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Ernesto Guhl Nimtz



Véase lista detallada en la sección Obras.

Ernesto Guhl (alemán: /'ɛɐ̯nest' gu:l/; Berlín, Alemania, 15 de mayo de 1915-Bogotá, Colombia, 8 de agosto de 2000) fue un geógrafo humanista alemán. Considerado como símbolo de la Geografía de la Universidad Nacional de Colombia.

Radicado en Colombia desde 1937, hasta su muerte, llegó a ser considerado como el padre de los modernos estudios geográficos en Colombia y una de las mayores autoridades en materia de páramos tropicales húmedos. Se convirtió en uno de los geógrafos más importantes, reconocido por sus discípulos como “el Padre de los estudios geográficos modernos” del país.

Aunque no creó escuela, la gran cantidad de educadores que se formó bajo su influencia desde la cátedra llevó a que se le conozca como el "Maestro de maestros".[2]

El profundo conocimiento de la geografía europea, adquirido durante los viajes de su infancia y temprana juventud, le permitirían acercase a la geografía tropical con ojos expertos y emprender su propio método.

Inició sus estudios de geografía y humanidades en la Humboldt Universität zu Berlin entre 1931 y 1933 y geografía y cartografía en el Instituto de Geografía y Geopolítica de la Academia de Ciencias Políticas de Alemania (1933-1937). Se formó durante el periodo crítico del control absoluto de la academia por parte de los nazis desde 1933, fue cartógrafo del régimen nazi bajo la dirección de Karl Haushofers quien colaboró implementando las políticas de "Lebensraum", debió a un malentendido de Guhl con una novia inglesa de la cual la gestapo tenía sospecha, Guhl, se vio obligado a fugarse de Alemania.[1]

Aunque algunos críticos aseguran que Guhl fue ante todo un autodidacta, es innegable que gracias a los conocimientos adquiridos desde su temprana educación llegó a dominar la materia y a desarrollar el estudio científico y sistemático de la geografía en Colombia.

Como muchos de los principales investigadores que a raíz del auge nazi salieron de Alemania en particular, Guhl no se procupó en ningún momento por ostentar títulos académicos. Le valía con demostrar sus conocimientos y aplicarlos tanto en la cátedra como en la actividad civil.

Salió con rumbo a Francia en 1937 , como muchos otros alemanes, pero el avance de esa política en Europa lo obligó a embarcarse en el puerto francés de Dunkerque con rumbo a Suramérica. Hizo la travesía del Atlántico en un barco carguero de bandera francesa, llegando a Panamá y luego a Buenaventura.

Recién llegado a Colombia, el joven Guhl fue nombrado miembro de la sección científica que fijaba fronteras por medio de la fotogrametría en la Sociedad Colombo Alemana de Transporte Aéreo, Scadta, relacionada al NSDAP y al partido Nazi con sede en Barranquilla. Esta empresa pionera de la aviación comercial, que luego sería denominada Aerovías Nacionales de Colombia, Avianca.

Al consolidarse el nazismo en su patria el gobierno nacional limitó las posibilidades de los germanos en el país, y a Guhl se le prohibió continuar sus labores en la zona del río Catatumbo.

Más tarde, se presentó a la Escuela Normal Superior, donde fue enganchado como profesor de geografía por su director, el médico siquiatra José Francisco Socarrás. Entre sus primeros alumnos se destacaron Virginia Gutiérrez de Pineda, Roberto Pineda Giraldo, Milcíades Chaves, Darío Mesa y Miguel Fornaguera, integrantes de la promoción de 1944, con quienes entabló una muy sólida amistad. Con Fornaguera escribiría el libro Colombia, ordenación del territorio con base en el epicentrismo regional (publicado en 1969).

Por esa misma época contrajo amistad con otros intelectuales europeos que, también huían del nacional socialismo y con los cuales se inició una de las más fructíferas etapas de la investigación en Colombia: Juan Friede, Gerardo Reichel-Dolmatoff, Leopoldo Richter, Paul Rivet, José de Recassens, Jorge de Oteiza, Lothar Petersen, W. Justus Schotelius, Leopoldo Rother, etc. A ellos añadió una larga lista de intelectuales nacionales, entre los cuales se destacaron Gregorio y Luis Hernández de Alba, Luis Duque Gómez, Julio César Cubillos, Eliécer Silva Célis, Enrique Pérez Arbeláez, Orlando Fals Borda, etc, y después Raymond E. Christ, Georg Sadner, etc.

En la Escuela Normal Superior trabajó hasta cuando Colombia se declaró beligerante frente al Tercer Reich de Alemania. A diferencia de otros compatriotas residenciados, no tuvo que ir al ''campo de concentración de Fusagasugá, pues se había casado con la joven payanesa Ana Luisa Nanetti Valencia. Luego de la guerra retornó a la Escuela, pero se retiró al ser desmembrada ésta.

Poco después de contraer matrimonio, su casa en el barrio de Chapinero, se convirtió en el eje de muchas investigaciones y discusiones científicas con las tertulias vespertinas de los jueves, que pasaron a ser llamadas " el chocolate de los sabios". También allí, Doña Anita, quien sería su gran apoyo por más de medio siglo, ordenó pacientemente la inmensa correspondencia que a diario llegaba al geógrafo.

En Chapinero nacieron sus hijos Ernesto Guhl Nannetti (Consultor ambiental, exministro del Medio Ambiente), Susana Guhl Nannetti (antropóloga), Felipe Guhl Nannetti (biólogo) e Ilse Guhl Nannetti (médica), quienes han alcanzado lugares destacados en la investigación científica.

Desde entonces, por épocas trabajó en el Instituto Geográfico Militar "Agustín Codazzi" y en algunas otras instituciones.

En 1955, durante el gobierno del General Gustavo Rojas Pinilla, fue jefe del Departamento Técnico de Seguridad Social Campesina del Ministerio de Trabajo, entidad desde la que promovió una serie de estudios sobre la situación geográfica, económica y social de diferentes departamentos, como base para el establecimiento de un régimen de seguridad nacional.

Su trabajo pionero sobre el departamento de Caldas fue enviado para que participara en el Premio Nacional de Ciencia de la Fundación Alejandro Ángel Escobar del año 1955, y obtuvo una mención entre los dieciocho trabajos inscritos.

Biblioteca Ernesto Guhl, en la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.

Ernesto Guhl Nimtz. Dibujo a tinta de Fabio Barrera T.

Viajero impenitente, el profesor Guhl prefirió siempre el viaje a pie, enseñándole a sus discípulos que sólo a través de la observación atenta se puede aprehender el paisaje.

Entre sus primeras labores como empleado de la Scadta se deben mencionar los viajes por y sobre los ríos Catatumbo y Magdalena.

Los reconocimientos sobre el Río Grande de la Magdalena fueron básicos para que posteriormente el sacerdote Enrique Pérez Arbeláez diera a luz el importante libro Hylea Magdalenesa.

"Cada quien ve lo que conoce", sostenía en la cátedra, sintetizando la idea de Leonardo da Vinci, "se pinta lo que se conoce y se conoce lo que se ama", y exigiendo reflexionar en la aseveración atribuida a Lenin: "Lo más familiar es lo más desconocido".

Así narraba el profesor Guhl esta singular experiencia en tierra colombiana:

Paul Rivet no cejaba en la posibilidad de encontrar a los yurumanguí, y fue así como entre octubre y diciembre de 1945, Guhl regresó en compañía de los antropólogos Gerardo Reichel Dolmatoff y Roberto Pineda. El informe oficial del Director del Servicio de Arqueología y del Instituto Etnológico Nacional, Doctor Luis Duque Gómez, resume así esta aventura científica: El objeto de esta expedición, "como el de la primera, séria la localización de una tribu indígena en aquella región, que presenta la importancia de estar emparentada linguísticamënte con tribus de Norteamérica y con pueblos oceánicos del Pacífico".[4]

En abril de 1946, Guhl voló durante varios días por la zona, acompañado por los pilotos nacionales, sin lograr adquirir indicios sobre la supervivencia de los indios Yurumanguí, pero haciendo importantes observaciones de índole geográfica.[6]

Desde su llegada al territorio colombiano, el maestro Guhl lo recorrió palmo a palmo. En tal sentido superó las expediciones de naturalistas y geógrafos anteriores. A todo lo largo y lo ancho: desde la península de la Guajira, en el extremo norte hasta Leticia en el extremo sur de la Amazonia colombiana, desde el Orinoco hasta el Chocó y midió las alturas colombianas desde el nivel del mar o la depresión momposina, hasta las cumbres nevadas de los volcanes andinos y se acercó a las cimas de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Los primeros años del exilio en tierra colombiana lo llevaron a un mundo en el cual la lluvia era como el leit motiv de la naturaleza: los torrenciales aguaceros en los llanos, la imparable lluvia de las selvas del Chocó, el Catatumbo y el Amazonas, la eterna llovizna de Bogotá, el bosque de niebla y la embrujante neblina de los páramos.

Este fenómeno meteorológico lo impactaría de tal manera como para influir en la concepción estética de algunos artistas colombianos, como Fernando Granda, quien daría este título a una de sus series gráficas en China.

El avance del Nazismo en Europa lo hizo coincidir en la sabana cundiboyacense con el antropólogo Paul Rivet y a instancias suyas haría parte de la expedición en busca del yurumanguí.

En la Escuela Normal Superior dictó la cátedra de geografía y con su discípulo y amigo Miguel Fornaguera escribió el libro Colombia, ordenación del territorio con base en el epicentrismo regional.

En 1952 se vinculó a la docencia universitaria. Como profesor de las facultades de Sociología (desde 1954) y de Ciencias Humanas en la Universidad Nacional de Colombia combinó la cátedra con la investigación de campo durante más de 33 años.

El Departamento de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia le otorgó su máxima distinción académica: la de Profesor Emérito. "Por siete lustros contribuyó decisivamente a la formación de varias generaciones de estudiantes".(Un Periódico. Universidad Nacional de Colombia, en El Tiempo, 15 de octubre de 2000 [3])

Ernesto Guhl trabajó por épocas en el Instituto Geográfico Agustín Codazzi y en otras instituciones como el Ministerio del Trabajo, en donde fue jefe del Departamento Técnico de Seguridad Social Campesina. Espacio y sociedad..

Además de sus labores docentes en la Universidad Nacional, Guhl fue uno de los catedráticos fundadores de la Universidad de los Andes.

1946 fue un año de intensa actividad para Ernesto Guhl. Así lo encontramos inmerso en la selva pluvial del Cauca y ascendiendo a las cumbres de los Andes, al alto Magdalena, acompañando las expediciones del Instituto Etnológico Nacional, con Paul Rivet, Luis Duque Gómez, Gregorio Hernández de Alba y Eliecer Silva Celis.

Este periplo lo lleva a la población de San Agustín, en el departamento del Huila.

El mayor itinerario vital de Guhl lo constituyó el reconocimiento, palmo a palmo, de los páramos húmedos del trópico en este rincón de América Sepentrional. Fruto de esos viajes, expediciones y constantes caminatas fue la creación de una conciencia ecológica en torno a la importancia del páramo como gran almacén del líquido vital.

Guhl fue la primera voz de reclamo en defensa de la conservación de los páramos; él predijo su desaparición ante la falta de atención de los gobiernos y los hombres impelidos por la pobreza de unos y la avaricia de otros.

Recién llegado a Colombia y luego de haber realizados algunas investigaciones personales sobre el cultivo de la papa en el Macizo de los Andes, Guhl fue encargado de la cátedra de geografía en la Escuela Normal Superior, centro universitario que pretendía emular la famosa Normal Superior de París, bajo la dirección del sicólogo José Francisco Socarrás y el apoyo económico y político del gobierno de Eduardo Santos.

En la Escuela Normal Superior dictó la cátedra de geografía y con su discípulo y amigo Miguel Fornaguera escribió el libro Colombia, ordenación del territorio con base en el epicentrismo regional.

Allí alternó sus enseñanzas con otros de los pocos emigrados europeos que pudieron establecerse en el país: el antropólogo francés Paul Rivet, el español Pablo Vila y Justus Wolfgang Schotellius, otro alemán.

La revolución científica iniciada con la Normal Superior se vio frustrada con la caída del Partido Liberal, quedando sin recursos y casi todos los maestros salieron de Colombia. Ernesto Guhl, se vinculó al Alma Mater colombiana, la Universidad Nacional, en donde inició una carrera de pedagogía ciudadana paralela a la investigación social y la enseñanza académica de la geografía.

Ernesto Guhl "se salvó de ir al campo de concentración alemán en Fusagasugá, porque se casó con una colombiana. Según relata Rueda, a diferencia de otros europeos que vinieron huyendo de la Segunda Guerra Mundial, Guhl echó raíces en Colombia, pero no se nacionalizó . El decía: no me gusta ser ciudadano de segunda clase".(El Tiempo, edición citada.)

En 1952 se vinculó a la docencia universitaria. Como profesor de las facultades de Sociología y de Ciencias Humanas en la Universidad Nacional de Colombia combinó la cátedra con la investigación de campo durante más de 33 años.

Guhl había pasado unos cuarenta años recorriendo Colombia a pie, acompañado de una brújula, con el interés de mirar, entender, observar y analizar el país que lo acogió. Con el inmenso bagaje acumulado durante esa tiempo emprendió la tarea de reunirlo en una obra coherente y así nacieron los dos tomos de Colombia: Bosquejo de su geografía tropical con el apoyo económico de la Fundación John Simon Guggenheim, publicados por el Instituto Colombiano de Cultura, Colcultura, en 1975 y 1976. Esta obra será reeditada en un solo tomo por la Universidad Nacional de Colombia en el año 2010.

El 17 de marzo de 1966 se creó el Centro de Investigaciones para el Desarrollo Económico y Social, “con el fin primordial de fomentar, coordinar y vincular el trabajo de la Universidad a la transformación y progreso de la sociedad colombiana” . En 1973 el profesor Ernesto Guhl, como comisionado de la Facultad de Ciencias Humanas, asumió la dirección hasta 1975, año en el que termina la primera etapa del Centro.

Cabe a la energía, carisma y convicción de Ernesto Guhl una responsabilidad especial en la creación, en 1966, del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional, de la recién creada Facultad de Ciencias Humanas, el primero de su género, en Colombia, en la formación de geógrafos en el pr egrado del cual fue su primer director.[7]

¿Para qué no ha servido la geografía?. Con este título desató una interesante polémica.

Geografía y desarrollo económico.

Entre sus principales planteamientos en torno al papel de la geografía en el desarrollo económicos, Guhl señalaba, que el cultivo de café, cuyo desempeño ha sido decisivo históricamente para el desarrollo económico del país, se lleva a cabo en zonas climáticas caracterizadas por tener una temperatura que varía entre los 17.5 °C y los 24 °C, esto es, aproximadamente a un altura entre los 1.000 y 1.800 metros sobre el nivel del mar y que de acuerdo con la variedad de café utilizada, para su cultivo se requiere de una humedad bastante alta, así como alta nubosidad, condensación y precipitación.

No es casualidad, según lo plantea Ernesto Guhl, que precisamente entre el rango de 1.000 a 1.200 metros sobre el nivel del mar se encuentran condiciones favorables para este tipo de cultivos y que el cinturón que forman estos territorios es precisamente el área económicamente más desarrollada del país y que concentra la mayor parte de la población rural de Colombia. Ref: LUIS ARMANDO GALVIS APONTE ¿Qué determina la productividad agrícola departamental en Colombia?

Colombia: Bosquejo de su geografía tropical había tratado de llenar el gran vacío de información geográfica, física y humana sobre Colombia, comparable a la obra de Agustín Codazzi unos cien años atrás. Guhl era consciente de las limitaciones de su obra esrita y trató de remediarlo con la que sería la "Geografía Extensa de Colombia".

A la redacción de esta obra dedicó los últimos años de su vida. No solo por la abundancia de los materiales, sino por la pasión con que el autor los había recogido y analizado, llevaron a los lectores de los borradores a denominarla "Geografía Intensa de Colombia".

Pero los originales de la obra capital del profesor Ernesto Guhl, se perdieron para siempre en un taxi: no había copia de ella[5] y los borradores aún no han podido ser reunidos.

La obra del profesor Guhl no generó una tendencia geográfica en Colombia, pero su permanente reflexión sobre el sentido y el papel de esta ciencia a partir de la geografía regional lo llevó a proponer desde ese punto de vista el desarrollo de la geografía física y social.

"El papel de la geografía en las ciencias humanas", en Revista Colombiana de Sociología. Bogotá, agosto de 1982.

Las características de los páramos andinos le proporcionaron a Guhl la posibilidad de desarrollar una metodología de trabajo diferente.

El páramo es una característica exclusiva de pocos países tropicales (Colombia, Costa Rica, Ecuador, Venezuela y Kenia). El paisaje paramuno de Colombia impresionó a Guhl y lo obligó a idear un nuevo sistema: «De arriba para abajo, de la cumbre hasta el pie de la montaña, a través de la geografía vertical de los trópicos de los países ecuatoriales húmedos».

Durante muchos años, como profesor de la Universidad Nacional, de la Facultad de Sociología y luego de la de Ciencias Humanas, el profesor Guhl visitó el páramo de Sumapaz con sus estudiantes, mostrándoles la tridimensionalidad del espacio colombiano.

La siguiente lista cronológica de libros y artículos escritos por el profesor Ernesto Guhl es muy incompleta.

por Ernesto Guhl; Colombia. Ministerio del Trabajo. Bogotá, Editorial Cosmos, 1954.

pronunciada en el auditorio de la Facultad de Ciencias Humanas en el primer semestre de 1982. Se puede leer en la revista UNAL. http://www.revistas.unal.edu.co/index.php/RECS/article/view/8636/9280 Edición pdf en internet.]



La lista de obras traducidas del alemán, u otros idiomas, al español por el profesor Ernesto Guhl es muy extensa. A continuacoión se citan algunas de las más difundidas:

Sueños no realizados y temas de conversación:

Geografía física y humana en la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia.Salidas de campo con los estudiantes de I semestre de 1983 y Ii semestre de 1983. [7]



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