x
1

María Teresa León Goyri



María Teresa León Goyri (Logroño, 31 de octubre de 1903-Madrid, 13 de diciembre de 1988) fue una escritora española integrada en la generación del 27. Mujer comprometida con el conflictivo tiempo en que le tocó vivir, enfrentándose a críticas y convenciones sociales.[1]

María Teresa León Goyri nació el 31 de octubre de 1903 en Logroño, hija de Ángel León, coronel del ejército, y de Oliva Goyri, sobrina de María Goyri (esposa de Ramón Menéndez Pidal).[2]​ La infancia de María Teresa transcurrió entre Madrid, Barcelona y Burgos, ciudad a la que volvería en varias ocasiones y a la que se sintió fuertemente ligada. En su educación influyeron mucho sus tíos y sobre todo su tía María, que había sido una de las primeras mujeres españolas en obtener un doctorado en Filosofía y Letras; y que impartió clases en la Universidad española.[3]​ Estudió en la Institución Libre de Enseñanza y se licenció en Filosofía y Letras. Se educó en un ambiente culto e ilustrado, que la marcó y definió durante el resto de su vida.[1]

María Teresa León tuvo dificultades por su interés en proseguir los estudios más allá de los estipulados catorce años. Así, tras sus primeros choques con sus compañeras a causa de sus lecturas consideradas en la época ‘poco edificantes’, fue expulsada del colegio de monjas, entre otras rebeldías, según afirmaba ella misma, por empeñarse en hacer el bachillerato: había sido expulsada suavemente del Colegio Sagrado Corazón de Leganitos, de Madrid, porque se empeñaba en hacer el bachillerato, porque lloraba a destiempo, porque leía libros prohibidos...[4]

El 24 de agosto de 1919, y según recoge María Cruz Ebro en sus Memorias, participó en el elenco de la representación del episodio histórico burgalés, La muerte de los siete infantes de Lara, en el papel de Salem.[5]

Contrajo matrimonio siendo muy joven, en 1920 (con diecisiete años), con Gonzalo de Sebastián Alfaro, con el que tuvo dos hijos, Gonzalo y Enrique. En esta época publicó artículos en el Diario de Burgos bajo el seudónimo Isabel Inghirami, heroína de Gabriele D'Annunzio, y posteriormente con su propio nombre. En 1928, realizó un viaje a la Argentina y al año siguiente publicó sus primeras obras: Cuentos para soñar y La bella del mal amor.

En 1929 conoce a Rafael Alberti y rompe su matrimonio, para marcharse con el poeta a Mallorca. En 1932 se casan por lo civil. Una de las primeras colaboraciones de Alberti para María Teresa León son las ilustraciones para su tercer libro, una colección de cuentos llamada Rosa Fría. Es en este momento cuando la Junta para la Ampliación de Estudios pensionó a María Teresa León para estudiar el movimiento teatral europeo y comenzaron a viajar por Berlín, la Unión Soviética, Dinamarca, Noruega, Bélgica y Holanda; por lo que comienzan su periplo europeo. Estas experiencias le permitieron contar con un tema para sus escritos, que fue ampliado posteriormente con una docena de artículos, publicados en El Heraldo de Madrid en 1933. Participa en la fundación, junto con Rafael Alberti, de la revista Octubre, en la que publicará su obra Huelga en el puerto (1933).[6]​ En 1934 la pareja volvió a la Unión Soviética donde asistieron al Primer Congreso de Escritores Soviéticos, allí conocieron a Máximo Gorki y André Malraux.[7]​ Con el estallido de la Revolución de Asturias de 1934 se incrementó su actividad política y social, viajando a los Estados Unidos, para recaudar fondos para los obreros damnificados.

El golpe de Estado que dio inicio a la Guerra Civil les sorprende en Ibiza, de donde lograron escapar en aventurera peripecia en la frustrada operación naval de desembarco liderada por el capitán de la Armada Republicana Alberto Bayo.[8]​ Vuelven a instalarse en Madrid en plena guerra y María Teresa pasó a ejercer el cargo de secretaria de la Alianza de Escritores Antifascistas. Fundan la revista El Mono Azul. Sus vivencias en el Madrid bélico serán reflejadas más tarde con gran intensidad en dos novelas: Contra viento y marea y Juego limpio, esta última de gran carga dramática, cruda e intensa, con importantes notas autobiográficas en la que narra el día a día de un grupo de actores. María Teresa fue subdirectora del Consejo Central del Teatro, y puso en pie, ya como autora, ya como actriz o como directora, importantes empresas teatrales en la España republicana.

Al estallar la guerra llevó a cabo una intensa actividad de animación cultural y literaria en los frentes de batalla y participó en la confección del Romancero de la Guerra Civil dedicado a Federico García Lorca,[1][7]​ así como en la creación, promovida por la Asociación de Escritores Antifascistas, de un organismo que se encargase de proteger las obras de arte de los edificios incautados por los partidos y organizaciones de izquierdas, después de que su propia casa fuese requisada por los anarquistas.[9]​ Como resultado de esas gestiones, encabezadas, según María Teresa León, por José Bergamín, se creó la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico, que se encargaría del traslado de los fondos artísticos del Museo del Prado y del Monasterio de El Escorial a Valencia. Con todo, de los primeros traslados, hechos al margen de la Junta, se iban a encargar personalmente, primero el diputado comunista Florencio Sosa Acevedo, y luego la propia María Teresa de León, a la que hacía responsable de la selección y envío de los cuadros una orden del subsecretario de Instrucción Pública fechada el 3 de diciembre de 1936, «para evitar demora y trámites», pues Sosa solo había hecho un envío a lo largo del mes de noviembre, con un total de 29 cuadros, y los responsables del museo ponían dificultades para los traslados que entendían motivados por razones políticas. Entre el 7 y el 11 de diciembre, María Teresa León sacó del museo y envió a Valencia 64 cuadros, entre ellos Las meninas que salieron de Madrid el día 9, y 181 dibujos, muchos de ellos sin el embalaje adecuado, lo que causó daños importantes en el retrato del conde-duque de Olivares a caballo, de Velázquez.[10]​ Las condiciones en las que Las meninas y el Carlos V en la batalla de Mühlberg de Tiziano cruzaron el puente de Arganda, suspendidos a los costados del camión y por fuera de las ruedas, al no haberse previsto la dificultad que planteaba la baja altura del puente, determinaron su destitución, pasando la responsabilidad a la Junta Delegada de Madrid, cuyos integrantes se comprometieron por unanimidad a no permitir nuevos traslados en las condiciones que se habían hecho los anteriores.[11]

También participó en el II Congreso de Escritores Revolucionarios en 1937, celebrado en Madrid y Valencia. Durante la contienda su trabajo se centró en el teatro, desempeñando el cargo de subdirectora del Consejo Central del Teatro, promoviendo distintas iniciativas en este campo, siendo responsable de "El Teatro de Arte y Propaganda" y posteriormente de "Las Guerrillas del Teatro" en el Ejército del Centro puso en marcha diversas empresas teatrales. Trabajó tanto como dramaturga, como directora de escena e incluso esporádicamente colaboró como actriz; fue codirectora de Los Títeres de cachiporra de Federico García Lorca y La cacatúa verde, de Arthur Schnitzler; también dirigió La tragedia optimista, del autor ruso Vsevolod Vichnievsky y también realizó, la dirección y participación como actriz en la versión de Numancia, de la que se encargó el propio Alberti. Igualmente dirigió y participó en una obra de Alberti: Cantata de los héroes y la fraternidad de los pueblos. Otras de sus aportaciones al mundo del teatro es la fundación de "El Cine, Teatro, Club de la Alianza de Intelectuales Antifascistas".[1]

Pero con el final de la guerra y la derrota republicana tuvo que exiliarse,[12]​ en un primer momento a Orán y luego a Francia.[1]​ Vivió en París hasta finales de 1940, donde tradujo textos para la radio francesa Paris-Mondial y trabajó como locutora para las emisiones de América Latina.

Alberti y León se trasladaron a Argentina. Llegaron a Buenos Aires el 2 de marzo de 1940, a bordo del buque Mendoza, que había zarpado de Marsella. Residieron en Argentina veintitrés años, y allí nació su hija Aitana. Es en América, según algunos autores (como Juan Carlos Estébanez), donde adquiere la madurez de su prosa, como culmen de una evolución que se inicia con los primeros cuentos de corte tradicional en los años veinte, pasando por una etapa vanguardista, y sigue con un realismo socialista a partir de la República.[13]

En 1963 regresaron a Europa. El 28 de mayo de ese año se establecieron en Roma (es aquí donde se perfila su obra Memoria de la melancolía). El matrimonio Alberti viajan por Europa y van también a China (en 1958 el matrimonio escribe el libo Sonríe China.[14]

Con la llegada de la democracia, Rafael Alberti y María Teresa León vuelven a España el 27 de abril de 1977,[15]​ pero ella no disfrutará mucho de la nueva etapa española. Aquejada del mal de Alzheimer, fue ingresada en un sanatorio de las cercanías de Madrid, en el que murió el 13 de diciembre de 1988.[13]

Está enterrada en el cementerio de Majadahonda, en una tumba en la que «nunca faltan flores» y donde hay como epitafio un verso de Alberti: «Esta mañana, amor, tenemos veinte años».[16]

En el año 2003, se celebró el centenario del nacimiento de la escritora, y a los 15 años de su muerte por el mal de Alzheimer, instituciones de Burgos (donde pasó su adolescencia y juventud), organizaron en el Círculo de Bellas Artes, de Madrid, la exposición María Teresa León. Memoria de un compromiso; en ella figuran textos inéditos sobre Federico García Lorca, Lope de Vega, Ramón Menéndez Pidal. Puede considerarse esta exposición como memoria y recuperación de la personalidad literaria de la escritora de la generación del 27, oscurecida por su larga vinculación con el poeta Rafael Alberti.[13]



Escribe un comentario o lo que quieras sobre María Teresa León Goyri (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!