Guadalest (en valenciano y oficialmente, El Castell de Guadalest AFI: [eɫ kasˈteʎ ðe ɣwa·daˈlest]) es un municipio de la Comunidad Valenciana, España, situado en el interior de la provincia de Alicante, en la comarca de la Marina Baja.
Está declarado Conjunto Histórico-Artístico desde 1974 y forma parte de la Asociación Los pueblos más bonitos de España.
Es una población pequeña pero fundamentalmente turística y muy conocida por el pintoresco castillo que domina todo el valle de Guadalest.
El municipio está enclavado en dicho valle y está bordeado por las máximas alturas de la provincia. Al norte está la Sierra de la Xortà (1126 m), al sur está la Sierra de Aitana (1.558 m) y hacia el oeste se encuentra la Sierra Serrella (1361 m). La altitud es de 595 m y sus alturas más representativas son: Els Parats (1147 m), el Morro Blau (1124 m) y el Morro Blanco (1084 m).
El río Guadalest atraviesa el término de oeste a sureste, recogiéndose sus aguas en el embalse del mismo nombre.
El municipio disfruta de un clima de tipo mediterráneo, pero difiere un poco del de la costa, con inviernos más frescos y veranos más suaves y agradables. Por su relieve accidentado se extienden, en las zonas altas, los pinos y el monte bajo, mientras que en las laderas con terrazas y en el valle, se cultivan cítricos, olivos, algarrobos y almendros que, en primavera, ponen una nota de color al paisaje.
Para llegar a Guadalest, hay dos maneras posibles, una es coger la carretera CV-70, entre Alcoy y Callosa de Ensarriá, carretera que cruza el Valle de Guadalest, atravesando poblaciones tales como Benimantell, Benifato y el mismo Guadalest. Otra posibilidad, es coger la misma carretera CV-70 en Polop de la Marina.
Limita con los términos municipales de Benimantell, Bolulla, Callosa de Ensarriá, Castell de Castells y Polop de la Marina.
Guadalest, existente ya en época musulmana, fue conquistado por los cristianos a mediados del siglo XIII.
El rey Jaime II de Aragón donó en feudo el castillo de Guadalest a Bernardo de Sarriá en 1293, momento en que empezó un período de 42 años durante el cual el castillo y toda la comarca llegaron a pertenecer a la familia Sarriá.
En 1335, el castillo pasó a la Corona, quien lo vendió al Infante Don Pedro; de este pasó a su hijo, el primer Duque de Gandía, y a la muerte del último Duque Real de Gandía, a la familia Cardona. Los Cardona llegaron a ser Almirantes de Aragón; en 1543 Carlos I concedió a Sancho de Cardona para sí y sus sucesores perpetuamente el título de Marqueses de Guadalest. El marquesado incluía un gran número de poblaciones de toda la comarca.
Hasta la expulsión de los moriscos (1609) tuvo una abundante población islámica bajo el señorío de distintos nobles aragoneses.
El 22 de junio de 1644, se produjo un terremoto que destrozó el castillo; en diciembre del mismo año volvió a repetirse otro seísmo de gran intensidad.
El último Cardona, Marqués de Guadalest, murió sin descendencia en 1699 y esto provocó una serie de problemas que terminaron al recaer el marquesado en la persona del Marqués de Ariza.
Durante la época de los Cardona, hubo otra familia que adquirió gran relevancia, la de Orduña. La vinculación de los Orduña a Guadalest data del siglo XVI, pues fueron alcaides perpetuos desde 1669 y alcanzaron nobleza en 1756, al ingresar en la Orden de Santiago don Pedro Antonio Buenaventura de Orduña y García.
Durante la Guerra de Sucesión, en 1708, el Castillo de San José sufrió una voladura que afectó gravemente su ala oeste y la Casa Orduña fue incendiada.
Ya en el siglo XX, Guadalest sufrió una serie de cambios importantes: en 1953 se empezó a construir el embalse, que sería terminado en 1971.
En 1974, Guadalest fue declarado Conjunto Histórico-Artístico.
Actualmente el Marquesado de Guadalest lo ostenta Roberto Luis Sánchez de Ocaña Chamorro.
La población de hecho que según las tablas que publica el Instituto Nacional de Estadística de 10 en 10 años, había el 1 de noviembre de 2011 ascendía a 227 habitantes, 116 hombres y 111 mujeres.
Población de hecho según los censos de población del INE.
Gracias al carácter turístico que el municipio ha tomado en los últimos años, un gran sector de la población depende de los servicios, en especial de la hostelería, del comercio de marroquinería y souvenirs y de los variados museos. Una mínima parte de los habitantes de Guadalest se dedica aún a las tareas agrícolas, especialmente, las relacionadas con los productos de secano (almendro, algarrobo y olivo).
Los platos típicos de Guadalest están elaborados con productos propios de la tierra. El arroz con alubias y nabos, el pimiento relleno, el mincho, el conejo al ajillo, las verduras al horno, olla de trigo, la olleta y las pelotas de maíz son ejemplos de esta variada cocina.
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