo de 1881, tras la entrada y ocupación de Lima por parte del ejército chileno durante la Guerra del Pacífico, la tropa chilena comenzó a ocupar diversos recintos culturales, entre ellos la Biblioteca de Lima, lugares desde los cuales se incautaron objetos y bienes científicos y culturales, tales como instrumentos, herramientas, mobiliario y libros con el fin de ser llevados a Chile, por vía marítima. La biblioteca contaba con una cifra estimada de unos 35000 a 50000 volúmenes, entre los cuales se encontraban incunables, manuscritos y libros que habían sido impresos por primera vez en América, allí también se encontraban las Memorias de los Virreyes (documentos que cada virrey del Perú realizaba después de su mandato). Dicho material fue objeto de requisición por parte de las tropas chilenas; sin embargo, varios textos de la biblioteca así como material científico, se perdió en las aduanas en el trayecto a Chile, ya que la prioridad era el armamento, quedando un buen número en manos de particulares en territorio peruano.
A Chile arribaron, en dos envíos de la Intendencia General del Ejército, un total de 103 grandes cajones y otros 80 bultos, que fueron recibidos y catalogados por Ignacio Domeyko y Diego Barros Arana, y en agosto de 1881 se publicó el inventario realizado, bajo el título "Lista de libros traídos de Perú", en el Diario Oficial.
A fines de noviembre de 1883, Ricardo Palma fue nombrado director de la BNP. A los pocos días, Palma informó que quedaban poco más de 700 libros en la biblioteca. El mismo Ricardo Palma, casi en solitario y personalmente, realizó una campaña de recolección de libros de casa en casa, lo cual le llevó a ganarse el mote de "el bibliotecario mendigo".
En 1884, la biblioteca fue reinaugurada. Ese año, Ricardo Palma solicitó a Chile la devolución del material sustraído por las tropas chilenas, lo cual tuvo eco en Santiago y, por orden del presidente Domingo Santa María, recibió la devolución de 30000 libros. De todos modos, diversos libros peruanos permanecieron en Chile mucho después y los gobiernos de ambos países iniciaron conversaciones para su devolución.
A su vez, por órdenes del Gobierno peruano, el arquitecto Michele Trefogli reformó substancialmente el edificio de la Biblioteca Nacional de Lima.
Posteriormente, otro hecho trágico ha marcado la historia en la BNP. El 10 de mayo de 1943, un incendio destruyó valiosísimo material de la Biblioteca que era, junto con las de la Ciudad de México y Río de Janeiro, una de las más ilustres de América, y redujo el edificio a escombros. En tal ocasión, su director era Carlos A. Romero, un octogenario, quien ante el abandono material y tecnobiblográfico, en su oportunidad, no hizo las denuncias correspondientes, con tal de mantener su puesto y, además, no colaboró con los jóvenes catalogadores. La BNP contaba para aquel entonces con cerca de 200000 volúmenes, incluyendo manuscritos e incunables.
Tras el incendio, el gobierno de Manuel Prado nombró a Jorge Basadre como Director de la Biblioteca Nacional. Basadre, con una paciente labor, logró levantar a la BNP de sus cenizas y la convirtió en una institución altamente técnica. El historiador tacneño emprendió la inmediata reestructuración del material bibliográfico, la formación técnica del personal y la reconstrucción del edificio principal. Creó la Escuela Nacional de Bibliotecarios en 1944 y es considerado como "El Padre de la Bibliotecología Peruana", por su contribución al desarrollo del movimiento bibliotecario en el Perú.
En 1970, se iniciaron las labores de ampliación del edificio de la BNP.
En 1986, durante la dirección de Juan Mejía Baca, se consigue el terreno para la futura nueva sede de la biblioteca, cuya construcción se inició en 1992, siendo concluida e inaugurada la nueva sede, distrito de San Borja, en 2006.
El 5 de noviembre de 2007, luego de una investigación histórica, bibliográfica y de sus catálogos, la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos de Chile, procedió a la devolución de 3788 libros originalmente de propiedad de la Biblioteca de Lima, por los sellos y rúbricas que poseían, y que se encontraban en la Biblioteca Nacional de Chile y en la Biblioteca Santiago Severín de Valparaíso.
La Biblioteca Nacional del Perú es una institución dedicada a la administración eficaz del patrimonio cultural documental bibliográfico, así como del capital universal que posee con la finalidad de coadyuvar al desarrollo cultural, científico y tecnológico, contribuyendo al desarrollo económico y social, y apoyando la formación de ciudadanos y asociaciones, informados y proactivos.
Recreando verazmente todas las raíces biográficas de los grandes literatos, hechos y hazañas de la historia del Perú, esta biblioteca es uno de los más grandes legados que don José de San Martín dejó al Perú en 1821, después de su campaña conquistadora. Hoy en día emblema Cultural a nivel Nacional.
El 17 de septiembre de 1822 se inauguró la Biblioteca Nacional, que contaba con 11 mil 256 volúmenes que procedían de la antigua biblioteca de los jesuitas y de donaciones particulares, entre ellos 600 volúmenes de propiedad del General San Martín. Como Primer Bibliotecario fue nombrado el clérigo arequipeño y brillante orador del Congreso Constituyente, don Mariano José de Arce.
Después del incendio del 10 de mayo de 1943, nombrado como Director Jorge Basadre, designa a Emilio Harth Terré elaborar los nuevos planos de la Biblioteca Nacional. El local de la avenida Abancay, sede principal cuya construcción data de mediados del siglo XX, fue declarado por el Instituto Nacional de Cultura (INC) como Monumento Histórico.
Durante 190 años la BNP ocupó el histórico local de la Av. Abancay, en el centro de la capital, ahora convertido en la Gran Biblioteca Pública de Lima.
El 27 de marzo de 2006 se inauguró un segundo y moderno local, diseñado por los arquitectos Guillermo Claux Alfaro, Franco Vella Zardín, Walter Morales Llanos y Augusta Estremadoyro de Vella, en el distrito limeño de San Borja en la intersección de la Avenida Javier Prado con la Avenida Aviación frente al Museo de la Nación del Perú. La gestión para lograrlo la inició Juan Mejía Baca cuando fue su director en 1986. En ese año se logró conseguir el terreno en San Borja para el nuevo local.
El proyecto Arquitectónico de la Biblioteca Nacional del Perú recibió la máxima distinción de la arquitectura peruana que es el Premio Hexágono de Oro en la XII Bienal de Arquitectura Peruana en el año 2006, premio otorgado por el Colegio de Arquitectos del Perú.
Mediante un Decreto Legislativo, promulgado el 31 de diciembre de 1989, se estableció que una tercera parte de la tasa de 30.00 dólares estadounidenses del Impuesto de Salida al Exterior se destinara al proyecto de construcción del nuevo local. Este decreto fue derogado en agosto de 1992. La construcción de la primera etapa de esta nueva sede se inició en enero de 1996 pero se detuvieron las obras en marzo de 1997 por falta de financiamiento.
Unos años después se realizó la campaña "Un nuevo sol para la Biblioteca Nacional del Perú" para recaudar fondos que ayuden a reiniciar los trabajos de construcción. Finalmente se retomaron en marzo del 2004.
En presencia del presidente Alejandro Toledo, el director de la Biblioteca Sinesio López y otras personalidades, el 27 de marzo de 2006 se inauguró la nueva sede de San Borja. Consta de un edificio de 20 000 metros cuadrados, depósitos climatizados para la apropiada conservación de las obras, doce salas de lectura con capacidad para 554 lectores, mobiliario especial, casilleros personales y computadoras con conexión a Internet para el uso del público. El 17 de abril del mismo año se inició oficialmente la atención al público.
En 1881, los salones de la Biblioteca fueron a servir de cuadra para uno de los batallones de las tropas chilenas de ocupación. Los libros fueron considerados botín de guerra y trasladados en parte a Chile y otros vilmente vendidos en las pulperías como papel para envolver productos.
Sale por primera vez El Boletín de la Biblioteca Nacional.
En 1944 se publica la revista Fénix.
En 1945 se publica el Anuario Bibliográfico Peruano.
En 1947 se crea el fondo «San Martín», el cual ayudaría a subvencionar a las Bibliotecas Populares Municipales de las capitales tanto de los departamentos como las de provincias. Se apertura el Departamento de Niños.
Se inician los trabajos de traslado de la colecciones a la sede de San Borja.
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