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Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús



Las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús son una congregación religiosa católica femenina de derecho pontificio, fundada en 1881 por el religioso hospitalario italiano Benito Menni, con el fin de atender a los enfermos, sobre todo, en atención psiquiátrica, salud mental y discapacidad intelectual. A las religiosas de este instituto se les conoce como hospitalarias del Sagrado Corazón, o simplemente como hermanas hospitalarias, y posponen a sus nombres las siglas H.S.C.[1]

El sacerdote hospitalario italiano Benito Menni, estando de conventual en el hospital de psiquiátrico de Ciempozuelos, con la colaboración de María Josefa Recio Martín y Angustias Giménez, fundó la Congregación de Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, el 31 de mayo de 1881, con el fin de realizar una mejor atención a los internos del centro psiquiátrico. La congregación fue aprobada por el arzobispo de Toledo el 27 de septiembre de 1882.[2]

El 25 de julio de 1892, el instituto fue reconocido como congregación de derecho pontificio, mediante el decreto de alabanza. La aprobación definitiva de parte de la Santa Sede la recibió en 1901. Entre 1881 y 1901 la congregación conoció un periodo de expansión por España, con la fundación de 15 hospitales psiquiátricos.[2]

La Congregación de Hermanas Agustinas Hospitalarias de la Inmaculada Concepción de Cambrai (Francia), fundada en 1845 y a la que se habían unido varias congregaciones y monasterios autónomos, terminó por fusionarse con las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón en 2011.[3]

La Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón es un instituto centralizado, cuyo gobierno recae en la Superiora general, cuya sede central se encuentra en Roma. En la actualidad el cargo lo ostenta la religiosa portuguesa Anabela Carneiro.[1]

Las hermanas hospitalarias se dedican a la asistencia médica, especialmente en los centros pquiátricos, de salud mental o de discapacidad intelectual. El modelo asistencial hospitalario abarca la prevención, tratamiento y rehabilitación. Siempre comprometido con la mejora continua de la calidad, a través de los últimos avances científicos y el respeto a la propia dignidad de las personas atendidas. En la actualidad, la congregación tiene más de 370 centros y dispositivos de atención socio-sanitaria repartidos por 25 países del mundo, con más de 11.100 trabajadores y numerosos voluntarios.

En 2015, la congregación contaba con más de 1000 religiosas y 101 comunidades,[1]​ presentes en Angola, Argentina, Bolivia, Brasil, Burquina Faso, Camerún, Chile, Colombia, Ecuador, España, Filipinas, Francia, Ghana, India, Italia, Liberia, México, Mozambique, Perú, Portugal, Reino Unido, República Democrática del Congo, Togo, Uruguay y Vietnam.[4]

Existen diferentes valores hospitalarios, que corresponden a elementos clave de la identidad de esta Institución; en ellos se manifiestan la originalidad de su Acción y son rasgo diferencial y apreciado de su Obra.

En cuanto valores humanos, que en su tradición brotan del Evangelio, son asumidos por todos; se encarnan en cada cultura; orientan las decisiones de los responsables e inspiran el actuar de cada uno en su tarea; además, se pueden sintetizar todos sus valores en uno solo: hospitalidad

La hospitalidad es un valor humano esencial en los ámbitos social, asistencial y sanitario. Consiste en ofrecer espacio y tiempo, atención y cuidado, humanidad y recursos a los destinatarios de nuestra misión.[5]

Para explicitar este valor síntesis, lo desarrollamos en ocho valores en él implicados: [6]



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