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Huracán Helene



El huracán Helene fue un fuerte ciclón tropical de categoría 2 sobre el Océano Atlántico. Ha sido uno de los pocos sistemas tropicales que se han acercado y han afectado al este de Europa a países como Portugal, España, Francia o Reino Unido. Es la octava tormenta nombrada, cuarto huracán, y segundo huracán mayor después del poderoso huracán Florence en la temporada de huracanes en el Atlántico de 2018. El huracán se formó a partir de una onda del este proveniente de África que al llegar al Atlántico se convirtió en una profunda borrasca que siguió intensificandose hasta llegar a su categoría de tormenta tropical. Poco después, la tormenta empezó a desarrollar un ojo aunque poco definido ya como un huracán categoría 1. Este huracán siguió intensificándose en las aguas abiertas del Océano Atlántico hasta alcanzar la categoría 3. Poco después,el huracán empezó a debilitarse, pues se estaba acercando a Europa y en esa zona, la temperatura de la superficie del océano baja y la cizalladura aumenta. Helene desapareció tras afectar de manera esporádica a algunos países de Europa.

A principios de septiembre, una vigorosa onda tropical que atravesó el oeste de África produjo una gran masa de convección. Mientras aún estaba tierra adentro, se formó un área superficial de baja presión en asociación con la ola el 6 de septiembre. Las fuertes lluvias de la onda tropical precursora en Guinea provocaron inundaciones, que se cobraron tres vidas en Doko. El sistema se movió mar adentro temprano el 7 de septiembre y se convirtió en una depresión tropical alrededor de las 12:00 UTC cerca de Banjul, Gambia. Dirigida hacia el oeste debido a una dorsal subtropical al norte, la depresión se intensificó hasta convertirse en la tormenta tropical Helene a principios del 8 de septiembre. En las islas de Cabo Verde, los vientos derribaron árboles y una antena de telecomunicaciones en una ciudad. La tormenta también causó daños menores a edificios, vehículos y carreteras. La mejora de las características de las bandas y el desarrollo de un núcleo interno indicaron un mayor fortalecimiento; Helene se convirtió en huracán alrededor de las 18:00 UTC del 9 de septiembre. Helene fue el segundo huracán más oriental que se formó en la región de desarrollo principal (MDR) durante la era de los satélites, solo detrás de Fred en 2015. Luego, Helene se curvó hacia el oeste-noroeste alrededor del borde de la cordillera subtropical y se intensificó aún más, convirtiéndose en un huracán de categoría 2 alrededor de las 12:00 UTC del 10 de septiembre. Aproximadamente 24 horas después, el ciclón alcanzó su punto máximo con vientos de 175 km/h (110 mph) y una presión mínima de 967 mbar.

Las temperaturas más frías del agua y el aire más seco hicieron que Helene se debilitara a tormenta tropical el 13 de septiembre. El flujo entre una vaguada sobre el Atlántico central y la dorsal subtropical atrajo a Helene en un movimiento hacia el norte. El 13 y 14 de septiembre, el ciclón experimentó una interacción Fujiwhara con la tormenta tropical más pequeña Joyce al oeste. Posteriormente, Helene aceleró hacia el noreste y pasó sobre las Azores a última hora del 15 de septiembre. La tormenta produjo vientos con fuerza de tormenta tropical sobre las Azores occidentales. Al día siguiente, Helene hizo la transición a un ciclón extratropical mientras aceleraba hacia las Islas Británicas, convirtiéndose en la primera tormenta nombrada de la Temporada europea de tormentas de viento. El 18 de septiembre, la baja extratropical asociada con Helene se fusionó con otro sistema extratropical. Los remanentes continuaron impactando Irlanda y el Reino Unido, lo que provocó advertencias de ráfagas de viento de hasta 100 km/h (65 mph) para las áreas del sur y oeste del Reino Unido. Sin embargo, Helene se debilitó considerablemente mientras se acercaba a las Islas Británicas, lo que provocó la cancelación de todas las advertencias meteorológicas el 18 de septiembre. La tormenta extratropical produjo lluvias en las Islas Británicas y ráfagas de viento que alcanzaron las 85 km/h (50 mph) en Gales.

Helene llegó a ser categoría dos y por lo tanto, en algunos países en los que rozó o directamente tocó tierra se produjeros daños, aunque en general no fueron cuantiosos. Abajo se muestra el impacto de Helene.

En Senegal tocó tierra cuando estaba en su fase de formación, afectó como una tormenta tropical y lo máximo que dejó fueron algunas inundaciones y pocos destrozos ya que los vientos eran aun débiles (70 km/h) o (45 millas por hora). En cambio en Cabo Verde, Helene ya estaba bien formado y afectó ya como huracán categoría 1,las precipitaciones ya eran intensas y el viento, en torno a los 120km/h (75 millas por hora). Hubo inundaciones y casas destrozadas.

Helene siguió su trayectoria y tras alejarse de África y alcanzar en medio del Atlántico su pico de intensidad como categoría tres, empezó a poner rumbo a Europa, cosa bastante extraña que ocurra. Antes de acercarse a Europa, paso por las Islas Azores como tormenta tropical. Los destrozos fueron mínimos.

El primer lugar que sintió sus efectos por el paso lejano del ciclón, fueron los países de España y Portugal. En Galicia, lo máximo que se notó fueron las olas que alcanzaron 4m de altura y los vientos. En Portugal, ocurrió lo mismo.

Helene llegó convertido prácticamente en una depresión pero con la categoría de tropical todavía. El impacto fue más notable que en la península ibérica, tocó tierra poco antes de desaparecer. El paso de la tormenta fue más perceptible en Irlanda, pues afectó de manera más directa que en Inglaterra. Los vientos fueron de unos 90 km/h (60 millas por hora) y las precipitaciones intensas. Poco después de tocar tierra, Helene desapareció sobre Irlanda.



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