La crueldad hacia los animales, también llamada crueldad animal, abuso animal o maltrato animal, comprende comportamientos que causan dolor innecesario o estrés a los animales no humanos. Los mismos van desde la negligencia en los cuidados básicos hasta la tortura, la mutilación o la muerte intencionada.
Algunos tipos de maltrato son:
Los animales han sido utilizados en actividades militares, con fines que atentaban directamente contra su integridad o bienestar. Recientemente se ha cuestionado el uso de animales en la guerra, y en prácticas tales como acarrear explosivos y detonarlos usándolos como bombas vivientes, en pruebas militares o en experimentos destinados a probar armamento. También la muerte de animales víctimas de los bombardeos y de armas de fuego.
El experimento con más resonancia, aunque de poca eficacia real, se llevó a cabo en la II Guerra Mundial, cuando se intentó usar perros condicionados como antitanque. Siguiendo los descubrimientos recientes del fisiólogo ruso Ivan Petrovich Pavlov, se condicionaba a perros haciéndoles encontrar la comida debajo de tanques. Se les privaba entonces de alimento y eran soltados en el campo de batalla con municiones atadas a su cuerpo. Los perros asociaban los tanques al alimento, y una vez debajo, eran activados los explosivos, al principio de forma temporizada y después a distancia. El experimento fue abandonado porque los perros se asustaban con el estrépito en el campo de batalla, y bien volvían, poniendo en peligro las tropas, o no se acercaban al objetivo.
Cada vez más se entiende que los animales domésticos son una responsabilidad, no un juguete, y que por tanto es obligatorio cuidarlos con la debida diligencia. El abandono puede considerarse como maltrato, si se considera que en la calle, carretera, terrenos baldíos o encerrados los animales no pueden proveerse por sí mismos de comida, agua, abrigo y protección de su salud. Abandonados, sin asistencia alguna, los animales están muy expuestos a toda especie de agresión y violencia, como envenenamientos, atropellos y muerte.[cita requerida]
Las relaciones entre el ser humano y algunos animales es milenaria. De entre ellas, puede destacarse la que mantiene con el perro; sin embargo, hoy se les trata como objetos de consumo que se pueden adquirir y desechar a placer. En circunstancias variadas, como falta de capacidad económica, cambios de residencia, aparición de alergias o incompatibilidad, sus cuidadores los abandonan, olvidando que se trata de seres vivos sensibles y que muchas de estas situaciones pueden solucionarse.[cita requerida]
Determinar las cifras de animales abandonados resulta imposible. Sin embargo, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) estima que existen aproximadamente más de 400 millones de perros callejeros, para lo cual está trabajando nuevos lineamientos de control poblacional y salubridad.
En España son recogidos por protectoras de animales o ayuntamientos. El abandono se detecta más sobre perros (76 %) y gatos (24 %) que sobre otros tipos de animales. Una parte de los perros y gatos acogidos por estas entidades son adoptados o devueltos a sus propietarios, en menor medida son sacrificados (véase eutanasia).[cita requerida]
El perfil estándar de animales abandonados, según un estudio realizado en España,
tiene las siguientes características:La crueldad hacia los animales constituye un aviso sobre la posible existencia de otras formas de violencia y es uno de los signos de la psicopatía.
Se ha identificado relación estadística entre la observación de actos de crueldad animal, y la práctica de tales abusos, en estudios, tres de cada diez individuos que han presenciado actos de crueldad animal, han incurrido en tales prácticas en algún momento.
Además, otros estudios como el de DeGue y DiLillo
establecieron una serie de rasgos comunes entre los niños o jóvenes que emprenden actos de crueldad animal. Entre las características más comunes se encuentran el sentimiento de inferioridad, causado por el rechazo o exclusión del grupo.Un estudio realizado por Apasdem (organización civil), demuestra que en algunos centros de control canino, la población de perros es aproximadamente de 1 millón 383 mil,
y haciendo una comparación con las denuncias por animales maltratados, rescates y molestias urbanas recibidas por la Brigada de Vigilancia Animal de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, podemos deducir que son muy pocas las denuncias que se hacen de este tipo. El derecho animal o legislación animalista es el cuerpo de derechos positivos y jurisprudencia cuyo objeto de derecho es la naturaleza —legal, social o biológico— de los animales. No se debe confundir esta doctrina jurídica con los derechos de los animales, que son una filosofía y movimiento sobre los derechos naturales de los animales.
El derecho animal varía en cada país, pero en términos generales se espera que siga —o al menos no contradiga— a la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, proclamada por la Liga Internacional de los Derechos del Animal en 1978 y leída en la UNESCO. En términos de legislación comparada, los mayores referentes son la legislación inglesa, norteamericana y europea en general, pioneros en implementar la regulación jurídica de los animales.
El derecho animal incluye animales de compañía, fauna, animales empleados en el entretenimiento y animales criados para comida e investigación. La esfera emergente del derecho animal a veces se compara al movimiento del derecho medioambiental hace 30 años. El Animal Legal Defense Fund (Fundación de la Defensa Legal de Animales) fue fundado por la abogada Joyce Tischler en 1979 como la primera organización dedicada a la promoción de la esfera del derecho animal y usando el derecho para proteger las vidas y defender los intereses de animales.
Actualmente, el derecho de animales se enseña en 100 facultades de derecho estadounidenses, incluyendo Harvard, Stanford, UCLA, Northwestern, University of Michigan y Duke. Cada vez más asociaciones de la abogacía estatales y locales ahora tienen comités del derecho animal. Existe poco precedente legal pro-animal, así cada caso presenta una oportunidad para cambiar el futuro legal de los animales.
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