Chola cuencana es el apelativo con el que se designa a la mujer campesina del cantón Cuenca y su región, en el sur del Ecuador, fruto del mestizaje biológico y cultural entre aborígenes americanos y conquistadores españoles. Es una figura emblemática de la sociedad local.
Características similares, en lo cultural, origen étnico y en el vestuario, son compartidas por campesinas de otros cantones de la provincia del Azuay y del sur de la provincia del Cañar (Azogues, Déleg y Biblián).
"Chola" es la denominación usual en algunas partes de Latinoamérica para las mujeres mestizas y "cuencana" es el gentilicio de las personas nacidas en Cuenca, ciudad capital de la provincia del Azuay.
Durante la época colonial las leyes señalaban el tipo de ropa y complementos que cada grupo étnico y las diferentes categorías de mestizajes podían usar. Las mujeres tuvieron una mayor participación en el proceso de mestizaje y la indumentaria fue un elemento importante dentro de ese proceso. Pero hay elementos que usaron de forma indistinta blancas y mestizas, cuyos orígenes pueden ser tanto americanos como europeos. Así, las polleras eran usadas en el siglo XVIII por mujeres indias, blancas, y pardas. Estas eran prendas de estilo europeo, del siglo V antes de Cristo. Las polleras además pueden tener relación con los anacos indígenas, que empezaron a tener una connotación peyorativa en el siglo XVII. Los estudios no permiten señalar una evolución de la indumentaria indígena o mestiza en Cuenca y su región, que dependió, además, de la condición social y económica de cada individuo.
La chola cuencana es el arquetipo de la mujer mestiza de la región del Azuay y Cañar, símbolo vivo de la identidad local, posición que no ocupa el cholo. Generalmente es la mujer campesina dedicada a labores agropecuarias. Su atuendo es un icono folclórico y se complementa con el peinado de dos trenzas que caen sobre los hombros y son atadas al final con una cinta multicolor.
Entre otras, las principales referencias culturales de la chola cuencana son las siguientesː
El conjunto de vestimenta completo rescata los atuendos tradicionales y emblemáticos de la mujer típica de la ciudad de Cuenca. Este denota elegancia y es elaborado con materiales finos que le dan la clásica imagen y características. Estos conjuntos pueden ser adquiridos en el centro de la ciudad donde se encuentran locales comerciales dedicados específicamente a la confección y venta de la indumentaria.
Los costos de los conjuntos de vestir varían según la calidad de las telas y el trabajo que haya sido empleado en cada prenda. Las blusas se pueden encontrar en valores que bordean los cincuenta dólares, mientras que las polleras se manejan en un rango de precios de entre los ochenta dólares a los ciento cincuenta dólares aproximadamente. El tiempo de confección de un conjunto entero es de aproximadamente una semana.
El atuendo que se considera cumple los cánones de lo tradicional se compone de: Esta melodía corresponde a un pasacalle. Es una de las canciones que más caracterizan a la ciudad. Esta canción se ha convertido en tradición para la cultura cuencana tanto en festividades, desfiles, fiestas, entre otros.
En honor a las llamativas mujeres mestizas de la ciudad de Cuenca, el compositor cuencano Rafael Carpio Abad compuso la música de la “Chola Cuencana” y el poeta Ricardo Darquea la letra.
El Monumento a la Chola Cuencana fue elaborado en 1957 por el escultor Fausto Culebras y terminado por Virgilio Quinde. Actualmente, está situado en el redondel de la intersección de la Avenida Huayna Cápac y la Avenida España, en el centro de la ciudad de Cuenca. Su altura es de aproximadamente 1,70 metros y pesa 2,5 toneladas. Este monumento fue restaurado en 2018 conjuntamente con la figura de Hurtado de Mendoza, debido a la construcción del tranvía de Cuenca.
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