Joan Coloma i Cardona

Juan Coloma y Cardona o Juan Coloma Pérez Calvillo. (h. 1522 - Elda,^[1]​ 9 de octubre de 1586). (III Señor de Elda (1539-1586) y I Conde de Elda (1577-1586). Noble, escritor y militar español. Hijo de Juan Francisco Pérez Calvillo Coloma, II Señor de Elda y nieto de Mosén Juan de Coloma, primer Señor de Elda y secretario de los reyes Católicos.

Casado por tres veces, la última, en 1551, con Isabel de Saa, dama de la Corte portuguesa con la que tuvo catorce hijos, siete hombres y siete mujeres. Además de Antonio Coloma, quien heredó el título, destacaron Alonso Coloma, que llegó a ser obispo y Carlos Coloma, militar e historiador. Francisco Coloma fue marino y Diego Coloma, fraile agustino. De sus siete hijas, tres de ellas fueron religiosas, Ana, Juana y Blanca. Guiomar e Isabel casaron con sendos señores. Blanca Coloma fue comendadora de la orden de agustina. Luisa de Cardona, nacida en Alicante en 1569, ingresó en el Convento de Santa Fe de Toledo. Fallecida en noviembre de 1597, el poeta Luis de Góngora le dedicará un romance.^[2]​

Coloma y Cardona ingresó pronto en la carrera militar, sirviendo a Carlos I y a Felipe II en los ejércitos españoles en Flandes y Milán. Llegó al grado de Capitán General y fue nombrado por Felipe II Virrey de Cerdeña entre 1570 y 1577.

Por los servicios prestados a la Corona de España, en 1561 se le concedió la alcaldía del Castillo de Alicante. Al retornar de Cerdeña en 1577, el Rey le otorgó mediante privilegio el título de Conde de Elda el 4 de diciembre de ese mismo año, que abarcaba las baronías de Elda, Petrel y Salinas. Más tarde, en 1581, gracias al matrimonio de su hijo y heredero, el segundogénito Antonio Coloma, con una miembro de la familia de los Condes de Cocentaina, Beatriz de Corella, obtuvo el mayorazgo de Elda, favoreciendo la política de agrupar la alta nobleza valenciana. En esta situación alcanzó su máxima influencia económica y social.

Fijó su residencia en el Castillo de Elda, que remozó por completo en estilo tardo-gótico desde donde gobernaba sus posesiones. Reformó la Iglesia de Santa Ana, que su padre había recibido como mezquita tras la confiscación de los bienes a la población mudéjar en 1525 por la Corona de Aragón, cambiando la orientación hacia La Meca del antiguo templo islámico y dándole un aire cristianismo. En su afán por reformar la villa de Elda, que conservaba en el segundo tercio del siglo XVI dos tercios de población morisca, levantó también un Convento franciscano en 1562.

Publicó, al menos, dos obras: «Década de la Pasión de nuestro Redmetor Ievu Christo» y «Cántico de la gloriosa resurrección».^[3]​Sus andanzas como militar fueron elogiadas por Miguel de Cervantes en el Canto de Calíope dentro de La Galatea.^[4]​

tanta gracia del cielo se ha encerrado, que a la envidia pusiste en duro freno y en la fama mil lenguas has criado, con que del gentil Tajo al fértil Reno tu nombre y tu valor va levantado! Tú, conde de Elda, en todo tan dichoso,

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