La música en México es rica en variedad de géneros, ritmos y temas. Es fruto del mestizaje entre las tradiciones europea y americana, pero tiene profundas raíces de lo prehispánico y africano, que aunque poco reconocida en otros ámbitos culturales es en la música donde adquiere mayor relevancia.
El mariachi, organización musical que identifica actualmente a México, es una forma de expresión artística que unifica a través de sus sonidos al país y a sus habitantes. Las emociones y sentimientos que se muestran en una serenata o fiesta popular, está presente en todos los eventos sociales.
Véase:
Géneros cultivados en la música tradicional ligera:
Instrumental: -Vals, danza, marcha, fox, chotis
Vocal: -Canción ,sentimental (danza)
Compositores:
Tipos de ensamble de música ligera:
Piano, voz, orquesta típica, cuartetos, quintetos, sextetos, pequeña orque rock and roll o banda
Xochipilli, deidad mesoamericana de la música y la danza. Se sabe muy poco de la música prehispánica de México, aunque son abundantes los grupos que reivindican esa tradición a lo largo de todo el país.
Los indígenas carecían de instrumentos de cuerda, y su música estaba basada en percusiones e instrumentos de viento. Existen muy pocas referencias históricas y arqueológicas que permitan siquiera imaginar el tipo de música que cultivaban los indígenas antes de la llegada de los españoles, sin embargo se presume que era de tipo imitativa y guerrera, es decir que buscaban recrear los sonidos de la naturaleza con los instrumentos que fabricaban con barro, carrizo, pieles y demás, así como ritmos que acompañaban las danzas guerreras y rituales.
Del último período de la civilización mesoamericana se sabe que existía una deidad patrona del canto, la música y el juego. Su nombre era Xochipilli, el Príncipe Flor.
Actualmente se ha llevado a la música prehispánica al plano de la música etnoelectrónica, en la que prevalece la fusión de los instrumentos autóctonos con ritmos modernos como el house y el minimal, tal como lo hace el colectivo Wicholly Broders y Zompantli.
Hay poca información acerca de la música prehispánica, aunque hay muchas personas a lo largo del país que retoman estos ritmos. La música indígena estaba basada en percusiones e instrumentos de viento. Existen pocas referencias que permitan conocer cómo era en realidad la música antes de la llegada de los españoles; sin embargo, del último periodo de la civilización mesoamericana se sabe que existía una deidad patrona del canto, la música y el juego. Se llamaba Xochipilli, el Príncipe Flor.
Su música era más rítmica que melódica, y entre los instrumentos que destacan son:
La música interpretada por pueblos indígenas en la república mexicana, posee influencias de la música europea y mestiza, como el uso de los instrumentos de cuerdas, de tambores con amarre de cuerda, y el uso de acordes. Un ejemplo instrumentístico es la unidad tamboril-flauta, donde el ejecutante toca la flauta con una mano y el tambor con la otra mano, cuya tradición la introdujeron los españoles en el siglo XVII. En la época prehispánica, el flautista y el tamborero tocaban por separado. También existen los duetos flautista y tamborero, similares a los de la música mestiza y música europea tradicional.
El uso de la música es una característica esencial, sobre todo en las fiestas religiosas, aunque su uso no se limita a ellas, sino también al esparcimiento y goce del espíritu. En unas y otras ocasiones representan un papel de importancia, ya que todas las veces que en ellas se cantaban las tradiciones de hechos remotos protagonizadas por ciertas tribus describían acontecimientos importantes como lo podían ser: cataclismos producidos por la naturaleza, epidemias, guerras, victorias y fracasos, hechos hazañosos de ilustres antepasados, entre otros.
Internacionalmente conocido es el conjunto del mariachi, asociado a las grandes figuras de la "canción mexicana" ranchera, que tuvo su período de florecimiento entre las décadas de 1940 a 1970. Es un caso muy interesante pues un conjunto típico regional se convirtió en un símbolo nacional. El Mariachi es originario del occidente de México, específicamente de los estados de Nayarit, Colima y Jalisco, que se disputan su paternidad. Lo cierto es que en un principio, el mariachi era una orquesta popular e indígena, y su indumentaria nada tenía que ver con la del charro (es decir, el traje de los ricos hacendados ganaderos) e interpretaban los "sones de mariachi". Una nota interesante es que estos conjuntos musicales arribaron a la Ciudad de México antes que a la capital de Jalisco. A partir de la primera década del siglo XX comienzan a transformarse: visten el traje de charro (mismo que ya usaban las orquestas típicas desde el Porfiriato), y amplían su repertorio con piezas de diferentes regiones de la República: sones abajeños, jarabes, corridos, huapangos y canciones bravías, al estilo de Lucha Reyes. También añadieron la trompeta como instrumento imprescindible.
Con el auge del cine mexicano las películas de Tito Guízar , Jorge Negrete, Pedro Infante y Javier Solís, dieron a conocer el mariachi así como un México rural idealizado.
El son es una música en la cual se mezclan las influencias indígenas, españolas y africanas, incluso asiáticas en algunos casos. Se trata de un género con ritmo de 6/8, cuya instrumentación varía de región en región. Un conjunto de sones es denominado jarabe, y de este tipo, existen los jarabes Tapatío, Mixteco, del Valle, Tlaxcalteca, Michoacano, etc. Además de los ya señalados sones de mariachi, hay son jarocho, huapango, son abajeño y muchos más. Géneros de aparición más tardía son la jarana y la trova yucateca, que se cultivan en la península de Yucatán, y que recibieron influencia caribeña (especialmente del son cubano) e incluso andina (bambuco colombiano); la chilena, originaria de los estados de Guerrero y Oaxaca, y que recibió la influencia de la cueca chilena y la marineraperuana. Así mismo surge la rondalla, en las clases sociales estudiantiles populares urbanas, en aquellas que no podían adquirir los instrumentos de la estudiantina.
La banda regional es un tipo de ensamble musical, de género musical tradicional y popular, el cual es culturalmente establecido a finales del siglo XIX. Es un género con remanentes europeos e interpreta un repertorio variado en las formas musicales, en el que predominan sones tradicionales, rancheras, corridos, polkas, valses, mazurcas, chotis, todo ello adaptado a la sensibilidad de los habitantes de esta región mexicana; además de música popular como balada romántica y cumbia.
A finales del siglo XIX, en todas las regiones de México existían ensambles de instrumentos de viento y piano, que tocaban en regimientos militares, fiestas de pueblo y procesiones religiosas, añadiéndose a los ensambles los timos instrumentos de aleaciones de metal
La música norteña es un género de música folclórica y popular de México, interpretado por un conjunto norteño, que consiste en una instrumentación de acordeón y bajo sexto (en algunas regiones conocida como fara-fara), con adición de contrabajo (conocido en México también como tololoche), también incluye tarola y ocasionalmente, saxofón. A menudo conjuntos más modernos suelen emplear batería y bajo eléctrico en lugar del tradicional contrabajo y tarola. Algunos de los grupos más conocidos de este género musical son: Ramón Ayala, Los Cadetes de Linares, los Tigres Del Norte, Los Invasores de Nuevo León, Carlos Y José, Grupo Pesado, Intocable, Los Huracanes Del Norte, Los Cardenales de Nuevo León, Grupo Duelo Y Los Tucanes de Tijuana. Su repertorio posee formas musicales cantadas e instrumentales que provienen tanto de la tradición musical mexicana (canción ranchera, corrido, bolero ranchero, huapango) como de la europea del siglo XIX (polca, chotis, redova) y colombiana como es la cumbia. Aunque originaria de áreas rurales del noreste de México, la música norteña es hoy sumamente popular tanto en áreas urbanas como rurales.
El huapango es un género Música musical México mexicano basado en compás ternario, interpretado en diversas formas, las conocidas son tres variantes: el huapango típico o son huasteco, interpretado por el trío huasteco; el huapango norteño, interpretado por conjunto norteño y el huapango de mariachi.
La palabra huapango parece ser derivada del vocablo náhuatl '<no wiki/>cuauhpanco', de cáhuil, leño de madera o árbol, 'pan y co, ambos sufijos locativos que hacen de la primera palabra un locativo. Es decir, en síntesis sobre el tablado o sobre la tarima. Jarana huasteca. También se conoce con el término son huasteco. En un principio existía la diferenciación entre los términos, siendo los huapangos las canciones con letra fija y los sones huastecos las piezas para trovar, para echar versos. Se toca en las regiones de Veracruz, San Luis Potosí, Hidalgo, Tamaulipas, Puebla, Guanajuato y Querétaro.
La música de marimba es la música interpretada ya sea por una, dos o más personas (un ejecutante en el área de sonidos graves o bajos) o por una orquesta de marimbas, a la que se agrega bajo eléctrico o contrabajo, batería y un instrumento de aliento. Su repertorio tradicional es de sones y canciones del sureste, además de otras formas musicales típicas del país.
En Chiapas la música de Marimba es muy versátil, es tal el gusto por este instrumento musical en Chiapas, que es en este estado donde se ha perfeccionado la marimba. En Chiapas se interpreta en Marimba, Zapateados, Sones Chiapanecos, Valses, Paso Doble, Música Clásica, Música Clásica contemporánea, Música Ranchera, Música Norteña, etc.
El Son Jarocho es la expresión musical propia de la cultura jarocha (parte de los estados de Oaxaca, Tabasco y Veracruz). Se practica esencialmente en la fiesta tradicional de los jarochos llamada fandango jarocho, donde se combina con la danza zapateada y la poesía cantada. Esta expresión artística también es ampliamente practicada por ejecutantes que no son de origen jarocho. La música tiene un ritmo armónico, generalmente sesquiáltero, con síncopas y contratiempos, la lírica tiene coplas cambiantes llamadas "versos" y la danza se basa en el zapateado con algún carácter similar en algunas regiones de México.
Lista de formas musicales folclóricas:
En México se ejecutan diversos tipos de géneros populares como, Rock, Pop, Fusión, Nueva Trova y Nueva Canción, Balada, Popular de influencia folk (banda, norteño), Tropical, Cumbia, Salsa, Danzón, Hip Hop, Urbano y Electrónica.
Véase:
Algunos artistas destacados han sido el trompetista Rafael Méndez, los virtuosos violinistas y compositores Hermanos Villalobos y el baterista internacional Antonio Sánchez.
Con el inicio de la segunda mitad del siglo XX México, gracias a las políticas de apertura hacia los prófugos de los diferentes conflictos armados internacionales o nacionales en otros países, acogió en exilio a varios compositores extranjeros que se radicaron en el país después de 1940 (véase sobre todo exilio español en México). Entre ellos figuran de manera prominente Rodolfo Halffter, de origen español, a quien se debe la formalización de la enseñanza de la música serial en el Conservatorio Nacional de Música (México), Gerhart Muench, pianista y compositor alemán que ejerció una influencia serial entre los nuevos compositores mexicanos; Julián Orbón, cubano español que enseña en el Taller de Composición que funda Carlos Chávez y Conlon Nancarrow, estadounidense nacionalizado mexicano, que recurre al piano mecánico para hacer aportes originales en relación con el tiempo en música, como sus desarrollos en la polirritmia, en la polimétrica y en la politemporalidad.
Manuel Enríquez (1926-1994) desarrolló modelos personales de escritura musical y creó un abundante repertorio para instrumentos de arco e percusiones, principalmente, así como obras sinfónicas en que por primera ocasión el concepto de tono cede su lugar prominente a la textura (o sea, la elaboración de una gama de sonidos por vía del tratamiento instrumental). Manuel Enríquez fue el compositor más influyente en la política cultural oficial de México entre 1960 y 1990.
A Enríquez le sigue una generación que realizó búsquedas de vanguardia: Manuel de Elías (1939). Un músico de vasta trayectoria que durante muchos años se ha desempeñado como compositor, director de orquesta, docente y promotor de la cultura. Galardonado en incontables ocasiones en las más altas esferas de nuestra cultura. Promotor de las voces, el trabajo, y el talento de los artistas, los músicos, y los compositores mexicanos pertenecientes a las más nuevas y recientes generaciones. Fundador y director de la Orquesta de Cámara Santa Celilia, de México (1958). Fundador y director de la Sinfónica del Puerto de Veracruz en el marco de la Universidad Veracruzana (1980). Fundador y director de la Filarmónica de Jalisco (1988). Director fundador del Instituto de música de la Universidad Veracruzana. Fundador y Presidente del Colegio de Compositores Latinoamericanos de Música de Arte (1999). Fundador y primer director de la Escuela de Música, hoy Departamento de Música, de la División de Arquitectura, Arte y Diseño de la Universidad de Guanajuato (1965). Director del Conservatorio de Las Rosas, de Morelia, Mich., (1990). Premio Nacional de Ciencias y Artes (1992). Medalla Mozart otorgada por la embajada de Austria en México, en 1991. Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes otorgado por la Secretaría de Educación Pública en 1992. Creador Emérito por el Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes desde 1993. Medalla de Oro de Bellas Artes por el Instituto Nacional de Bellas Artes en 2009. Cuenta con más de 200 obras de diversos géneros musicales. Mario Lavista (1943), fundador y director de la Pauta, cuya obra es conocida en el ámbito de la música de concierto en México, España y Estados Unidos, dio continuidad a la fórmula de enseñanza y gestión del poder político cultural creada por Carlos Chávez en su Taller de Composición en el Conservatorio Nacional de Música y posteriormente en la Escuela Superior de Música), formando muchos de los compositores radicados en México de la generación sucesiva, citados más adelante. Mario Lavista ha difundido constantemente la música como miembro de El Colegio Nacional; recibió la beca Guggenheim por su ópera Aura y ha publicado muchos ensayos, la mayor parte de estos reunidos en el libro Textos en torno a la música. Varios compositores pueden mencionarse de este periodo, entre otros Francisco Núñez Montes (1945), Graciela Agudelo (1945), Federico Ibarra (1946) y Daniel Catán (1949-2011).
De la misma generación destaca Julio Estrada (1943), formado en México por Julián Orbón, en París por Olivier Messiaen, Nadia Boulanger) y Iannis Xenakis, y en Alemania por Karlheinz Stockhausen, Gyorgy Ligeti, Henri Pousseur y Helmut Lachenmann). Doctor en música y musicología (Universidad de Estrasburgo 1994) con la tesis Théorie de la composition : discontinuum - continuum. Estrada es miembro del Instituto de Investigaciones Estéticas y de la Facultad de Música de la UNAM. Nombrado en 2000 Director del Centre d'Études de Mathématique et Automatique Musicales (CEMAMu) de París como sucesor de Xenakis, con quien trabaja entre 1980 y 1994. Ha desarrollado teorías originales que recurren a las matemáticas, como la teoría de grupos finitos, la combinatoria de intervalos. Crea la teoría del continuo en música y la noción de macro-timbre, basada en la idea de que ritmo y sonido son parte del mismo continuo de frecuencias, la crono-acústica. Estrada es el primer artista creador que alcanza el emeritazgo del SNI, Sistema Nacional de Investigadores. Editor de La música de México (IIEs UNAM, 1984, 10 volúmenes); junto con Jorge Gil Mendieta escribe Música y teoría de grupos finitos (IIEs, UNAM 1984); autor de El sonido en Rulfo: el ruido ese (IIEs UNAM, 2006) y de Canto roto: Silvestre Revueltas (FCE, IIEs, UNAM, 2011). Entre sus obras destacan Memorias para teclado, que interpreta Velia Nieto, su esposa (1943-2008), los Cantos naciente, oculto, tejido, mnémico; los yuunohui, serie de obras para instrumentos solistas, ishini'ioni, cuarteto de cuerdas; eolo'oolin, 6 percusiones en el espacio; o la ópera Murmullos del páramo, basada en la novela de Juan Rulfo.
Algunos autores nacidos en los años 1950 siguieron abiertos a nuevos lenguajes y estéticas, pero con una clara tendencia hacia la hibridez con corrientes musicales muy diversas. Muestra de ello son las obras de Arturo Márquez (1950), Marcela Rodríguez (1951), Federico Álvarez del Toro (1953), Javier Álvarez (1956) y Eduardo Soto Millán (1956).
Entre los compositores mexicanos activos de la generación sucesiva puede mencionarse a Ana Lara (1959), Hilda Paredes, Hebert Vázquez, Javier Torres Maldonado, Carlos Sánchez Gutiérrez, Ignacio Baca Lobera, Víctor Rasgado (1956), Mariana Villanueva (1964), Juan Trigos (1965), Gabriela Ortiz, María Granillo y Armando Luna Ponce.
Una nueva generación proviene de la UNAM: Leticia Cuén, Mauricio Rodríguez, Víctor Adán (1972), Isaac de la Concha y Germán Romero, formados en el Laboratorio de Creación Musical que funda Estrada en 1996 en la Escuela Nacional de Música.
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