Lodosa es una villa y municipio navarro, situado en la merindad de Estella, en la Ribera del Alto Ebro y a 72 km de la capital de la comunidad, Pamplona. Su población en 2017 fue de 4730 habitantes (INE).
La localidad de Lodosa se encuentra situada en la parte suroccidental de la Comunidad Foral de Navarra en la Merindad de Estella, dentro de la subcomarca geográfica denominada Ribera Estellesa. Su término municipal tiene una superficie de 45,67 km² y limita al norte con Sesma, al este con Sartaguda y Carcar, al sur con Pradejon y Ausejo en La Rioja y al oeste con Alcanadre en La Rioja y Sesma.
El casco urbano se encuentra entre una peña rocosa y el río Ebro y su forma es alargada de Este a Oeste.
El yacimiento arqueológico “EL VISO” de la Edad del Hierro y "EL CASTILLAR" nos muestra la existencia de antiguos pobladores en estas tierras. La Historia de Lodosa está profundamente ligada al lugar estratégico que ocupa: una rica vega junto al Ebro, que además ha sido frontera natural entre reinos, y escenario de batallas.
El Acueducto Romano (siglo II d.C.), que nace a 2 km de Lodosa, llevaba sus aguas a la romana Calagurris (Calahorra). La obra era colosal, ya que la canalización comenzaba en la Sierra de Codés, y el acueducto llegó a medir 30 km. En la zona es conocido como el "Puente de los Moros", y se conservan 13 de sus 108 arcos que salvaban el paso del río Ebro.
Hacia el año 610 invasiones de visigodos al mando de GUNDEMARO, pasan por éstos lugares, frenando el intento de los vascones para recuperar sus tierras junto al Ebro. Con la llegada de los árabes a estas tierras en el S. IX, los BANU-QASI (descendientes de visigodos convertidos al islam) dominan el territorio junto al Ebro. Son los llamados "años oscuros" en el que nace el Reino de Navarra. Los hijos o descendientes de Qasi o Casius, miembros de una familia de la nobleza hispano-visigoda, que convertida al islam, mantuvo y aún extendió su ascendiente social y su influencia política en las tierras del Ebro Central durante dos siglos. El año 916 uno de los Banu Qasi llamado Mutarrif, hijo de Muhammad, fue asesinado por su sobrino Muhammad ibn Abd Allah, el cual no pudo mantener las posiciones musulmanas de la comarca de Nájera frente a los asaltos combinados del leonés Ordoño II y de Sancho Garcés I de Pamplona. Sancho Garcés había aprovechado las anteriores vicisitudes, comenzando una expedición contra los árabes por el sur de Pamplona, para extender su soberanía sobre la tierra de Deyo y desde Monjardín hasta el Ebro, Lodosa, Mendavia, Falces, Fúnes, Caparroso, Cárcar, San Adrián, Andosilla, Azagra, y Milagro, incorporándolas al Reino. Como defensa del Reino, los Reyes navarros aseguran la frontera con Castilla por medio de fortalezas: Las Tenencias, con centro en un lugar fortificado, y bajo el control de un Señor que actuaba "por mano del Rey". Lodosa como lugar fronterizo, poseía una de ellas cuyo origen se remonta al s.XII. El «senior» García López de Lodosa actuaba en Mendavia en 1120 como mandatario del monarca pamplonés. Seguía siendo villa de señorío nobiliario a mediados del siglo XIV cuando su titular Martín Jiménez de Lerga la vendió al monasterio de La Oliva, el cual la enajenó, a su vez (1352), al rey Carlos II de Navarra. Este la concedió con su castillo (1368) al vizconde Hugo de Cardona y, posteriormente a Juan Ramírez de Arellano, a cuyo linaje quedó vinculada. En 1378 Lodosa es sitiada por los castellanos, que entraron en Navarra con un poderoso ejército. Al no poder mantenerlo, se retiran a sangre y fuego. El castillo de Lodosa es sitiado por los castellanos, pero no pudieron tomarlo.
A partir de 1512, y conquistado el Reino de Navarra por Castilla, los capitanes del Duque de Alba se hacen cargo de la ocupación Lodosa. A partir de 1605, Juan de Mendoza y Navarra, quinto Señor de Lodosa como descendiente del Rey navarro Carlos II, es titulado como Conde de Lodosa.
La Parroquia de San Miguel fue construida en sillería con peralte de ladrillo a expensas de varios patronos. En el año 1533 Doña María de Moreno y Mendoza, junto a su hijo D. Rodrigo de Navarra, contrataron las obras con el cantero de Azpeitia, residente en Lodosa, Juan de Landeta, cuya labor fue tasada por los maestros Esteban de Garreta y Miguel Latorre. Con posterioridad, el conde de Altamira D. Godofre de Navarra, firmó nuevo contrato en el año 1585 con el cantero Santuru de Arezti, que trabajó en el crucero y ya en el siglo XVII intervino el maestro francés Juan de Raón, quien terminó los dos tramos de los pies y concertó la torre, portada principal y pórtico en el año 1622. En 1750 la villa de Lodosa hizo construir con sus rentas y bienes de propios un puente de piedra, de nueve pasos de ancho y 340 de largo, con el fin de unir las dos márgenes lodosanas del Río Ebro, haciendo famoso el dicho “DESDE REINOSA A TORTOSA, PUENTE FUERTE, EL DE LODOSA”.
La guerra de la independencia en Lodosa se percibió en toda su crudeza, pues en la localidad existía uno de los importantísimos puentes de piedra para poder cruzar el Ebro. La localidad contaba con un acuartelamiento del ejército imperial francés, debido a la resistencia a la ocupación francesa y a la presencia del citado puente. Los hechos más significativos que tuvieron lugar en la localidad ocurrieron en el año 1808, durante los meses de octubre y noviembre. El 18 de octubre, Palafox invitó a Castaños a trasladarse a Zaragoza para establecer un plan de operaciones. La conferencia tuvo lugar del 20 al 21, y en ella se decidió que el ejército del Centro, dejando dos divisiones en Lodosa y Calahorra. El 25 de octubre, se suceden combates entre las tropas francesas y las divisiones españolas en Logroño y Lodosa y como consecuencia la retirada de las divisiones españolas. Napoleón, el día 18 de noviembre ordena a Jean Lannes que avance hacia Tudela con el siguiente plan: 21 a Lodosa, el 22 a Calahorra y el 23 a Tudela. Cuando llega a Logroño, ordena a Moncey que atraviese el Ebro por Lodosa para juntarse con él y unir las fuerzas. Una vez en Lodosa, organiza las fuerzas de las que dispone, y el mariscal Lannes toma el mando del Cuerpo de Moncey, reforzado hasta alcanzar los 24.000 infantes y 5.000 jinetes. El plan de los franceses era que Lannes atacara a Castaños en Calahorra, mientras Michel Ney, por Soria, se dirigiría contra la retaguardia española. El día 21 Castaños conoció los movimientos franceses contra su retaguardia y ordenó retroceder a sus tropas, girando un ángulo de 90 grados y situándose perpendicularmente al Ebro entre Tarazona y Tudela, apoyado en el curso del río Queiles y destacando a la división de vanguardia a Ágreda para cubrir su retaguardia. Su nuevo despliegue suponía abandonar los proyectos ofensivos e intentar cerrar el corredor Sur del río que lleva a Zaragoza. Todo esto desembocaría el 24 de noviembre de 1808 en la famosa batalla de Tudela. El 19 de marzo de 1810 es atacada la guarnición de Lodosa con tropas al mando del Comandante Pascual Echeverría "El Carnicero de Corella". En el ataque causan graves daños a los franceses y hacen 23 prisioneros. En este ataque estuvo presente el General Espóz y Mina.
Durante este periodo y los años posteriores un lodosano destacaría entre los militares españoles, se trata de Joaquín Romualdo de Pablo y Antón (Chapalangarra) Guerrillero y militar nacido en Lodosa el 26 de julio de 1784, participó activamente en la guerra de la Independencia y acreditó en numerosas acciones valor y dotes de mando. Su trayectoria militar es muy brillante: en 1809 se enroló en el ejército, en 1812 Francisco Espoz y Mina le encargó formar el 6º Batallón de la División de Navarra y 1º de Aragoneses, y en enero de 1813 obtuvo el grado de coronel. Finalizada la guerra se le destinó como agregado del Regimiento de Infantería de España y fijó su residencia en la plaza de Bilbao. Fue aquí donde, inmediatamente después del levantamiento de Riego, hizo jurar la Constitución a la tropa formada y volvió al campo de batalla en defensa de las ideas liberales. En 1823 fue gobernador militar en Alicante, pero debido al bloqueo que sufrió por parte del vizconde Toullon de Dogne cuando el duque de Angulema entró en España con los Cien mil hijos de San Luis para destruir la Constitución y proclamar a Fernando VII rey absoluto, en noviembre de ese mismo año tuvo que retirarse a Gibraltar, desde donde se fue a Inglaterra. Durante su estancia en Londres mantuvo contactos con otros compañeros, entre ellos Espoz y Mina, con el objetivo de preparar su regreso a España para restablecer el régimen liberal. Así, en 1830 organizó sus tropas en Cambó para entrar en España por Valcarlos. Aunque contó con un escaso número de entusiastas, entre ellos el gran poeta José de Espronceda, quien le dedicó a su muerte unos sentidos versos en la elegía "A la muerte de Don Joaquín de Pablo (Chapalangarra)", consiguió alinear un regimiento de más de 1000 soldados y voluntarios realistas. Fue el final para este gran militar cuya vida estuvo entregada a dos ideales: Independencia y Libertad de la Patria. Murió por la causa liberal, que defendía la Constitución de Cádiz de 1812 y que proclamaba la división de poderes del Estado y soberanía de la Nación frente a los defensores del absolutismo de Fernando VII.
En el territorio de combate vasco-navarro de la Primera Guerra Carlista, el Ebro fue límite de litigio al oeste y, especialmente, al Sur del mismo. Entre Miranda de Ebro y Tudela existían únicamente los puentes sobre este río en Briñas, Logroño y Lodosa. A partir del verano de 1835, poco después de la batalla de Mendigorría, al abandonar los isabelinos la ciudad de Estella, el movimiento de sus tropas entre Logroño y Pamplona lo hicieron empleando el puente de Lodosa, existiendo por ello una importante guarnicíon isabelina en la localidad. El paso de las tropas por esta ciudad hizo pesar sobre sus habitantes el grave gasto de contribuir con sus hombres y con sus animales de carga al transporte no remunerado de enseres militares. En la orilla derecha del Ebro, en el cerro hoy conocido como Telégrafo, el mando isabelino construyó un telégrafo óptico que pertenecía a la línea Ausejo - Lodosa - Andosilla - Lerín. Se pueden ver los restos de la pequeña fortificación que guarnecía el telégrafo en el cerro citado. La localidad sufrió ataques carlistas que quemaron el Ayuntamiento y el 19 de agosto de 1836, mandados por el general Iturralde, sufrían una dura derrota ante las tropas liberales, mandadas por el general Iribarren, en el actual término denominado Campomuerte, haciendo los isabelinos cerca de 900 prisioneros. De esa misma época data la tala de los álamos del ferial, que les da esa forma tan peculiar; las tropas carlistas los desmocharon para que sus baterías pudieran batir la otra orilla del río. En 1.893, y a raíz del intento del Ministro Gamazo de acabar con el régimen fiscal privativo de Navarra, gran cantidad de lodosanos firmaron la protesta que encabezaron los 7 miembros de la Diputación Foral en la defensa de los Fueros. Entre aquellos 7 diputados forales se encontraba el lodosano Ricardo Gastón. Gamazo acabó dimitiendo.
El 14 de abril de 1931, se proclama la Segunda República Española, que cambiará sustancialmente la vida en la localidad. Es destacada la importante presencia de sindicatos y de partidos políticos en Lodosa durante estos años, que traerá como consecuencia directa, una feroz represión durante la Guerra Civil. Durante el periodo republicano, la presencia de la CNT en Lodosa fue realmente destacada; así mismo existían numerosas personas de UGT y -en menor número- del PCE. Esta fuerte presencia sindical permitió un impulso a la vida agrícola de la localidad e igualmente se materializó con algunas mejoras en este aspecto. Durante este periodo, la presencia industrial no es muy grande, si bien se pueden contar con una fábrica de lejías, otra de ladrillos, una de gaseosas y la fábrica de Féculas.
Al recibirse las primeras noticias de la sublevación militar el 18 de julio por la noche, las organizaciones obreras lodosanas dan la orden de ocupar el pueblo y resistir. El día 19 amanece con barricadas en los distintos puntos estratégicos, el puente y el empalme de Mendavia, entre otros. Salieron grupos con escopetas de caza, trabuco y palos. Un vecino de derechas fue herido y un anciano fue atropellado por un coche a gran velocidad procedente de Estella. El coche fue abandonado en la estación.
A las cuatro de la tarde la Guardia Civil, posicionada con la sublevación, salió a la calle, produciéndose violentos tiroteos. La Guardia Civil no consigue controlar el pueblo por lo que a la mañana siguiente envían refuerzos de falangistas y dos compañías. Con ráfagas de ametralladora consiguen someter la resistencia. Los hombres de izquierdas y un grupo de mujeres huyen hacia la provincia de Logroño (actual La Rioja) y a los montes de alrededor. Las calles quedaron desiertas, el resto se encerró en sus casas, a la espera de la represión por haber sido uno de los pocos lugares donde se había hecho frente al Alzamiento. Las detenciones y la persecución no se hicieron esperar.
Con los ocupantes llegó al pueblo Luciano Aramendía, el abuelo, que se quedará al mando del requeté, pasando a ser uno de los perseguidores más significativos. Algunos de los heridos en el hospital fueron fusilados y en la prensa se describen varios suicidios. Durante todos los días del mes de julio se producen fusilamientos que se mantuvieron durante los meses de agosto y septiembre.
Numerosos vecinos fueron obligados a enrolarse como voluntarios a la Tercio General Sanjurjo. Para reclutarlos eran llamados al cuartel de la Guardia Civil y se les daba dos alternativas: o al Tercio o a la cuneta. Los primeros que marcharon y cayeron en el frente ni siquiera consta en la relación de los Caídos por Dios y por España, sino como desaparecidos en el frente de Huesca en septiembre de 1936. Posteriormente entre los cientos de fusilados en este cuerpo militar hay numerosos lodosanos.
Con 133 asesinados, Lodosa es la localidad de Navarra con mayor número de represaliados, exceptuando la capital. A estos hay que añadir los correspondientes a los fallecidos en la bandera General Sanjurjo, en circunstancias desconocidas.
Su economía comprende los tres sectores, con un aumento del sector industrial y principalmente del sector Servicios, lo que implica un paulatino abandono del campo, del cual se obtiene el fruto que da fama a la localidad, el Pimiento del piquillo, Capsicum annuum L., un pimiento especialmente delicioso, de forma triangular y tamaño pequeño.
En lo que respecta al sector primario, la agricultura, en Lodosa se dan principalmente cultivos de regadío (hortalizas, verduras y frutas) que se cultivan en minifundio. Existe algo de cultivo de secano, generalmente de la denominada trilogía mediterránea (cereal, vid y olivo).
En lo que respecta al sector secundario, encontramos industrias, unas ligadas al campo como las fábricas de conservas, maquinaria alimentaria, productos fitosanitarios y otras al sector de la construcción como escayolas y cantera de hormigón. Existen en la localidad distintos talleres de mecánica del automóvil, estando representadas las marcas más comunes del mercado.
Cuenta con un considerable número de servicios, entidades bancarias, bares y restaurantes de todas las categorías. En lo que respecta a comercios, los hay de todas las clases, con lo que en la localidad se puede realizar una compra completa.
Población de derecho (1842-1991) o población residente (2001) según los censos de población del INE. Población de facto según según los censos de población del INE (1857-1860), y según el padrón municipal de 2017 del INE.
Alcaldes de Lodosa en los últimos 100 años
En lo que respecta a la enseñanza, cuenta con tres centros de primaria: El Colegio Público Ángel Martínez Baigorri, el Colegio de Hijas de la Caridad y la Ikastola Ibaialde. Para la educación secundaria cuenta con el I.E.S. Pablo Sarasate.
Cuenta con un centro de Salud, con servicios de rehabilitación y ginecología.
Lodosa se encuentra bien comunicada, forma parte de la carretera llamada "Eje del Ebro" y posee dos estaciones de ferrocarril en sus cercanías: la de Lodosa a unos 5 kilómetros y la de Féculas a dos kilómetros. El enlace con la autopista Vasco-Aragonesa (AP-68) se encuentra a 5 kilómetros. Dispone de una Variante, que forma parte del conjunto de variantes del Eje del Ebro.
En cuanto al transporte público por carretera, dispone de una línea de autobús diaria a Logroño, Vitoria, Estella y Pamplona.
Cuenta con una nueva casa de cultura, que es referente comarcal, con biblioteca y un auditorio, además de incluir numerosas salas para exposiciones y actividades.
La fiesta del Toro con soga de Lodosa está actualmente catalogada como Fiesta de interés turístico en Navarra.
En el apartado de dotaciones deportivas, podemos enumerar las siguientes: Pabellón polideportivo, campo de fútbol de hierba artificial, frontón municipal, rocódromo, campo de regatas, skate park, pistas de atletismo y piscinas, tanto exteriores para el verano como climatizada para el invierno, con gimnasio, pistas de padel, sauna y jacuzzi.
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