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Constelación de Leo



Leo (el león) es una de las constelaciones del zodíaco. Se encuentra entre Cáncer y Virgo.

Quizá una de las constelaciones más conocidas, Leo contiene muchas estrellas brillantes, destacando entre ellas α Leonis, llamada Régulo («pequeño rey» en latín); en la antigüedad recibió el título de «corazón del león», siendo conocida en la antigua Grecia como Cor Leonis y en la astronomía árabe como Al Kalb al Asad.[1]​ Es un sistema cuádruple formado por Regulus A, binaria espectroscópica cuya componente principal es una estrella subgigante blanco-azulada de tipo espectral B8IVn,[2]​ Regulus B, una enana naranja, y Regulus C, una enana roja. La estrella principal rota a gran velocidad, siendo su período de rotación de solo 15,9 horas (el Sol emplea unos 26 días en completar una vuelta).[3]

La segunda estrella más brillante en la constelación es Denébola (β Leonis), estrella blanca de la secuencia principal de tipo espectral A3V[4]​ a 36 años luz de la Tierra. Está rodeada por un disco circunestelar de polvo, cuya temperatura es de 120 K.[5]​ La tercera estrella en brillo, γ Leonis, recibe el nombre de Algieba.[6]​ Es una estrella doble compuesta por una gigante naranja y una segunda estrella, también gigante, menos luminosa y algo más caliente que su acompañante. En torno a la gigante naranja orbita un planeta con una masa al menos 8,8 veces mayor que la de Júpiter.[7]

Muchas otras estrellas de Leo poseen nombres propios. δ Leonis (llamada Zosma o Duhr) y θ Leonis (Chertan o Chort) son estrellas blancas similares a Denébola: la primera también gira sobre sí misma a gran velocidad, lo que hace que su forma no corresponda a una esfera perfecta, estando achatada por los polos.[8]​ Por su parte, se piensa que Chertan tiene una edad aproximada de 450 millones de años y está entrando en la fase de subgigante;[9]​ la detección de un exceso en la radiación infrarroja emitida, probablemente se deba a la existencia de un disco circunestelar de polvo alrededor de esta estrella.[10]

Adhafera o Aldhafera (ζ Leonis), es una gigante blanco-amarilla de tipo espectral F0III[11]​ que forma parte de un grupo de gigantes (las de tipo F) muy escasas, ya que son estrellas en rápida transición entre la secuencia principal y la fase de gigante.[12]Subra —nombre oficial de ο Leonis—[6]​ es una binaria formada por una gigante, de tipo F8 o G0, y una estrella de tipo A7m;[13]​ su período orbital es de 14,5 días.[14]​ Otra estrella de Leo, ρ Leonis, es una distante supergigante azul de tipo B1Iab[15]​ de extraordinaria luminosidad, casi 300 000 veces mayor que la del Sol.[16]

Entre las estrellas variables de la constelación se encuentra R Leonis, gigante roja y una de las variables Mira más cercanas a la Tierra. Con un período de 312 días, su brillo varía entre magnitud aparente +4,40 (cuando es observable a simple vista) y +11,30,[17]​ lo que supone un aumento de su luminosidad en un factor de 575 desde el mínimo. Otra variable, CW Leonis, es la estrella de carbono más conocida y estudiada; aunque visualmente es una estrella muy tenue, es el segundo objeto extrasolar más brillante del cielo en longitud de onda de 10 μm,[18]​ ya que emite la mayor parte de su energía como radiación infrarroja. Tiene una temperatura superficial de solo 1915 K y es una supergigante cuyo radio es 826 veces más grande que el radio solar.[19]

Además de la citada Algieba, son varias las estrellas de la constelación con sistemas planetarios. En 2004 se descubrió un planeta gigante —2,4 veces más masivo que Júpiter— alrededor de la gigante naranja de tipo K2III μ Leonis, que recibe el nombre de Rasalas.[6][20]83 Leonis es una binaria en cuya componente principal, también una gigante naranja, se han detectado dos planetas que tienen un período orbital de 17 y 4970 días respectivamente.[21]​ Alrededor de otra gigante de Leo, HD 100655 —oficialmente llamada Formosa—,[6]​ también se ha descubierto un planeta con una masa mínima 1,7 veces mayor que la de Júpiter.[22]​ Asimismo, HD 81040 y HD 89307 son sendas enanas amarillas a poco más de 100 años luz de distancia que tienen cada una de ellas un planeta extrasolar.[23][24]​ Por otra parte, Gliese 436, enana roja a 33 años luz de la Tierra, alberga un sistema planetario con al menos un planeta cuya masa es comparable a la de Urano y Neptuno.[25]

En Leo se encuentra Wolf 359, la cuarta estrella más cercana al sistema solar, a 7,8 años luz de distancia. Es una tenue enana roja de tipo M5.5V[26]​ y una estrella fulgurante relativamente joven, con una edad en el rango de 100 - 350 millones de años.[27]​ Otra enana roja de esta constelación, AD Leonis, es una de las estrellas fulgurantes más activas en el hemisferio norte y ha sido profusamente estudiada.[28]

La Estrella de Caffau, nombre informal de SDSS J102915+172927, se localiza en Leo. Es una de las estrellas más antiguas que se conocen, con una edad probablemente superior a los 13 000 millones de años. Formada casi en su totalidad por helio e hidrógeno, tiene una ínfima proporción de otros elementos químicos y resulta especialmente sorprendente la casi total ausencia de litio.[29]HIP 57265 es también otra estrella muy vieja formada hace 11 900 millones de años; además de su exiguo contenido relativo de hierro, su órbita alrededor del centro de la galaxia la lleva a alejarse 13,6 kilopársecs del plano galáctico —cuando la mayor parte de las estrellas no suelen alejarse más de 1 kilopársec del mismo—,[30]​ lo que evidencia su condición de estrella del halo.

Leo contiene muchas galaxias brillantes, estando cinco de ellas incluidas en el catálogo Messier: M65, M66, M95, M96 y M105. Las dos primeras son galaxias espirales miembros del Triplete de Leo, grupo de galaxias a unos 35 millones de años luz. M65 tiene poco polvo y gas, y hay poca formación estelar en ella, siendo muchas de sus estrellas viejas. Considerablemente mayor que M65, M66 posee sus brazos espirales deformados, probablemente como consecuencia de interacciones con las galaxias vecinas.[31]NGC 3628 —la otra galaxia del triplete de Leo— posee una banda de polvo ancha y oscura a lo largo del borde exterior de sus brazos espirales.

Por el contrario, M95, M96 y M105 forman parte de la agrupación galáctica M96,[32][33]​uno de los muchos grupos de galaxias dentro del Supercúmulo de Virgo.[34]​ M96 posee igual masa y tamaño que la Vía Láctea, si bien es una galaxia muy asimétrica: su gas y polvo se distribuyen de manera desigual a lo largo de sus brazos espirales, mientras que su núcleo no está exactamente en el centro galáctico. En cuanto a M105, estudios realizados con el telescopio espacial Hubble de su región central, han revelado que esta galaxia elíptica contiene un objeto central masivo de aproximadamente 50 millones de masas solares.[35]​ Otro miembro de este grupo es NGC 3384, también una galaxia elíptica en cuya región central el 80% de las estrellas son de población II con una edad superior a 1000 millones de años.[36]

Otra galaxia en la constelación, aunque de características muy distintas, es Leo I, galaxia enana esferoidal que forma parte del Grupo Local. Distante unos 820 000 años luz, se piensa que es una de las galaxias satélites de la Vía Láctea más alejadas de ella. Al igual que otras galaxias enanas, la metalicidad de Leo I es muy baja, solo el 1% de la solar. Podría ser la galaxia esferoidal más joven de las que giran en torno a la Vía Láctea.[37][38]​ Existe una segunda galaxia en la constelación, denominada Leo II, también satélite de la Vía Láctea, que se encuentra a 690 000 años luz de la Tierra. Más alejada, Leo A es una galaxia irregular a 2,6 millones de años luz, también miembro del Grupo Local, que fue descubierta por Fritz Zwicky en 1942.[39]

Leo contiene gran cantidad de galaxias (en realidad parte del Cúmulo de Galaxias de Virgo), visibles solo con telescopios, en donde destacan:

Los mitógrafos griegos de la Antigüedad indicaban que, con la constelación de Leo, el dios Zeus había querido honrar al rey de los animales pero también que algunos señalaban que conmemoraba al León de Nemea,[41]​ hijo de Tifón y Equidna, animal invulnerable que asolaba los campos devorando a las personas y al ganado. La primera tarea de Hércules fue matarlo. El león tenía como morada una cueva con dos entradas; Hércules taponó una de ellas y entró por la otra para sorprender a la fiera. Abrazó al león apretándolo hasta ahogarlo, y después con sus propias garras lo desolló y tomó para sí mismo su piel y su cabeza como casco.

En Mesopotamia, simbolizaba el fuego y la culminación del caldeamiento solar en el hemisferio norte. En Egipto, representaba el Sol y la Monarquía. Los israelitas lo asimilaron con Judá, que se recuesta como el león, razón por la que figura en el estandarte del reino homónimo. La tradición judeocristiana lo relaciona con el evangelista San Marcos.



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