Kumārila Bhaṭṭa (fl. a finales del siglo VIII d. C.) fue un filósofo y erudito hindú mimamsa en Praiag (ahora Allahabad, en el estado de Uttar Pradesh, India).
También se le conoce como Kumārila Swāmin.
Poco se sabe de su biografía, pero él es famoso por sus doctrinas fundamentales sobre mimamsa, como el Mimamsa-sloka-varttika. Bhatta era un partidario incondicional de la validez suprema de las declaraciones védicas, un gran campeón del purva-mimamsa y ritualista confirmado. Escribió este varttika principalmente como un comentario de los Mimamsa-sutra de Yaimini.
Kumarila es considerado el segundo maestro más importante en la doctrina mimansa, después de su estudiante Prabhakara.
Los estudiosos difieren en cuanto a puntos de vista de Kumarila en un Dios personal. Por ejemplo, Manikka Vachakar creía que Kumarila promovía un Dios personal (parabrahman), lo que entra en conflicto con el aparabrahman de la escuela mimamsa. También se le atribuye la formulación lógica de la creencia mimamsa de que los Vedás no tienen autor (apaurusheya: ‘no humano’, siendo a: partícula negativa, purusha: ‘varón’). En particular es notable su defensa contra la posición medieval budista de los rituales védicos. Esto puede haber contribuido de alguna manera en la disminución del budismo en la India. Su trabajo influenció fuertemente a otras doctrinas indias, sobre todo el advaita vedanta.
Kumarila Bhatta y sus seguidores en la tradición mimamsa (conocidos como bhāṭṭas) abogaron por una visión fuertemente composicionalista de la semántica (llamada abhihitanvaya). En este punto de vista, el significado de una frase sólo se puede entender si se entiende primero el significado de las palabras individuales. Las palabras serían independientes, objetos completos. Este punto de vista se acerca a la visión fodoriana del lenguaje.
Los seguidores de la escuela prabhakara, dentro de la doctrina mimamsa, debatieron esta opinión durante siete u ocho siglos; argumentaban que las palabras no designan directamente un significado; cualquier sentido que se plantea es porque está conectado con otras palabras (anvitabhidhana, anvita: ‘conectado’; abhidhā: ‘denotación’). Esta opinión fue influenciada por los argumentos holísticos de la teoría sphoṭa, de BhartriHari. En esencia, los prābhākaras argumentaban que los significados de las oraciones se captan directamente, a partir de pistas perceptivas y contextuales, saltando la etapa de captar por separado el significado de las palabras individuales; esto es similar a la visión moderna de subespecificación lingüística, que se refiere al «giro dinámico» en semántica, que también se opone a los enfoques puramente composicionalistas del «significado de la oración».
Escribió el Shábara bhashia (‘comentario sobre Shábara’).
Ya en su vejez, Bhatta contaba a sus discípulos que había estudiado el budismo en la propia escuela principal budista, en Nalanda (que se cree que en esa época debe haber sido una de las escuelas religiosas más grandes del mundo). Violando la etiqueta del estudiante espiritual, no reveló que él creía en la religión védica ritualista, que era contraria al budismo.
Al completar sus estudios, pidió debatir con su propio maestro Dharma Kirti (‘la fama de la religión’). Esto en la India se considera gurú droha: ‘ofensa contra el maestro espiritual’, el peor de los pecados. Dharmakirti entonces comenzó a ridiculizar algunas creencias hindúes y manifestó sus dudas sobre la veracidad de los Vedás. Entonces Kumarila Bhatta se perturbó mucho y comenzó a llorar. Alarmado, su gurú se negó a continuar el debate y exigió conocer su verdadera identidad.
Como castigo Kumarila fue arrojado por una barranca cercana a la escuela. Cuando los monjes-estudiantes lo tiraron al vacío, Bhatta gritó: «Iadi vedáh pramanam, na kinchit me bhavishiatih» (‘si los Vedás son infalibles, ninguna cosa me sucederá’). Sobrevivió de la caída pero se golpeó la cabeza con una piedra y perdió un ojo. Los seguidores de la doctrina mimamsa y los seguidores del vedanta creen que su ceguera parcial se debió a que impuso una condición a la infalibilidad de los Vedás. Debería haber dicho: «Como los Vedás son infalibles, ninguna cosa me sucederá».
Kumarila Bhatta abandonó Nalanda después de eso, y se instaló en Praiag (actual Allahabad). Allí se convirtió en un maestro renombrado, y tuvo muchos discípulos.
Abrumado por la culpa por sus pecados (que incluían el haber abusado de la confianza de su gurú budista —no haberle revelado desde un principio que él era hinduista— y su duda de la utilidad de los Vedás como prueba), Kumarila decidió que debía realizar una expiación (llamada en sánscrito praiashchitta, que significa literalmente ‘pensamiento predominante’, o sea ‘pensamiento de muerte’; siendo praias: ‘principal’, y chitta: ‘pensamiento’). Decidió autoinmolarse en una pira de cáscara de arroz (tusanala).
Según la biografía del joven maestro Shankará (788-820), éste deseaba tener un debate con Kumarila acerca de la nueva filosofía vedanta y llegó a Prayag de visita. Sin embargo, cuando Shankará llegó a él, Kumarila ya había entrado en la pira funeraria. Shankará le pidió que abandonara la autoinmolación y saliera para debatir con él. Sin embargo, habiendo comenzado el ritual, Kumarila se negó a abandonarlo y le pidió a Shankará que debatiera con Mandana Mishra, que era su discípulo más importante y estaba allí presente. Kumarila le dio el honor a Shankará de solicitarle que cantara el Tāraka mantra (‘oración de liberación’). Este pedido implicaba que lo consideraba un alma pura, cuyas palabras santifican. Al oírlo, pidió que encendieran la pira y así murió.
Kumarila se prendió fuego en presencia de Shankará.
Según otras versiones, que contradicen las biografías conocidas de Shankará, Kumarila perteneció al grupo de discípulos del jovencísimo maestro Adi Shankará. Dos años más tarde desafió a su maestro a un debate sobre gramática y lógica. En este debate pusieron en juego sus vidas: el derrotado tendría que soportar una muerte lenta por autoinmolación.
Una obra medieval sobre la vida de Shankará (que se considera menos fabulosa) afirma que en su lecho de muerte, Shankará desafió a Bhatta a un debate.
La tradición hindú lo considera que Kumarila Bhatta era la encarnación de Sanat Kumara.
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