Los cafetos (Coffea) son un género que contiene en torno a cien taxones específicos e infraespecíficos aceptados, de los casi 400 descritos de plantas de la familia de las rubiáceas, nativas del sur de Asia y el África subtropical. Se cultivan extensamente por sus semillas que se emplean, molidas y tostadas, para la elaboración del café, una bebida estimulante; la popularidad de este hace que la importancia económica del cafeto sea extraordinaria, siendo uno de los productos vegetales más importantes del mercado global.
El nombre español de la planta: café procede del italiano caffè y este de la región central etíope llamada históricamente Kaffa o Caffa donde se dice que los monjes cristianos coptos bebían la infusión de las plantas de Coffea para mantenerse despiertos. Esto de ningún modo contradice a la versión dada por el DRAE según la cual la palabra café derivaría de la italiana caffe, y esta del turco otomano kahve, y esta del árabe clásico qahwah ya que qahwah puede ser la denominación arábiga de la región histórica etíope de Kaffa o Caffa.
El cafeto es un arbusto o árbol pequeño, perennifolio, de fuste recto que puede alcanzar los 10 metros en estado silvestre; en los cultivos se los mantiene normalmente en tamaño más reducido, alrededor de 3 metros. Las hojas son elípticas, oscuras y coriáceas. Florece a partir del tercer o cuarto año de crecimiento, produciendo inflorescencias axilares, fragantes, de color blanco o rosáceo; algunas especies, en especial Coffea arabica, son capaces de autofertilización, mientras que otras, como Coffea robusta, son polinizadas por insectos. El fruto es una drupa, que se desarrolla en unas 15 semanas a partir de la floración; el endospermo comienza a desarrollarse a partir de la duodécima semana, y acumulará materia sólida en el curso de varios meses, atrayendo casi la totalidad de la energía producida por la fotosíntesis. El mesocarpio forma una pulpa dulce y aromática, de color rojizo, que madura en unas 35 semanas desde la floración.
El cafeto requiere mucha humedad para dar fruto; prefiere los terrenos altos, y no es resistente a las heladas. La especie C. arabica es la más exigente en cuanto a condiciones climáticas y fertilidad del suelo; aunque es la que produce mejor fruto, se la reemplaza, habitualmente por C. robusta, cuando las condiciones no son óptimas. En una situación favorable, el cafeto produce fruto durante 50 o 60 años, con un rendimiento de 800 a 1400 kilos por hectárea. Se estima que la producción mundial proviene de unos 15 mil millones de ejemplares, ocupando más de 100.000 km² de plantaciones.
El cafeto probablemente se haya originado en la actual Etiopía, aunque otros estudios señalan a Yemen. El café se hizo popular alrededor del siglo XIII como bebida estimulante, posiblemente a raíz de la prohibición islámica contra las bebidas alcohólicas. Durante varios siglos su cultivo fue conservado en secreto; la primera descripción del arbusto data de 1583, por parte del botánico alemán Leonhard Rauwolf. Poco después, en 1650, se introdujo su cultivo en la India a través de un peregrino de vuelta de La Meca con un puñado de planteles.
Los colonos europeos difundieron la planta en América para proveer a la creciente demanda en Europa. Aunque se ensayaron sustitutos, como la raíz de achicoria (Cichorium intybus) para suplir en parte la necesidad de importación, la demanda no dejó de aumentar. Hoy las fuentes principales de producción son Colombia, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Vietnam, Brasil, Guatemala, India, Indonesia, México, Perú y Costa Rica.
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