Los celomados (Coelomata) son animales triblásticos poseedores de celoma, al menos durante las fases embrionarias. En estos animales el mesodermo se ahueca y en su interior se forma una cavidad, llamada celoma, que forma la cavidad general interna del animal.
Al concepto de celomado se oponen el de acelomado (animales sin cavidad corporal) y el de pseudocelomado (animales cuya cavidad general es un blastocele persistente).
Durante dos siglos, las relaciones filogenéticas de los celomados se basaban en el concepto de Articulata de Cuvier (1812), un clado formado por anélidos y artrópodos. Numerosos análisis morfológicos modernos basados en los principios de la cladística han corroborado la existencia de los articulados, clado que está soportado por numerosas evidencias morfológicas. Según Nielsen et. al.,(de manera simplificada):
Sin embargo, diversos estudios de datos morfológicos (Eernise et al.), moleculares (Giribet & Ribera) y de datos combinados (Zrzavý et al.) han llegado a resultados contradictorios respecto a las relaciones de anélidos y artrópodos, y de éstos con el resto de bilaterales (Bilateria). Ha surgido una hipótesis alternativa en la cual los celomados dejan de ser un clado y que sostiene que los artrópodos no están directamente relacionados con los anélidos, sino con una serie de grupos de pseudocelomados (nematodos, nematomorfos, quinorrincos, priapúlidos), constituyendo un clado denominado Ecdysozoa (ecdisozoos). La relación de los artrópodos y ciertos pseudocelomados está soportada por la estructura de la cutícula quitinosa, la existencia de un proceso de muda (ecdisis), de los órganos de los sentidos y las inserciones musculares. Además, los quinorrincos presentan metamería en el sistema nervioso, en la musculatura y en las placas cuticulares:
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