El Refugio Cabaña Verónica es un refugio de montaña situado en el parque nacional de Picos de Europa (Cantabria, España), a 2325 msnm en las estribaciones del Pico Tesorero, en el Macizo Central de los Picos de Europa. Su nombre proviene del de una de las hijas de Conrado Sentíes, su promotor y artífice.
El refugio pertenece a la Federación Cántabra de Deportes de Montaña y Escalada (FCDME) y está abierto desde Semana Santa hasta el mes de octubre. Posee una capacidad para 6 plazas en literas y es gestionado por un guarda que ofrece todos los servicios que se pueden encontrar en un refugio de montaña: comidas, cenas, desayunos, refrescos y bebidas calientes.
Cabaña Verónica está debidamente equipado para proceder al rescate de montañeros perdidos o heridos; cuenta con un botiquín, una camilla especial para evacuación de accidentados, una emisora de radio perteneciente a Protección Civil y una estación meteorológica de la Red de Parques Nacionales. No existe fuente de agua cercana.
Este peculiar refugio-vivac, de tan solo 9 m², es muy conocido entre los montañeros de Picos de Europa al ser, hasta el año 2007, el refugio guardado existente a mayor altura de la península ibérica. Su estratégica ubicación, en macizo central de los Picos de Europa y a una distancia de dos horas de la estación superior del teleférico de Fuente Dé, permite dar refugio y avituallamiento a eventuales expediciones entre el refugio de Collado Jermoso y el refugio de Urriellu.
El refugio fue creado a instancias del ingeniero bilbaíno Conrado Sentíes y su amigo, el arquitecto Luis Pueyo. Se construyó utilizando la cúpula metálica procedente de la batería antiaérea del portaaviones estadounidense USS Palau, que se encontraba desguazándose en Sestao (Vizcaya). Se tardaron ocho días en montar las piezas y materiales, los cuales se subieron a lomos de caballos debido al coste elevado que suponía el uso de un helicóptero. El refugio se inauguraría oficialmente el 13 de agosto del año 1961.
Durante años el estado de abandono, lo convirtió en una ruina e incluso sufrió un incendio, llegándose a pensar entonces en su demolición, aunque finalmente se restauró.
En 1983 el montañero Mariano Sánchez Madina, que por entonces tenía 34 años y había sido guarda en Electra de Viesgo y monitor de esquí en la estación de Alto Campoo, abandona Santander, la ciudad en la que residía, y se instala en este pequeño iglú metálico, convirtiéndose en el guarda de Cabaña Verónica. Allí vivía todo el año realizando desinteresadamente su mantenimiento y porteando hasta él los materiales necesarios hasta el verano de 2007, en que cae enfermo y es ingresado en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander, muriendo el 27 de junio de 2008 a los 57 años de edad.
Un centenar de montañeros esparcieron las cenizas del conocido guarda en el Pico Tesorero e instalaron una placa en Cabaña Verónica en recuerdo de su memoria que reproduce uno de los mensajes que él solía dejar cuando no estaba:
Desde el 2008 hasta el 2013 el guarda fue José Ramón Pasalodos. Posteriormente estuvo Carlos León Revuelta, y desde 2018 lo es Jorge David Dinis.
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