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María Aleksándrovna de Rusia



La Gran Duquesa María Aleksándrovna de Rusia (en ruso: Мари́я Алекса́ндровна Ромáновa; Tsárskoye Seló, 17 de octubre de 1853 - Zúrich, el 24 de octubre de 1920) era la quinta descendiente y única hija sobreviviente del zar Alejandro II de Rusia y de su primera mujer la princesa María de Hesse-Darmstadt. Era la hermana menor del zar Alejandro III de Rusia y tía paterna del último zar de Rusia, Nicolás II.

En 1874, se casó con el príncipe Alfredo de Sajonia-Coburgo-Gotha, duque de Edimburgo, el segundo hijo de la reina Victoria del Reino Unido y del príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha; fue la primera y única Románov en casarse con un miembro de la familia real británica. Viviendo sus primeros años de matrimonio en Inglaterra, María nunca se adaptó a la corte británica ni superó su aversión por el país de adopción. Más tarde, acompañó a su marido cuando él ejerció puestos de mando como almirante de la Royal Navy en Malta (1886-1889) y Devonport (1890-1893). La duquesa de Edimburgo viajó extensivamente por toda Europa visitando Rusia a menudo, y pasó largos periodos en Inglaterra y Alemania participando en eventos sociales y familiares.

En agosto de 1893, Alfredo sucedió a su tío, Ernesto II, como gobernante del ducado de Sajonia-Coburgo-Gotha y la familia se fue a vivir permanentemente a Alemania. A diferencia de la aversión que sentía por Inglaterra, María estaba disfrutando de la vida en su nuevo país, donde fue activa en proyectos culturales y la caridad. Fue una madre presente que apoyaba firmemente a sus hijas, pero fue muy crítica con su hijo rebelde, que murió en 1899. Su marido murió al año siguiente.

En su viudez, María continuó viviendo en Coburgo, pero el estallido de Primera Guerra Mundial terminó dividiendo sus simpatías. Se puso al lado de Alemania en contra de su Rusia natal. Su único hermano vivo, el gran duque Pablo Aleksándrovich, su sobrino, zar Nicolás II, y muchos otros familiares fueron asesinados durante la Revolución Rusa de 1917 y perdió su considerable fortuna. Desde 1893 hasta su muerte, tuvo la distinción de ser gran duquesa rusa (de nacimiento), princesa y duquesa real británica (por matrimonio), y la consorte (y más tarde la viuda) de un duque soberano alemán.

En noviembre de 1918, con el final de la Primera Guerra Mundial, el ducado de Sajonia-Coburgo-Gotha, en el que había gobernado su marido y posteriormente su sobrino, dejó de existir. María Aleksándrovna murió dos años más tarde en el exilio en Suiza, donde vivía modestamente. Se dice, que murió trae recibir una carta donde se dirigían a ella como sin título.

Nació en el palacio de Tsárskoye Seló, y pasó su infancia en Rusia siendo la preferida de su padre, el zar Alejandro II, que fue asesinado en 1881. Su madre, la zarina María de Hesse-Darmstadt, era hija legal de Luis II de Hesse-Darmstadt, aunque se rumoreaba abiertamente que su padre era el barón Augusto de Senarclens, chambelán de su madre Guillermina de Baden. Era la tía del zar Nicolás II de Rusia, quien fue asesinado en 1918. También era hermana del padre de Nicolás, el zar Alejandro III de Rusia al cual se parecía bastante. Su hermano, el gran duque Sergio Aleksándrovich fue asesinado en Moscú en 1905, y otro hermano, el gran duque Pablo Aleksándrovich fue asesinado en San Petersburgo en 1919.

El 23 de enero de 1874 en el Palacio de Invierno, San Petersburgo, la gran duquesa María contrajo matrimonio con el príncipe Alfredo de Inglaterra, duque de Edimburgo, segundo hijo de la reina Victoria. Para conmemorar la ocasión, una pequeña panadería inglesa creó las ahora internacionalmente populares galletas María, con el nombre impreso de la duquesa en su parte superior. Los duques de Edimburgo hicieron su entrada pública en Londres el 12 de marzo. El matrimonio, sin embargo, no fue feliz, y la novia era considerada altiva por la sociedad londinense. Además, el zar Alejandro II insistía en que a su hija se la denominara «Alteza Imperial» y que tuviera precedencia sobre la entonces princesa de Gales, lo que enfurecía a la reina Victoria. La reina insistía en que se la denominara «Su Alteza Real» María Aleksándrovna, algo adquirido después del matrimonio, y que siempre debía preceder al título de «Alteza Imperial», que era suyo por nacimiento. Además, a la nueva duquesa de Edimburgo parecía molestarle el hecho de que la princesa de Gales, que era hija del rey de Dinamarca, tuviese precedencia sobre ella, la hija del emperador de Rusia. Después de la boda, María varió su referencia de Alteza Real a Alteza Real e Imperial, y finalmente a Alteza Imperial y Real. La reina Victoria le concedió prioridad inmediatamente después de la princesa de Gales. Su padre le dio como dote la asombrosa suma de 100.000 libras esterlinas, a lo que se sumaba un sueldo anual de £ 28 000.

A la muerte del tío de Alfredo, Ernesto II de Sajonia-Coburgo-Gotha, el 22 de agosto de 1893, la corona del ducado vacante cayó en el duque de Edimburgo, pues ya su hermano mayor, el príncipe de Gales había renunciado a sus derechos a la sucesión. Entregó su asignación británica de 15.000 libras esterlinas al año y su escaño en la Cámara de los Lores y en el Consejo Privado, pero mantuvo la asignación de 10 000 libras concedidas por su matrimonio con el fin de mantener Clarence House como su residencia en Londres. Tras la ascensión de su marido al trono ducal, la gran duquesa María Alexandrovna se convirtió en duquesa de Sajonia-Coburgo-Gotha, además de ser la duquesa de Edimburgo. Dado que era la consorte de un duque soberano alemán, técnicamente superaba a sus cuñadas en las celebraciones del Jubileo de Diamante de la reina Victoria.

El único hijo de la pareja, el príncipe heredero Alfredo, se involucró en un escándalo con su amante y se disparó a sí mismo en enero de 1899, durante el vigésimo quinto aniversario de bodas de sus padres. Sobrevivió, pero sus padres lo enviaron avergonzados a recuperarse a Merano, donde murió dos semanas más tarde, el 6 de febrero. El duque de Sajonia-Coburgo Gotha murió de cáncer de garganta el 30 de julio de 1900 en el Castillo de Rosenau en Coburgo. El trono ducal pasó entonces a su sobrino, el príncipe Carlos Eduardo, duque de Albany, pese a lo cual, la duquesa viuda de Sajonia-Coburgo-Gotha siguió residiendo en Coburgo.

Tras la Primera Guerra Mundial, en la que todos los principados alemanes perdieron a sus soberanos, se fue a vivir a Suiza. Esos años fueron trágicos para la duquesa, que vio morir a muchos parientes Románov en la Revolución rusa. Murió en octubre de 1920 en Zürich, aparentemente después de recibir un telegrama dirigido a ella como «Señora Coburgo», y fue enterrada en el cementerio de la Familia Ducal. De sus cuatro hijas, a la reina de Rumanía se le prohibió viajar a Alemania para asistir al entierro de su madre, debido a la reciente guerra, en la que Alemania y Rumanía habían luchado en bandos opuestos.




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