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Las lágrimas de San Pedro es un tema del cual, según Harold Wethey, han sobrevivido diecisiete obras con una mayor o menor intervención de El Greco. Según este exigente crítico e historiador del arte, solamente cinco obras son originales del maestro cretense. Estos cinco lienzos constan en el catálogo razonado realizado por este crítico, con los números 269, 270, 271, 272 y 273.
Este tema había sido tratado previamente, en varios períodos y lugares, en pinturas al fresco, en trípticos y en retablos, pero parece que fue El Greco quien lo representó por primera vez en formato de pintura al óleo sobre un lienzo independiente. Según Émile Mâle, el éxito de este tema se debió a la defensa del sacramento de la penitencia por parte de la Iglesia de la Contrarreforma.
En aquel momento, Simón Pedro era visto por el Protestantismo como un traidor, mientras que la Contrarreforma luchaba para demostrar que se había redimido por la penitencia, convirtiéndose en el primer Papa, después de su arrepentimiento y su posterior actividad evangelizadora.
El tema específico de las lágrimas de San Pedro se narra en el Evangelio de Lucas (Lc 22:55-62), en el Evangelio de Mateo (Mt 26;69-75) y en el Evangelio de Marcos (Mc 14:72), En el Evangelio de Juan se da información complementaria que ayuda a comprender este episodio.
El Greco representa San Pedro de medio cuerpo, con una túnica azul y un manto amarillo, frente a la entrada de una cueva, con un tronco y hojas de hiedra en la pared. El Greco representa las manos del apóstol entrelazadas sobre su pecho, y con los ojos llenos de lágrimas, dirigidos hacia el cielo: Pedro reconoce su culpa y pide perdón.
Sus brazos, fuertes y musculosos, son verdaderamente los de un pescador. En la parte inferior a la izquierda, se puede ver al ángel que deja al Santo Sepulcro, ya vacío después de la resurrección de Cristo, y a María Magdalena, quien se dirige hacia San Pedro.
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Es posible que la representación del ángel como un hermoso joven, vestido con una capa brillante, semejante a un relámpago, provenga de alguno de los Evangelios apócrifos.
En el enlace Las lágrimas de San Pedro (El Greco, Bowes Museum), se encontrará la debida información sobre este lienzo.
Es un magnífico lienzo, que seguramente es posterior a Las lágrimas de San Pedro (El Greco, Bowes Museum) y anterior al de la versión de la Phillips Collection.
Las veladuras de los brazos y del cuello desaparecieron debido a una limpieza abusiva, durante la cual se hizo visible parte de la imprimación, lo que le da a este lienzo un aire inacabado. Además, el restaurador no entendió bien la firma, y se confundió al enlazar las letras de la palabra "πουλος". Además, la palabra "ε'ποíει" es solamente inteligible a partir de las dos primeras letras.
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Tanto las dimensiones como la apariencia de este lienzo son muy similares a las de la variante de Sitges (atribuido al taller)
Parece una obra inacabada, a pesar del intenso color de la capa amarilla en la túnica azul ultramarino. Las reparaciones de los agujeros de un antiguo bastidor se aprecian en los bordes de la pintura.
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Tanto el signo como la figura alargada, denotan una fecha de realización tardía. Esta pintura había sido considerada anteriormente como una obra de taller porque su situación en el gran Bautismo de Cristo (El Greco, Toledo) no permitía una inspección cuidadosa. El inventario del Hospital de Tavera del año 1672 contiene la primera referencia a este lienzo.
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