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Mipyme



La pequeña y mediana empresa (conocida también por el acrónimo PYME, lexicalizado como pyme,[1]​ o por la sigla PYME)[2]​es una empresa que cuenta con ciertos límites ocupacionales y financieros prefijados por los Estados o regiones. Las pymes son agentes con lógicas, culturas, intereses y un espíritu emprendedor específicos. También existe el término mipyme (acrónimo de «micro, pequeña y mediana empresa»), que es una expansión del término original, en donde se incluye a la microempresa.

Las pequeñas y medianas empresas son entidades independientes, con alta predominancia en el mercado de comercio, quedando prácticamente excluidas del mercado industrial por las grandes inversiones necesarias y por las limitaciones que impone la legislación en cuanto al volumen de negocio y de personal, los cuales si son superados convierten, por ley, a una microempresa en una pequeña empresa, o una mediana empresa se convierte automáticamente en una gran empresa. Por todo ello una pyme nunca podrá superar ciertas ventanas anuales o una determinada cantidad de personal.

Las pequeñas y medianas empresas cumplen un importante papel en la economía de todos los países. Los países de la OCDE suelen tener entre el 70 % y el 90 % de los empleados en este grupo de empresas.[3]​ Las principales razones de su existencia son:

Un estudio sistemático de cuarenta casos realizados en países de ingresos bajos y medios (América Latina, Asia y África), concluyó que el apoyo a las pymes promueve el aumento de ingresos y beneficia en la generación de empleos. Sin embargo, no están claro los efectos sobre la innovación, y la eficacia en función de costos de las intervenciones.[4]

El avance tecnológico y el desarrollo de los medios de comunicación traen consigo ventajas y oportunidades para la empresa. Sin embargo, también traen amenazas. De hecho y en función del sector, una compañía puede empequeñecerse precisamente por carecer de acceso a las nuevas tecnologías o medios a los que la competencia si puede. Aunado a esto la desaparición de las fronteras gracias a la nueva era global en la que vivimos hace posible que un competidor lejano sea próximo gracias a la amplia cobertura de los medios.

Las pymes tienen grandes ventajas como su capacidad de adaptabilidad gracias a su estructura pequeña, su posibilidad de especializarse en cada nicho de mercado ofreciendo un tipo de atención directa y finalmente su capacidad comunicativa. La mayor ventaja de una pyme es su capacidad de cambiar rápidamente su estructura productiva en el caso de variar las necesidades de mercado, lo cual es mucho más difícil en una gran empresa, con un importante número de empleados y grandes sumas de capital invertido. Sin embargo el acceso a mercados tan específicos o a una cartera reducida de clientes aumenta el riesgo de quiebra de estas empresas, por lo que es importante que estas empresas amplíen su mercado o sus clientes.

El análisis de mercado, que comprende:

Tenemos que destacar que a pesar de todos sus inconvenientes, las pequeñas y medias empresas constituyen el 99 % de las empresa de la Unión Europea. Por tanto, tienen una gran importancia y están demasiado protegidas ya que son fundamentales al generar una gran cantidad de riqueza y empleo en los países.

Cada país del Mercosur tiene su propia definición de pyme, sin embargo un grupo de trabajo del bloque desarrolló un criterio general el cual define una categorización para Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela. Esta categorización depende de un coeficiente de tamaño: (los valores fueron definidos en 1992)[5][6]

El Coeficiente de tamaño depende de la siguiente fórmula:

donde:


Los países del Mercosur, a través de la Resolución 59/1998 Grupo Mercado Común y con el objetivo de fortalecer a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas de la región, acordaron políticas de apoyo para coordinar su funcionamiento y reducir las desigualdades.[1]

Según la Recomendación de la Comisión Europea de la Unión Europea de 6 de mayo de 2003, basándose en la Carta de la Pequeña Empresa emitida en el Consejo Europeo de Santa María da Feira en junio de 2000, con entrada en vigor el 1 de enero de 2005, es la unidad económica con personalidad jurídica o física que reúna los siguientes requisitos:[7]

En Argentina se define a las pymes por las ventas anuales y según el tipo de empresa.[8]​ La clasificación depende del siguiente esquema de promediando los ingresos anuales de los últimos 3 años sin impuestos (en pesos argentinos):

Asimismo pueden deducir hasta un 50 % de los montos correspondientes a exportaciones a los fines de calificar en la tabla anterior. Esto se determina por la Resolución 50/2013 de la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y Desarrollo Regional, del ministerio de industria del poder ejecutivo nacional.[9]​ La primera Ley Pyme de Argentina fue la ley 24.467 promulgada en marzo de 1995.[10]​ Esta ley creó las figura de Sociedades de Garantías Recíprocas que hoy tiene gran difusión en la Argentina. La ley 24.467 se modificó en el 2016 aprobándose el Programa de Recuperación Productiva.[11]​ En mayo de 2018 se aprobó la Ley 24.440 de financiamiento productivo que busca el impulso al financiamiento de la pequeña y mediana empresa.[12]

En Bolivia la pyme posee tres criterios básicos, ingreso por ventas y/o servicios operativos anuales netos, el patrimonio neto y el personal ocupado.

El último índice (en 2007)[cita requerida] indica que en el mercado de valores cotizan 4 pymes, 29 grandes empresas y 19 empresas corporativas.

Las definiciones de microempresa y pequeña empresa se establecen mediante la Ley Complementaria Nº123 de 2006.[13]

En Chile el Ministerio de Economía define a las mipymes (micro, pequeñas y medianas empresas) según las ventas anuales en Unidades de Fomento,[6]​ según el siguiente esquema:

Otra clasificación en Chile, no tan frecuente como la anterior, es por la cantidad de empleados:[6]

En Colombia, de acuerdo con la definición de la ley 590 de 2000 y la ley 905 de 2004 la microempresa es toda unidad de explotación económica realizada por persona natural o jurídica, en actividades empresariales, agropecuarias, industriales, comerciales o de servicio, rural o urbana con planta de personal hasta 10 trabajadores activos de menos de 501 salarios mínimos legales mensuales vigentes.

Según la ley 905 de 2004, la pequeña empresa es aquella con una planta de personal entre 11 y 50 trabajadores o activos entre 501 y 5000 salarios mínimos legales mensuales vigentes; por último la mediana empresa es aquella que cuenta con una planta de personal entre 51 y 200 trabajadores o activos totales entre 5001 y 30000 salarios mínimos legales mensuales vigentes.[14][15][6][16]

(SMLMV)= Salario Mínimo Legal Mensual Vigente

A estas fechas, se ha reemplazado la medida del salario mínimo como medida para clasificar el tipo de empresa por tamaño a la de UVT (Unidad de Valor Tributario, Ley 590 de 2000).[17]

La CCSS (Caja Costarricense del Seguro Social), considera pymes a las microempresas, pequeñas y medianas empresas, las cuales a marzo de 2009[18]​ representaban el 95,8 % de las empresas, la mayoría de estas se encuentran en el sector del comercio y de los servicios. La entidad ha clasificado las empresas según su tamaño:[18]

La Cámara de la Industria de Guatemala tiene dos tipos de definiciones de las mipymes, una está destinada para el Programa de Bonos y sigue un criterio de cantidad de empleados, y la otra definición está destinada a definir empresas industriales utilizando un criterio basado en activos totales, cantidad de empleados y ventas anuales. Por otra parte el Ministerio de Economía tiene otra definición utilizando el criterio de cantidad de empleados. Según estas definiciones se pueden establecer los siguientes esquemas:[19]

En febrero de 2017 una iniciativa de ley para fortalecer el emprendimiento en Guatemala fue presentada por la Comisión de Pequeña y Mediana Empresa del Congreso, dirigida por el diputado Álvaro Arzú Escobar, el viceministro de Economía Ezrra Orozco y el Comisionado Presidencial de Competitividad e Inversión, Acisclo Valladares Urruela. Esta propuesta busca crear una herramienta para incentivar la formalización registral y tributaria de la actividad emprendedora en Guatemala a través de un proceso de inscripción gratuito en el Registro Mercantil (RM).

Según el Directorio Central de Empresas (DIRCE) del INE,[20]​ a 1 de enero de 2012 hay en España 3.195.210 empresas, de las cuales 3.191.416 (99,88 %) son PYME (entre 0 y 249 asalariados).

En comparación con la Unión Europea, las microempresas (de 0 a 9 empleados) en España suponen el 95,5 % del total de empresas, tres puntos por encima de la estimación disponible para el conjunto de la UE en 2011 (92,2 %). También hay una diferencia significativa en la representatividad de las empresas españolas pequeñas (3,8 %), casi tres puntos por debajo de la estimación para el conjunto de la UE27 (6,5 %).[21]

Por otro lado, en España se ha creado el Consejo Estatal de la PYME[22]​ mediante Real Decreto 962/2013.[23]

Las características de las PYME españolas las han transformado en uno de los ejes principales que sostienen la economía del país tal y como se puede deducir de los datos oficiales presentados por el gobierno. Proporcionalmente se producen más contrataciones en pequeñas empresas que en compañías que ya han superado una cifra elevada, lo que ayuda a refrescar e incrementar la cantidad de puestos laborales. Esta es otra de las aportaciones que las características de las pymes españolas realizan a la industria del país.

En la India se utiliza el término de «micro, pequeña, y mediana empresa», según el Acta de Desarrollo de Micros, Pequeñas y Medianas Empresas de 2006 emitido por el Ministerio de Ley y Justicia de ese país, estas empresas están clasificadas según un criterio sobre la inversión en planta y maquinaria, y por el tipo de industria de la empresa:[24]

En Japón, la clasificación de las pequeñas y medianas empresas (pymes) están reguladas por la Ley Básica de Pequeñas y Medianas Empresas. En el artículo 2 del Capítulo I de la ley indica la clasificación, que puede resumirse en la siguiente tabla:[25]

En el artículo 5 del Capítulo I de la ley[25]​ se refiere al término «pequeñas empresas», que se usa exclusivamente para denominar empresas más pequeñas que las pymes, cuyos empleados no superan las 20 personas en el caso de las industrias de manufacturas, construcción transporte y otras (que no sean de ventas y servicios) o no más 5 personas, para el caso de ventas y servicios.

En México, las MiPYME constituyen el 72 % de las empresas, el 99 % del empleo, y contribuyen con un 53% del PIB. Están definidas por el número de empleados con los que cuenta la empresa. En el artículo 3 de la Ley para el Desarrollo de la Competitividad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa del año 2002, se establecieron los siguientes parámetros:[26][6]

La Secretaría de Economía a través de la Subsecretaría de la Pequeña y Mediana Empresa brinda apoyos a las PYME con el programa de Oferta Exportable PYME, para impulsar y facilitar la incorporación y comercialización de las micros, pequeñas y medianas empresas PYME a la actividad exportadora, ayudando a la internacionalización de las empresas en un mediano y largo plazo.

A su vez, lanzó una campaña mediática a nivel nacional llamada Pepe y Toño en la que alentó a la población en general a atreverse a emprender. En la página de Internet www.pepeytono.com.mx se encuentran diversas herramientas para que prácticamente cualquier persona pueda emprender su propia empresa. También expone casos de éxito de emprendedores que comenzaron sus proyectos desde cero.

El gobierno mexicano decidió lanzar esta campaña para impulsar el desarrollo de emprendedores al reconocer la importancia de las pymes para la economía local; ejemplo de esto, es que estas empresas representan el 90 por ciento del sector privado.

De acuerdo con el último Censo económico realizado en 2009[27]​ —que se llevan a cabo cada cinco años— en México se cuentan con 5 millones 144 mil 056 empresas, las cuales emplearon a 27 millones 727 mil 06 personas.[27]

En Perú, las MYPE constituyen el 98.3 % de la economía, contribuyendo al 42 % del producto bruto interno (PBI) y con el 88% de empleo de la población económicamente activa (PEA); las MYPE de acuerdo a la experiencia internacional, tienen la capacidad de convertirse en el motor del desarrollo empresarial, teniendo mayor participación tanto en el sector primario (extracción de los recursos naturales, ya sea para el consumo o para la comercialización), sector secundario (transformación de materias primas en productos elaborados mediante tecnología, mano de obra y capital) y sector terciario (distribución de productos preparados y listos para su venta). El Perú tiene más de 2.5 millones de micro y pequeñas empresas formales e informales, el número total de MYPE formales al mes de noviembre de 2004 ascendió a 648, 147 (98.35 %) del universo empresarial formal, creciendo entre el 2001 y 2004 en un 29 %, en cambio las medianas y grandes empresas solo están representan el 1.5 % y su crecimiento en el mismo período fue del 48 %.

En Perú conforme a la ley de Impulso al Desarrollo Productivo y Crecimiento Empresarial, que tiene por finalidad establecer el marco legal para las MIPYME (micro, pequeña y mediana empresa),[28]​ y favorecer en la promoción, competitividad, formalización y desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas; estas en el Perú, generan el 80% del empleo (sea formal o informal).

La normatividad vigente el Decreto Supremo Nº 013-2013-PRODUCE, establece las características de las MIPYME, según el cual una MIPYME debe reunir el criterio de ventas anuales equivalentes a Unidades Impositivas Tributarias (UIT):[28]


En Uruguay las pymes están constituidas según la cantidad de personal ocupado, las ventas anuales netas y los activos, como muestra el siguiente esquema:[29]

El Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley para la Promoción y Desarrollo de la Pequeña y Mediana Industria y Unidades de Propiedad Social de 2008 la denomina pequeña y mediana industria (pymi), y establece el siguiente esquema:[30][nota 1]

También, el decreto establece el concepto de unidad de propiedad social, siendo estas agrupaciones de carácter social y participativo, tales como: las cooperativas, consejos comunales, unidades productivas familiares y cualquier otra forma de asociación que surja en el seno de la comunidad, cuyo objetivo es la realización de cualquier tipo de actividad económica productiva, financiera o comercial lícita, a través del trabajo planificado, coordinado y voluntario, como expresión de conciencia y compromiso al servicio del pueblo, contribuyendo al desarrollo comunal, donde prevalezca el beneficio colectivo sobre la producción de capital y distribución de beneficios de sus miembros, incidiendo positivamente en el desarrollo sustentable de las comunidades.




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