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Encaste Saltillo



El encaste Saltillo es un tipo de encaste propio del toro de lidia que deriva de la casta Vistahermosa.[1]​ Por las particularidades genéticas, registradas por el Ministerio del Interior de España, figura dentro del Libro Genealógico de la Raza Bovina de Lidia, dependiente del Ministerio de Agricultura.[2]

Su nombre se debe a la ganadería brava que estaba en propiedad de Antonio Rueda y Quintanilla, V marqués del Saltillo, que en 1854 creó su ganadería a partir de las compras de reses al militar sevillano José Picavea de Lesaca de la desaparecida ganadería del Conde de Vistahermosa.

Pedro Luis de Ulloa, I conde de Vistahermosa, fundó su ganadería tras haber realizado una serie de compras de ganado a Tomás Francisco Rivas en 1774. Estas adquisiciones servirían para que sus herederos empezaran a fijar un tipo de toro acorde a la tauromaquia de finales del siglo XVIII, siendo más pequeños que el resto de las castas del toro bravo y más propicios para el toreo de muleta. Hacia 1824, los herederos de la Casa de Vistahermosa empezarán a vender la ganadería, haciéndolo en distintos lotes.[3]

Una de las partes fue a parar a un tratante de ganado de Jerez de la Frontera, Salvador Varea Moreno, quien mantuvo la ganadería durante pocos años ya que, en 1827 la vendería a Pedro José Picavea de Lesaca, un militar retirado y afincado en Sevilla, que consiguió mantener la fama y el reconocimiento público de los toros de Vistahermosa. Muerto el ganadero en 1830, su viuda, Isabel Montemayor, conocida como la Viuda de Lesaca, pasará a regentar la empresa ganadera al menos hasta que en 1849 asuma las riendas de la vacada.[4]

Unos años más tarde, en 1854, Picavea de Lesaca se deshizo de la ganadería familiar, vendiéndosela a Antonio Rueda y Quintanilla, V marqués del Saltillo. García Sánchez señala la importante selección que inició el nuevo propietario de la vaca, "logrando un tipo de toro que pronto alcanzó gran prestigio y al que se unió una acusada personalidad, reconocidos tanto por su aspecto externo como por su temperamento".[5]

A principios del siglo XX será cuando los herederos del marqués del Saltillo iniciarán los contactos con el campo bravo mexicano, a quienes venderán distintos lotes de reses y que darán lugar a hierros como Piedras Negras, por la compra de 10 vacas y 2 sementales de Lubín Rodríguez;[6] o San Mateo, tras la compra que harán los hermanos Llaguno a través de Ricardo Torres Bombita de un lote de seis vacas y dos sementales.[7]

El encaste Saltillo dispone de unas características zootécnicas y morfológicas muy específicas que permiten, según la legislación vigente, reconocer la singularidad de los toros de este tronco de la casta Vistahermosa. Caben señalar los siguientes aspectos:[8]

Los toros de encaste Saltillo está caracterizado por su comportamiento durante la lidia, basado en una bravura muy temperamental, complicados fruto del genio y la inteligencia que desarrollan durante de la lidia así como la capacidad de humillar y repetir en la embestida.[9]​ Según el ganadero José Joaquín Moreno Silva, "lo mejor que tiene Saltillo es la fijeza, la humillación y la transmisión, es un toro que no te deja indiferente para bueno o para malo".[10]

(Marqués del Saltillo)

(Alonso Moreno de la Cova)

(Javier Moreno de la Cova)



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