José Gregorio Suárez Moreira (¿Montevideo, 1813? - Ib., 7 de diciembre de 1879) fue un militar y caudillo del Partido Colorado.
Era hijo de argentinos —José Suárez y Damasia Moreira— y, cuando joven, fue empleado de comercio. Trabajó luego como tropero, reunió capital y se instaló con una pulpería en el departamento de Tacuarembó. En 1839 su comercio fue arrasado por las fuerzas invasoras de Pascual Echagüe y fue tomado prisionero, incidente que parece haber determinado su férrea adhesión a la causa de los colorados y su odio por el Partido Blanco y los federales. Durante la Guerra Grande (1839–1851) se incorporó a las fuerzas de Fructuoso Rivera; luchó en las batallas de Arroyo Grande (1842) e India Muerta (1845) y debió refugiarse en Brasil. Durante ese conflicto su madre habría sido encerrada en su rancho por tropas blancas que luego le prendieron fuego; no existe otra prueba de este hecho que la versión del propio Suárez, que lo narró ante Venancio Flores y el barón de Tamandaré luego de los fusilamientos que siguieron al Sitio de Paysandú (1864–1865). Adquirió prestigio de caudillo y militar corajudo y hábil, y en 1847 era Teniente Coronel de Guardias Nacionales.
Finalizada la Guerra Grande volvió a sus negocios y el 16 de noviembre de 1853 fundó el poblado de San Gregorio de Polanco. En 1854 Flores lo designó jefe político interino de Tacuarembó pero, en 1857, bajo la administración de Gabriel Antonio Pereira, fue acusado de fraude electoral y debió refugiarse nuevamente en Brasil. En 1858 unió sus tropas a las de Trifón Ordóñez y Eufrasio Bálsamo y se sumó a la revolución de los “Conservadores” colorados liderados por César Díaz aunque, luego de la Hecatombe de Quinteros, debió volver al exilio.
Pese a que nunca perdonó a Flores el que se haya mantenido al margen de esa intentona, se alzó con él en la Cruzada Libertadora de 1863 contra el gobierno de Bernardo Berro. Chocó con el caudillo blanco Timoteo Aparicio en la Batalla de Pedernal y sostuvo, según es fama, un encuentro personal a lanza con este, en el cual estuvo herido de gravedad. Estuvo unos meses en el Brasil recuperándose, y se reincorporó a los sublevados poco antes del sitio de Paysandú, en el que, según él mismo reconociera, dio la orden de fusilar a Leandro Gómez y sus colaboradores más cercanos, lo que motivó la ira de Flores y del barón de Tamandaré. Tras el triunfo de Flores, fue ascendido a general el 14 de junio de 1865. Integró las tropas orientales que pelearon la Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay, se destacó en la batalla de Estero Bellaco y, enfermo de paludismo, regresó a Uruguay en 1866.
Convertido en personaje de influencia política, aspiró a la Presidencia de la República y se convirtió en feroz enemigo de Flores. Se le acusó de ser el responsable intelectual de la Conspiración de la Mina (1867), intento de matar a Flores, y este le dio Montevideo como cárcel y le hizo vigilar. Según el historiador colorado José María Fernández Saldaña, preparaba un movimiento armado contra Flores cuando el 19 de febrero de 1868 se registró el fracasado intento de los blancos por tomar el poder, que costó la vida a Flores y a Bernardo Berro. Si bien la opinión predominante en ese momento fue que el asesinato de Flores fue obra de los blancos, la familia del caudillo y, en particular, su viuda, atribuyeron el crimen a Suárez.
En 1868 perdió la Presidencia de la República en el parlamento ante Lorenzo Batlle apenas por un voto, y el 2 de marzo se convirtió en ministro de Guerra y Marina. Se negó a reprimir el alzamiento del caudillo colorado Francisco Caraballo, con el que llegó a confraternizar, pero en cambio combatió con singular firmeza la Revolución de las Lanzas (1870–1872) de su antiguo enemigo Timoteo Aparicio, como comandante del Ejército del sur. Luchó en la batalla de Paso Severino y protagonizó una espectacular retirada cuando fue rodeado por las fuerzas enemigas en Maldonado (la “retirada de la sierra”, 22 de diciembre de 1870). Triunfó en la batalla del Sauce —culminada con el degüello de los prisioneros, hecho denunciado por su propio secretario, Carlos María Ramírez, que lo llamó “Goyo Sangre”— y persiguió a los revolucionarios después de la derrota de éstos en la batalla de Manantiales.
Apoyó inicialmente el golpe militar de enero de 1875 (comienzos del Militarismo), pero el hombre fuerte de la hora, Lorenzo Latorre, desconfiaba de él y lo aisló totalmente, al tiempo que hacía asesinar meticulosamente a sus principales colaboradores (Lucas Bergara, Fermín Bertrán y Felipe Fresnesdoso, entre otros). Falleció abruptamente el 7 de diciembre de 1879 en su domicilio, y se comentó ampliamente en ese tiempo que Latorre lo había hecho asesinar. Fue Suárez un hombre de recia complexión, de rostro ancho y picado de viruela, con una boca grande y de labios gruesos que generó su apodo de “Goyo Jeta”.
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