José Caixal y Estradé
José Caixal y Estradé (Vilosell, 9 de julio de 1803 - Roma, 26 de agosto de 1879) fue un prelado español, obispo de Urgel y copríncipe de Andorra desde 1853 hasta su fallecimiento.
Nació en Vilosell (actual provincia de Lérida) en 1803. Abrazó la carrera del sacerdocio apenas llegó a la edad competente para ello. Ejerció el profesorado en la Universidad de Cervera y en el Seminario de Tarragona, de cuya iglesia Catedral fue nombrado canónigo en 1831.
El 5 de junio de 1853 fue preconizado obispo de Urgel, en cuya diócesis se dedicó a la predicación cristiana, dio numerosas misiones, construyó el seminario y fundó el Colegio de San Luis, destinado a favorecer las vocaciones eclesiásticas de los pobres.
La reina Isabel II agració a Caixal en 1858 con la Gran Cruz de la Real y Americana Orden de Isabel la Católica. Se distinguió en el Concilio Vaticano I, en el que hizo uso de la palabra hasta en doce ocasiones, mereciendo que el papa Pío IX le nombrase camarero asistente al Solio Pontificio y que le hiciese Noble romano, título que solo concedían los pontífices a las personas que llegaban a prestar eminentes servicios a la Iglesia.
Además de ser un notable orador, se destacó como escritor. Dominaba perfectamente el español, el francés y el italiano. En latín escribió Veni-mecum, un diccionario para sacerdotes; y en castellano —en colaboración con el padre Palau— escribió la Lucha del alma con Dios. Sus pastorales fueron definidas como documentos notables.
En 1871 fue elegido senador del Reino por Tarragona.
Cuando la Tercera Guerra Carlista, Don Carlos confirió el cargo de Vicario General Castrense de sus tropas al Obispo Caixal, quien acudió al Norte al lado del pretendiente hasta que, posesionados de la ciudad y los fuertes de Seo de Urgel los carlistas, volvió Caixal a su Diócesis, de la cual ya no se separó hasta después de sitiada y tomada Seo de Urgel en agosto de 1875 por los alfonsinos, quienes le consideraron como prisionero de guerra. Como tal le condujeron a Barcelona, escoltado por oficiales de la Guardia Civil, y le confinaron después al castillo de Alicante, de donde pasó a Roma en calidad de desterrado y con expresa prohibición de regresar nunca más a España.
El obispo José Caixal, a quien Don Carlos agració en campaña con la Gran Cruz de la Real y distinguida Orden de Carlos III, vivió en la capital del mundo católico en medio de la mayor pobreza; pero recibiendo grandes pruebas de afecto por parte de Pío IX y León XIII, quien le mandó su bendición en el artículo de la muerte, la cual ocurrió el 26 de agosto de 1879.
Surgieron algunos obstáculos para dar sepultura a su cadáver en tierra española; pero finalmente transigió con ello el Gobierno, y los restos mortales del Obispo Caixal descansaron en la Capilla de San Armengol de la Catedral de Urgel.