Naraku (奈落 Naraku?, lit. Infierno) es el antagonista principal del manga y anime InuYasha. Es un ser despiadado y cruel pero extremadamente inteligente. Su nombre significa demonio o abismo en japonés antiguo. Naraku es un ser hecho de la fusión de Onigumo, un ladrón humano que fue quemado vivo quedando totalmente imposibilitado para moverse, y cientos de demonios. Onigumo fue rescatado y cuidado por la sacerdotisa Kikyō, este se enamoró de ella, pero al enterarse de su relación con InuYasha, ofreció su alma y cuerpo a un grupo de demonios, con el fin de tener un cuerpo sano y quedarse con Kikyō.
Naraku es un demonio que ha causado desgracia para todos los que tengan contacto con la perla de shikon, por ejemplo a la sacerdotisa Kikyo quien fue su primera víctima junto a Inuyasha; después Miroku por la maldición en su mano (Kazaana o agujero negro), sigue Sango una exterminadora de monstruos a la que Naraku mató a toda su familia y usó a su hermano menor Kohaku para sus trabajos sucios. Después a Kōga, matando a casi toda su tribu.
Naraku hace uso de los trozos de la perla para crear extensiones suyas (crear sirvientes o extensiones de los cuales tiene el control) como Kagura, Kanna, Juromaru, Kageromaru, Byakuya y otros muchos que la mayoría de las veces mueren o son derrotados en manos de Inuyasha. También usa los fragmentos para revivir a siete guerreros antiguos integrados por: Bankotsu, el líder de este grupo; Renkotsu, quien desconfiado traiciona su líder; Jakotsu, el primero en conocer a Bankotsu y el más fiel a él ya que lo quiere como se fuese su verdadero hermano; Suikotsu, un médico quien en una guerra, defendiéndose, mata a un enemigo y descubre la maldad que tenía dentro de él, Ginkotsu, Mukotsu y Kyokotsu.
En la época feudal, antes de la llegada de Kagome, hace 50 años en esta misma región existía un bandido muy famoso y malvado llamado Onigumo, quien le propone a uno de sus cómplices llamado Rasetsu apoderarse de la perla de Shikón y volverse invencibles. la perla para ese entonces estaba bajo la custodia de Kikyo, quien había sido encomendada en purificarla y mantenerla resguardada de los espíritus malignos y demonios que quisieran obtenerla y causar desastres. Rasetsu decide, persuadido por Onigumo, matar a Kikyo usando su arco y flecha. Inuyasha, que en ese entonces había intentando también apoderarse de la perla, desiste al final de su plan y se une a Kikyo en su tarea acompañandola y protegiéndola junto con la perla. Rasetsu ignoraba que un mitad Demonio (hanyo) como Inuyasha estuviese protegiendo a Kikyo y cuando casi logra su cometido, es atacado por Inuyasha. Rasetsu sobrevive a su encuentro con Inuyasha y Kikyo y siente que todo fue una trampa de Onigumo hacia él, por lo que decide vengarse y armar un motín junto con otros servidores de Onigumo. Onigumo traicionado por sus propios hombres es quemado vivo y arrojado al fondo de un barranco terminando a las orillas de un río. Totalmente moribundo es encontrado por Kikyo, quien se apiada de él (desconociendo quien era en realidad) Y decide ayudarlo en su invalidez y haciendo lo posible por ayudarlo a recuperarse, sin embargo ella sabe que él no podría recuperarse de tan terribles quemaduras.
Ante ello, gracias a la nobleza y cuidados de Kikyo Onigumo se termina enamorando de la sacerdotisa pero al saber que le es imposible recuperarse y poder sanarse para tener una oportunidad de estar con ella. En su desesperación ofrece su alma a los espíritus malignos y demonios a cambio de poder obtener un cuerpo sano y finalmente cumplir su deseo. (pero Onigumo no midió las consecuencias ya que dichos espíritus y demonios quienes en su mayoría fueron derrotados y acabados por Kikyo estaban deseosos de vengarse de ella) Onigumo es absorbido totalmente y su alma es fusionada con la de dichos entes, originando a una entidad nueva conocida como Naraku.
Este ser totalmente nuevo es sumamente maligno, lleno de venganza, odio y un profundo deseo de obtener un poder aún más grande. Por ello y al saber de la existencia de la perla de Shikón, decide ir en busca de esta, no sin antes acabar con sus protectores Kikyo e Inuyasha.
Una tarde después, Inuyasha y Kikyo están juntos hablando sobre el futuro de su relación, a lo cual ella le dice que siente un profundo anhelo de llevar una vida más normal y tener la oportunidad de vivir tranquilamente y tal vez formar una familia. Inuyasha quien está profundamente enamorado de ella, también quisiera dejar de ser un mitad demonio y poder ser un verdadero humano y estar juntos también. A lo cual Kikyo le ofrece la perla para que ambos puedan realizar su deseo. Deciden entonces llevar a cabo esta idea citándose a la mañana siguiente en el bosque, todo este plan es escuchado por Naraku, quien rondaba cerca buscado el momento perfecto para acabar con ellos. Ese mismo día a la noche, Naraku decide entonces robar la identidad de Inuyasha y apoderarse de la perla, se acerca al templo donde la perla se encontraba pero al ver que Kikyo ya estaba allí, decide marcharse y cambiar sus planes. Kikyo se percata de esto pero al ver que era Inuyasha, le pregunta si había pasado algo, para despistarla y librarse de la situación le aclara que estaba muy impaciente y ella le aconseja que sea mejor en la mañana. Ya a la madrugada Kikyo se percata que era algo tarde al parecer y corre hacia el bosque en busca de Inuyasha, este aún no aparece y ella deduce que se quedó dormido, pero en ese mismo instante aparece Naraku con la identidad robada de Inuyasha y ataca brutalmente a Kikyo diciéndole que todo era un engaño y que él nunca iba a volverse un humano, le quita la perla y huye. Sin embargo para crear más remordimiento, odio y maldad en la perla y así poder corromperla más vuelve a dejar la perla en su lugar en el templo donde estaba antes y va ahora tras de Inuyasha, está vez robando la identidad de Kikyō.
Inuyasha llega al lugar donde habían planeado verse con Kikyo. Posteriormente aparece Naraku con la identidad de Kikyo y lo ataca con una flecha diciéndole que jamás le entregaría la perla a un mitad perro demonio cómo el. Inuyasha lleno de ira y al sentirse completamente traicionado por Kikyo decide retomar su primer plan de obtener la perla para convertirse en un demonio completo y no volver a ser rechazado. por lo cual ataca la aldea y todos a su paso hasta llegar al templo y apoderase de la perla, por su parte Naraku no contaba con que en ese preciso momento la verdadera Kikyo moribunda y en plena agonía aparecería, con el máximo dolor de la traición de su amado Inuyasha y su vez este también con el mismo dolor, Kikyo ataca a Inuyasha en su huida con la perla de un directo flechazo y lo termina sellando en el árbol de las edades, pero no matándolo, si no sumiéndolo en un eterno y profundo sueño y así terminando la historia de la desgraciada joven pareja. A pesar de que su plan resultó todo un éxito, Naraku no consigue obtener la perla pues ésta vuelve a manos de Kikyo en sus últimos momentos y ella fallece para luego ser cremada junto con la misma, llevándosela al más allá.
Poco tiempo después de ello, Naraku se encuentra con un sacerdote quien sería el abuelo del monje Miroku. Al enfrentarse con éste logra herir en una mano al hombre maldiciéndole la herida y transformándola en un Kazana, un agujero negro que a la larga lo va devorando por dentro y que es heredado por todos sus descendientes.
Mientras Inuyasha y los demás se encontraban luchando en el interior del cuerpo de Naraku con el propósito de rescatar a Rin, terminar con él y de paso intentar recuperar la perla. Éste se vale de Byakuya para crear una serie de ilusiones con las cuales pone en contra a Miroku y a Sango, todo con el propósito de hacer que se maten entre ellos. Inuyasha no está dispuesto a permitir que esto pase y ataca con un Meidou Zagetsuha el cual es absorbido por Naraku, quien al mismo tiempo se fusiona con la perla. Gracias a esto se mantiene a salvo del ataque del hanyo (Inuyasha). Mientras esto pasa, Naraku les comenta que si bien es cierto que pueden destruirlo ahora, la perla no puede ser destruida debido a que como Kikyo ya trató, ésta se las arregló para escapar y resguardarse en el cuerpo de Kagome.
La miko del futuro, Kagome, le pregunta entonces a Naraku que es lo que desea realmente porque desde que comenzó todo este conflicto se ha dedicado a separar a gente que se amaba, a enemistar dos hermanos, a maldecir una familia entera y finalmente tratar de poner en contra a Miroku y a Sango para que se maten entre sí. Kagome le dice que él entiende el corazón humano porque conoce la importancia que poseen los lazos que unen a estos seres y lo que significa si estos son separados trágicamente. Inuyasha no comprende a que quiere llegar Kagome con dicha conversación. Pero la joven concluye que la perla por más que el malvado hanyo lo desee, no le cumplirá su deseo. Al momento de decir esto, el rostro lleno de confianza de Naraku cambia. Kagome continúa diciéndole que si bien ya tiene la perla completa desde hace tiempo él ha preferido vacilar ya que sabía que de absorber la perla, se terminaría transformando en un monstruo. Naraku se pone furioso ya que presiente que las palabras de Kagome tienen la intención de purificarlo. En ese instante, Naraku contraataca con lanzas de shouki las cuales son repelidas por Inuyasha y un Meidou Zangetsuha. A continuación, Inuyasha le dice a Naraku que admite que ambos son hanyos pero lo que los diferencia del uno del otro es la forma como nacieron.
Ya que ambos tienen el corazón tanto humano como de yokai y, que gracias a eso, sabrán qué camino elegir para su futuro, InuYasha se pone molesto ya que mientras él escogió vivir su vida como un humano, Naraku ha escogido el camino de la tragedia lastimando a toda la gente y que por ello ignora por completo su humanidad; le dice que no permitirá que le haga daño a sus amigos. Dicho esto, lanza un Meidou completamente diferente al que usualmente lanza (en vez de ser un círculo completo, lanza una serie de media lunas) el cual acierta en el cuerpo de Naraku destrozándolo literalmente. InuYasha se sorprende por este cambio radical de la técnica. Posteriormente, Byakuya ataca a Kagome sin ningún resultado aparente.
Naraku alimentó su alma con la joya para obtener más poder y tomó una apariencia más horrible: su verdadero rostro. Usó este poder para evitar que los otros lo mataran y así poder prepararse para estrellar su gigantesco cuerpo lleno de shōki en la Villa Kaede. Aunque tenía la intención de usar esta amenaza de destruir la aldea para evitar que Inuyasha lo matara, Sesshōmaru lo ignoró y golpeó su cuerpo principal con la joya de Bakusaiga. La espada de Sesshōmaru, sin embargo, ni siquiera raspó la joya, lo que evitó la muerte de Naraku. Cuando su enorme cuerpo comenzó a caer sobre la aldea, todos escaparon desde adentro e intentaron proteger a los aldeanos. Inuyasha usó el Meidou Zangetsuha para enviar definitivamente su cuerpo al Infierno, pero su alma permaneció con energía negativa y miasma. Kagome vio la Perla de Shikon dentro de Naraku y disparó una flecha hacia la joya.
Antes de que la flecha golpeara la joya, el alma de Naraku pensó que Shikon no Tama no le había concedido su verdadero deseo: quería el amor de Kikyō, y se lamentaba de que no podría ir a donde estaba después de la muerte. Energía y miasma de Naraku estaba completamente purificado y la mayoría del pueblo se salvó de la destrucción. El alma de Naraku, que aparecía como una sola cabeza sobre la joya perforada, se cernía sobre el pozo del Devorador de huesos y decía que había hecho un deseo diferente sobre el Shikon no Tama anteriormente en la batalla, y que cuando muriera ese deseo sería concedido. El alma de Naraku finalmente desapareció para siempre del mundo material, y un Meidō robado pareció tragarse a Kagome cuando el pozo desapareció.
Se reveló que el deseo que Naraku había hecho era en realidad el deseo de la Joya misma: que las almas de Naraku y Kagome reemplazarían al Demonio de la Joya y a Midoriko, y continuarían su batalla dentro de la joya por la eternidad.
En el manga, el alma de Naraku es destruida para siempre por Inuyasha cuando corta el punto de luz en la oscuridad dentro de la Joya Shikon con Meidou Zangetsuha, que es la clave para matarlo como Kanna le había dicho a Kagome antes de morir. De hecho, con el ataque de Inuyasha en este mismo punto, la pureza de la Joya llamada Naohi aniquila para siempre la malvada presencia corruptora dentro de ella, entonces el brillo y la voz de la Joya se detuvieron por completo.
En cambio, en la versión de anime, el alma de Naraku, dentro de la Joya, brevemente despertada, comentó cómo se sentía cálido y se preguntó si lo que sentía era paz, y luego sonrió levemente mientras desaparecía, finalmente purificado y satisfecho.
Naraku puede manipular el veneno, y utiliza insectos venenosos. También puede perder gran parte de su cuerpo sin significar problema para él, ya que se regenera. Además, puede desprender extensiones de su propio cuerpo, (alter-egos). Otra habilidad es usar los fragmentos de la Perla de Shikon para controlar a otros, como en el caso de Kohaku. También, puede crear campos de energía muy fuertes. Posee una técnica que hace que se reencarne en nuevos seres. Tiene una gran dominación sobre su cuerpo llegando a transformarse en una armatoste-criatura. Es bastante fuerte; mucho más que InuYasha pero no tanto como Sesshomaru.
Naraku hace uso de los fragmentos de la perla para crear extensiones suyas a partir de su propia carne (sirvientes o extensiones de los cuales tiene el control). Todos tienen la quemadura de la araña de Naraku en la espalda (resquicio de Onigumo).
Naraku es el personaje más odiado en la serie. Es despiadado y sin escrúpulos, muy egoísta y desea todo el poder para sí mismo, de hecho ha traicionado a todos con los que se ha aliado, incluso cuando era un humano. Utiliza a las demás personas para su beneficio y casi nunca se ensucia las manos, siempre deja que alguien más haga el trabajo por él. Por esto y mucho más, Naraku se ha ganado el odio de casi todos los personajes de la serie:
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