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Clementina de Orleans



¿Qué día cumple años Clementina de Orleans?

Clementina de Orleans cumple los años el 6 de marzo.


¿Qué día nació Clementina de Orleans?

Clementina de Orleans nació el día 6 de marzo de 1817.


¿Cuántos años tiene Clementina de Orleans?

La edad actual es 207 años. Clementina de Orleans cumplió 207 años el 6 de marzo de este año.


¿De qué signo es Clementina de Orleans?

Clementina de Orleans es del signo de Piscis.


¿Dónde nació Clementina de Orleans?

Clementina de Orleans nació en Neuilly-sur-Seine.


María Clementina Leopoldina Carolina Clotilde de Orleans (Neuilly-sur-Seine, 6 de marzo de 1817 - Viena, 16 de febrero de 1907), también llamada «Mademoiselle de Beaujolais»,[1]​ fue una princesa de Orleans[Nota 1]​ por nacimiento, princesa de Sajonia-Coburgo-Gotha y duquesa de Sajonia por matrimonio.

Considerada una de las princesas más inteligentes de su tiempo, Clementina también era considerada extremadamente ambiciosa y su mayor sueño era llegar a ser reina. Sin embargo, su padre era visto como un usurpador por casi toda la realeza europea y este fue su principal obstáculo durante las negociaciones para su matrimonio con un monarca o un príncipe heredero. Solo con la intervención de su cuñado, el rey Leopoldo I de Bélgica, le fue posible encontrar un pretendiente: el príncipe Augusto, heredero de la rama católica de Kohary de la Sajonia-Coburgo-Gotha.

Clementina nunca fue reina, pero intentó realizar su sueño a través de sus hijos. Dos de ellos llegaron a ser considerados como posibles herederos al trono de Grecia y otro como posible consorte de la heredera al trono de Brasil, pero todos sus planes fracasaron. La elección de su hijo menor como príncipe regente de Bulgaria —cuya candidatura contó son su firme apoyo— sería el triunfo de sus ideales juveniles. Sin embargo, la princesa no realizó el sueño de ver a un hijo convertirse en rey: Fernando solo llegaría al trono de Bulgaria en 1908, un año después de la muerte de la madre.

Clementina era el sexto hijo (la cuarta de entre las hermanas) del rey Luis Felipe I de Francia y de María Amelia de Borbón-Dos Sicilias. Sus abuelos paternos eran Luis Felipe II de Orleans y Luisa María Adelaida de Borbón y sus abuelos maternos eran el rey Fernando I de las Dos Sicilias[Nota 2]​ y la archiduquesa María Carolina de Austria, hija de la emperatriz María Teresa. Nacida en el castillo de Neuilly, Clementina tuvo como padrinos de bautismo a su tío Leopoldo, príncipe de Salerno y a su esposa, la archiduquesa María Clementina de Austria.[1][Nota 3]

Descrita como una bella joven,[2][3][Nota 4]​ Clementina tuvo entre sus profesores al historiador Jules Michelet, oriundo de una familia de tradición hugonota, que glorificaba la Revolución francesa mientras le enseñaba historia.[4]​ Se convirtió en princesa real tras el ascenso de su padre al trono francés en 1830 —la llamada Monarquía de Julio—.

Inteligente y extraordinariamente ambiciosa, Clementina soñaba con desposar a un monarca o a un heredero presunto que le asegurase el título de reina.[5][Nota 5]​ No obstante, las negociaciones de matrimonio se volvieron bastante difíciles, pues la casi totalidad de las casas reales europeas veía a Luis Felipe como un usurpador del trono francés y ninguna de ellas estaba dispuesta a emparentarse con la princesa —incluso la casa real de las Dos Sicilias, donde nació la reina María Amelia, le cerró las puertas a los Orleans—.[5]

Con las dificultades para conseguirle un pretendiente a su hija, Luis Felipe aceptó la intermediación de su yerno, Leopoldo I de Bélgica.[Nota 6]​ El rey de los belgas empezó sus negociaciones con sus hermanos, Enrique y Fernando, sobre Augusto, hijo de este último, que tenía en aquella época 25 años.[6][Nota 7]​ Las negociaciones se suspendieron temporalmente debido al fallecimiento de Fernando Felipe de Orleans, hijo mayor y heredero de Luis Felipe I.[7][Nota 8]

A pesar de la fuerte oposición austriaca al enlace, el contrato nupcial entre Augusto y Clementina fue firmado en Viena el 25 de febrero de 1843. La familia del novio fue representada en el acto por O'Sullivan de Grass y la familia de la novia por el conde de Flahaut. Entre otras cláusulas, el contrato preveía el matrimonio con separación de bienes y fijaba la dote de la princesa en un millón de francos. La ceremonia se celebró en el palacio de Saint-Cloud el 20 de abril de 1843.[8]

Inicialmente la pareja pensó en residir en Viena, pero la resistencia del canciller Clemente de Metternich y de la corte austriaca a reconocer el tratamiento de Alteza Real dado a Augusto los llevó a fijar su residencia en Francia.[9]​ Tras la revolución de 1848, que depuso a Luis Felipe I, se exiliaron con toda la familia en Inglaterra, aunque posteriormente se mudaron a Coburgo y, más tarde, a Viena.[10]

En el exilio, Clementina inició una campaña con el objetivo de recuperar los bienes de la familia, secuestrados por un decreto de Napoleón III, mediante cartas dirigidas a la prensa francesa.[11]​ En este período, rechazó públicamente la oferta de 200 000 francos que le ofreció el emperador francés a cambio de la reclamación de la herencia de Luis Felipe.[12]

Sabedora de que nunca llegaría a ser reina, Clementina intentó realizar sus sueños a través de sus hijos. De hecho tanto Felipe como Luis Augusto fueron considerados herederos presuntos de su tío Ernesto II cuando este era candidato potencial al trono de Grecia.[13][Nota 9]​ Poco después, Luis Augusto, junto con su primo Gastón de Orleans acudieron a Brasil, como pretendientes de las princesas Isabel y Leopoldina, hijas de Pedro II de Brasil.[14]​ Las esperanzas de Clementina se vieron fortalecidas pues las negociaciones apuntaban hacia el matrimonio de Luis Augusto con la princesa imperial, futura emperatriz de Brasil. Sin embargo, el emperador dejó a sus hijas que escogieran a sus prometidos e Isabel se decidió por Gastón.[15][16][17][18][Nota 10]

En 1886, la renuncia de Alejandro I de Bulgaria como knyaz (príncipe regente) de Bulgaria[19]​ reavivó las expectativas de Clementina de ver a uno de sus hijos ocupando un trono. Participó activamente en campañas en pro de la candidaturas de su hijo menor, Fernando, divulgando ampliamente sus cualidades como su esmerada educación, su facilidad para hablar diferentes idiomas y su interés por la ciencia —atributos que, según ella misma, harían de él un rey excelente—.[20]​ Con el apoyo de Austria, Fernando se convirtió en el nuevo knyaz de Bulgaria en 1887.[19][Nota 11][Nota 12]

Clementina acompañó a su hijo cuando se instaló en Bulgaria. Extremadamente rica, la princesa se volvió bastante popular en su patria adoptiva por sus generosas donaciones —como los 4 millones de francos que donó para la finalización de una línea férrea que integraba Bulgaria a la red ferroviaria europea— y por la financiación de instituciones públicas —como la construcción de una escuela para ciegos y el hospital Klimentinskata así como la Cruz Roja búlgara, fundada y mantenida por ella—.[21]​ Sin embargo, su intento de introducir un código de etiqueta «a la francesa» en la sencilla corte búlgara así como su desdén hacia quien no tenía sangre real, le crearon una fama de arrogante.[22]​ Considerada «una de las princesas reales más inteligentes de Europa», Clementina era conocida por tener una «mente perspicaz y una capacidad de comprensión notable de la política europea y de la diplomacia» y fue enviada en diversas ocasiones como representante de Fernando I en misiones diplomáticas por toda Europa.[23]

En febrero de 1896, en un intento de reconciliación con Rusia, Fernando permitió la conversión de su primogénito y heredero (bautizado en la Iglesia católica) a la Iglesia ortodoxa búlgara, acto que le supuso al knyaz la ruptura de las relaciones con su madre y sus familiares católicos —sobre todo con el emperador Francisco José I de Austria—, y la excomunión por la Santa Sede.[24]​ Posteriormente, como Fernando bautizó a sus otros hijos como católicos, fue posible una reconciliación con su madre.[25]

El 31 de enero de 1899, solo 24 horas después de dar a luz a la princesa Nadejda, la princesa María Luisa de Borbón-Parma, esposa de Fernando, murió por complicaciones en el parto agravadas por una neumonía.[26]​ Clementina, como había hecho cuando el príncipe Luis Augusto enviudó de Leopoldina de Braganza, asumió la responsabilidad de la educación de sus nietos.[27]

Tras la Revuelta de Ilinden en 1903, Bulgaria recibió un gran contingente de refugiados macedonios. Clementina coordinó una campaña humanitaria que recogió donativos por toda Europa, incluidos 2000 francos donados por Guillermo II de Alemania.[28]​ Ese mismo año, la princesa y su nieto Boris sufrieron un accidente cuando viajaban en el Expreso de Oriente en las proximidades de la frontera con Serbia. A pesar de la gravedad del accidente, no resultaron heridos.[29]

Con el paso del tiempo, Clementina fue perdiendo progresivamente la audición y, en sus últimos años, tuvo que utilizar un gran audífono. Sin embargo, y a pesar de tener más de 80 años, la princesa seguía viajando regularmente a París para hacer compras y estar al tanto de las novedades en el mundo de la moda.[23]

La salud de la anciana princesa empezó a causar preocupación en febrero de 1898 cuando sufrió una infección en el pulmón derecho, que desapareció rápidamente.[30][31]​ A principios de febrero de 1907, padeció una fuerte gripe que la dejó extremadamente débil.[32]​ Clementina murió en el palacio Coburgo en Viena el 16 de febrero de 1907 a los 89 años. Su cuerpo fue sepultado en la cripta de la iglesia de San Agustín en Coburgo.[33][34]



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