Los Budas de Bāmiyān (en idioma persa: تندیسهای بودا در باميان tandis-ha-ye buda dar bamiyaan) fueron dos monumentales estatuas de Buda talladas a los lados de un acantilado en el valle de Bāmiyān, en Afganistán central, situado a 230 km al noroeste de Kabul, a una altura de 2500 metros sobre el nivel del mar. Lo más probable es que se construyeran en los siglos V o VI; las estatuas representaban una clásica mezcla del arte greco-budista.
Los cuerpos principales fueron esculpidos directamente en la roca arenisca, pero los detalles fueron modelados en barro mezclado con paja, bañado con estuco. Este baño, prácticamente gastado desde hace años, fue pintado para aumentar las expresiones de la cara, manos y cruces de las vestiduras. Las partes más bajas de las estatuas, los brazos, fueron construidas con barro y paja para sostener las armaduras de madera. Se cree que las partes superiores de sus caras fueron hechas con grandes máscaras de madera, o moldes. Las filas de hoyos que se ven en la fotografía son los espacios restantes que dejaron las estacas de madera que servirían para estabilizar el estuco externo.
Bāmiyān está ubicada en la Ruta de la Seda, una ruta de caravanas que une China e India. Fue el lugar de varios monasterios budistas, y un gran centro para la religión, la filosofía, y el arte greco-budista. Fue también el sitio de los devotos budistas en el siglo II, y durante el tiempo de la invasión islámica en el siglo IX.
Los monjes de los monasterios vivían como ermitaños en pequeñas cuevas talladas a los lados de los acantilados de Bāmiyān. Muchos de estos monjes embellecieron sus cuevas con estatuas religiosas y con frescos brillantemente coloreados.
Las dos estatuas más notables fueron los Budas gigantes de a pie; miden 55 y 37 metros de alto respectivamente (sin embargo la representación de Buda tallada más grande del mundo es el Gran Buda de Leshan). Considerados monumentos históricos durante muchos años, fueron reconocidos por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Actualmente forman parte de la Lista del Patrimonio de la Humanidad en peligro.
El peregrino budista-chino Hsüan-tsang (Xuanzang) pasó a través del área alrededor del 630 d.C., y describió Bāmiyān como un próspero centro budista "con más de diez monasterios y más de un millar de monjes", y anotó que ambos Budas estaban "decorados con oro y finas joyas" (Wriggins, 1995).
Cuando Mahmud de Ġaznī conquistó Afganistán en el siglo XII, los Budas y frescos fueron salvados de su destrucción. Aún, sobre estos años, los musulmanes, iconoclastas e intransigentes con los símbolos budistas, cortaron algunos detalles de las estatuas, en su mayor parte las características faciales y manos.
Sin embargo, en 2001, después de sobrevivir casi intactas durante 1.500 años, el régimen islámico talibán decidió que estas estatuas eran ídolos, y por tanto contrarias al Corán, ordenando así su destrucción.
Las colosales estatuas fueron devastadas con dinamita y disparos desde tanques.
Durante la demolición, el Ministro de Información talibán, Qudratullah Jamal, bromeó sobre la dificultad que representaba la destrucción de las estatuas:
La decisión de los talibanes desató una oleada internacional de condenas y varios países y museos expresaron su interés en adquirir las figuras para salvar el bagaje cultural afgano. La Organización de la Conferencia Islámica, que agrupa a más de medio centenar de países musulmanes, envió una delegación a Afganistán para persuadir sin éxito a los talibanes de que no llevaran a cabo la destrucción.
Aunque las figuras de los dos Budas grandes fueron completamente destruidas, con su consecuente daño al patrimonio cultural de la Humanidad, sus contornos y algunas características son reconocibles dentro de sus nichos. Es también posible para los visitantes la exploración de las cuevas de los monjes y los pasadizos que conectan con ellas. Como parte del esfuerzo internacional en reconstruir Afganistán después de la guerra con los talibanes, el Gobierno japonés ha encargado sólo la reconstrucción de los dos Budas más grandes.
En mayo de 2002, unas esculturas de Buda fueron labradas en una montaña, en Sri Lanka. Las hicieron imitando a uno de los Budas de Bāmiyān.
En diciembre de 2004, investigadores japoneses descubrieron que las paredes pintadas de Bāmiyān fueron de hecho pintadas entre los siglos v y ix, en vez de en los siglos vi y viii, como se creía previamente. El descubrimiento fue hecho con análisis de isótopos radiactivos contenidos en fibras de paja debajo de las pinturas. Descubrimientos posteriores permitieron comparar y clasificar las pinturas por fechas y estilos.
El Gobierno afgano ha comisionado al artista japonés Hiro Yamagata para recrear los Budas de Bāmiyān usando catorce sistemas de láser, proyectando las imágenes de los budas en los acantilados donde estaban labrados. Los sistemas de láser se alimentan de energía solar y eólica. El proyecto, con un costo estimado en torno a los nueve millones de dólares fue aprobado por la UNESCO. También se aprobó la fecha de fin del proyecto, estimado para el 2007.
En septiembre de 2005, Mawlawi Mohammed Islam Mohammadi, gobernador talibán de la provincia de Bāmiyān en el momento de la destrucción, fue elegido en el Parlamento afgano.
En Bamiyán trabaja ahora el arquitecto alemán Georgios Toubekis, al servicio del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-Artísticos (ICOMOS). Por encargo de ICOMOS, geólogos, restauradores y arquitectos intentan recomponer las estatuas fragmentadas cual si fueren un enorme rompecabezas, del que ya ahora se sabe que no podría ser reconstruido totalmente. De la financiación de las actividades en Bamiyán se hace cargo el ministerio federal alemán de relaciones exteriores.
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