Cuius regio, eius religio es una frase latina que significa que la confesión religiosa del príncipe se aplica a todos los ciudadanos del territorio. Una traducción posible en castellano sería: «según sea la del rey, así será la religión [del reino]»; o más literalmente: «de quien rija, la religión» o «a tal rey, tal religión» o «de quien [es] la región, de él [es] la religión».
Es, pues, una declaración de lo que se podría denominar «religión de Estado». Según parece, el término fue acuñado en 1582 por el jurista Joachim Stephani (1544-1623) de la Universidad de Greifswald.
Su mayor importancia histórica está relacionada con la Reforma Protestante. La Paz de Augsburgo, firmada en 1555 entre el emperador Carlos V y la Liga de Esmalcalda, impone esta solución para los territorios alemanes, como compromiso entre católicos y protestantes. Con ello se concede confirmación imperial al principio promulgado en las Confesiones de Augsburgo de 1530. El principio de "cuius regio" daba legitimación solo a dos religiones en el Sacro Imperio Romano Germánico, el catolicismo y el luteranismo, dejando atrás otras formas de cristianismo como el calvinismo, y las formas más radicales de anabaptismo. Otra práctica que se aleje de las dos anteriormente mencionadas, que eran las más comunes en el imperio, eran prohibidas y consideradas por la ley como heréticas y castigadas con la muerte.
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