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Pariaguán



Pariaguán es una ciudad del estado Estado Anzoátegui, Venezuela, capital del municipio Francisco de Miranda. La ciudad

Pariaguán recibió varios nombres: «Unare», «Cabeceras de Unare», «Cabeceras de Pariaguán» y «Santo Cristo de Pariaguán». Por tradición se ha sostenido que el nombre se le atribuyo al fundador de la población Pariagua, a cuya denominación se le agregó una «n» por serle más consonante a los españoles.

También existe otra versión que señala que proviene de la frase «Parí a Juan», refiriéndose al nacimiento de Paubia, quien al bautizarse tomó el nombre de «Juan del Rosario». Sin embargo está la versión del gran cacique Pariaguan sucesor del cacique Yavire. Una de las razones que nos hacen creer en esta posibilidad es que antes que el pueblo tomara esta denominación, ya se llamaba así en 1754 el río Pariaguán, y cuando el padre Hinostroza viene a fundar el pueblo en 1744, se dirige al “sitio de Pariaguán”. Al parecer el vocablo “Pariaguán” significa en una lengua indígena «hombre de mar».

Antes de hablar del origen de Pariaguán y su evolución histórica debemos conocer que el territorio del actual estado Anzoátegui formó parte de un gran continente de pueblos indígena que se llama “Abya Yala”, es decir, hoy en día América con la llegada de los españoles en 1492 inicia una lucha por la resistencia y conservación del territorio. Luego durante el período colonial que formaba parte de la Nueva Andalucía (1568) comprendía los actuales estados Nueva Esparta, Sucre, Monagas y Estado Anzoátegui. En el año 1731 el territorio del sur de Anzoátegui paso a pertenecer a la Guayana el mismo era controlado por el Virreinato de la Nueva Granada.

Muchos historiadores y cronistas durante años le han atribuido al nombre de «Pariaguán» a un líder indígena conocido como «Pariagua» que vivió durante los años 1700-1750. Guarda una relación semántica y se encuentre cronológicamente el periodo denominado por los españoles como misiones de “pacificación de los caribes”.[2]

Pero hay historiadores que sostienen que durante el periodo de resistencia indígena después del inicio llega de los colonizadores españoles en 1492, los pueblos originarios defendieron su territorio ante un poder militar superior. Sin embargo, las luchas por el control del territorio se prolongó por más de 50 años. Dentro líderes indígenas caribes que defendieron el territorio oriental de la actual Venezuela tenemos al gran cacique Pariagua que vivió entre los años 1490-1550 quien accedió al cacicado después de la muerte del cacique Yavire a quien se le atribuye la unificación de las tribus moradoras en la región del Caroní llegando a comandar una gran fuerza que abarca los actuales estados Estado Anzoátegui, Sucre y Monagas junto a los pueblos originarios de nuestro territorio resistieron a la colonización ordena por la reina de España Juana I de Castilla el 7 de diciembre de 1511.

El cacique Pariagua unió fuerzas con el cacique Paramaiboa al cual el segundo se encargó de las fuerza de resistencia de la parte del oriente del país y la parte sur del oriente del país y al norte del Orinoco la comandó el cacique Pariagua. Dichos caciques obligaron la retirada del líder conquistador español Gonzalo de Ocampo hacia Cumaná. Posteriormente después colgar a los emisarios indígenas vuelve el sitio denominado «La Zapoara» (hoy conocido como la población de El Chaparro), pero fue vencido por el cacique Pariaguan quien planeó y diseñó la estrategia la noche anterior. Sin embargo las fuerzas de resistencia pierden otro líder en batalla como lo fue el cacique Paramaiboa quien a pesar de luchar con fiereza pereció en batalla. Las tropas españolas quedaron al mando del capitán Ántonio de Monsalve quien dirigió a los españoles y tras caer derrotado se suicidó.

El cacique Pariagua unifico nuevamente las fuerzas de resistencia a la colonización y juró ganar la batalla y dedicarla a su compañero caído, el cacique Paramaiboa. Se preparó para destrucción del adversario, pero su fuerza fue diezmada por el enemigo en el sitio llamado como Los Cardones (Monagas) donde el lugarteniente español Castellano atacó por un lado y Ocampo por el otro aniquilando las tropas del cacique Pariagua y al verse derrotado huyó con los sobreviviente hacia las selvas de Guayana y después de internarse allí no se conoció más de él.[3]

La villa del Santo Cristo Crucificado de Pariaguán nace por un “acto de fe cristiana”. Según nos narra fray Antonio Cauli, en su Historia Corográfica Natural y Evangélica de la Nueva Andalucía, la fundación de Pariaguán es obra de los padres franciscanos de las misiones de Píritu enviados por la corona española para denominado «proceso de pacificación». Recién fundada Chamariapa (hoy Cantaura), estando en ella su fundador fray Fernando de Jiménez, vio salir del monte dos indios: Paubia y Pariagua, alias Rereico, este último servía de acompañante por ser quien conocía la lengua castellana. Ambos con profunda fe cristiana le pidieron al misionero que les fundara un pueblo, ya que ellos y su gente querían ser cristianos, vivió al amparo de la Iglesia de Cristo.

Días más tarde emprendían viaje Paubia y Pariagua, acompañados de fray Fernando de Jiménez, hacia el sur más allá de la Mesa de Guanipa al norte del río Orinoco.

Un día de 1741, avistaron una amplia meseta en las cabeceras del río Unare, bañada por las aguas del Guasey, San Luis y Maco era el sitio escogido para la fundación del hoy pueblo de Pariaguán. Escogido el sitio, Paubia y Pariagua se dieron a la tarea durante tres años, de buscar a los futuros pobladores. Hacia el sur en las cercanías de la laguna de Anache fueron en su búsqueda. De ella vinieron 30 indios que pasarían a ser los primeros pobladores del pueblo naciente.

El 17 de junio de 1744, llegaba fray Alonso Hinostroza, comisionado de la Misión de Píritu, para hacer realidad el deseo de Paubia y Pariagua. Inmediatamente los indios se dieron a la tarea de construir una vivienda para el padre misionero y una pequeña capilla. Cuatro días más tarde, en la esplendorosa mañana del 21 de junio de 1744, al arrullo de las aguas del Guasey, al frescor de la brisa guanipense, en aquellos inhóspitos parajes, se oía por primera vez el canto celestial de la Santa Misa. Allí bajo la presencia sagrada del Cristo crucificado ante la beatífica palabra de fray Alonso Hinostroza y ante la augusta gallardía de Pariagua, nacía un pueblo llamado «La Villa del Santo Cristo Crucificado de Pariaguán». A partir de esta fecha muchos sacrificios tuvieron que soportar, el misionero y sus fieles, para hacer de su pueblo una realidad tangible.

Ya para el año de 1750, Pariaguán se había consolidado como pueblo con doscientos treinta (230) pobladores, doscientos (200) corderos de Dios se habían bautizado y noventa (90) hombres de armas para su defensa. Para 1761 aparece Pariaguán con el nombre de «Cabecera de Unare», según relación de Dibujada, relatadas por monseñor Constantino Maradei en su libro Historia del Estado Anzoátegui. Para ese entonces el poblado contaba con cincuenta y seis (56) familias, doscientos ochenta y un (281) almas, cuarenta y un (41) casas, una (1) iglesia, tres (3) haciendas, trescientos setenta (370) cabezas de ganado.

En 1811, el Generalísimo Don Francisco de Miranda, salió electo Diputado al Congreso, por la Villa de El Pao de la Provincia de Barcelona. Todo este extenso territorio sirvió de escenario en las luchas de la emancipación. Desde aquí se mantuvieron vivas las banderas republicanas en los años difíciles de 1815 a 1820, por valientes patriotas como lo fueron los hermanos José Gregorio y José Tadeo Monagas, Manuel Cedeño, Pedro Zaraza, Olivares, Rojas, Parejo y el guerrillero Barreto en las inmediaciones de El Tigre, entre otros patriotas que acompañaron al Libertador Simón Bolívar. Entre los patriotas locales más destacados están Gral. Lucas Carvajal, héroe en Ayacucho, nativo de Múcura; el diputado al Congreso de Angostura por El Pao, don Diego Antonio Alcalá, el Cnel. José de Alcalá; el mayor Manuel Figuera y don Juan Olayo Pérez ayudantes del Gral. José Tadeo Monagas, nativos del Pao, el capitán José Maria Oca de Múcura y el Gral. José Blanco de Bocas del Pao. Era tal la importancia estratégica de esta zona, que esto informa el general Pablo Morillo al Gobierno español en 1820:

En la constitución de Cúcuta, en 1821, se creó el cantón del Pao, formados por su cabecera la parroquia El Pao y las parroquias: Pariaguán, Atapirire, Múcura, Bocas del Pao, Tabaro, Caris, Merecural, Soledad, Carapa, y Mamo. Para 1873, había en Pariaguán 709 habitantes de los cuales 352 eran hombres y 357 mujeres pero esta densidad poblacional no duró mucho ya para 1881 se contabilizaron 970 habitantes.

A partir de 1893, son mudados a Pariaguán el Juzgado y el Registro Público, pasando a ser esta población la cabecera del distrito Miranda.

En general el clima es de bosque seco tropical, con excepción del área próxima a los ríos Unare y Pao donde es tropical húmedo. La temperatura media de 26,8°C. El régimen estacional de precipitaciones varía y la precipitación media anual de 1.086 mm. La evapotranspiración anual es de 814,95 mm. La acción eólica es fuerte todo el año.

En general el relieve es plano característico de los Llanos sur orientales, con un grado de disección moderado, marcado por farallones de gran profundidad en superficies que oscilan entre las 10 a 100 Has, destacándose el producido en el naciente del río Pao. En las áreas planas a onduladas las pendientes predominantes están entre 0,5 a 3 %. Son comunes mesas y sabanas altas con un grado de disección moderado marcado por farallones profundos que dan origen a cabeceras de ríos.[3]

Como factores formadores de los suelos se encuentra un material parental constituido fundamentalmente por sedimentos del Pleistoceno inferior, correspondiente a la formación de mesa. En cuanto a la capacidad de uso de los suelos existente, predominan los franco-arenosos y areno-franco-arcillosos de pH ácidos y una fertilidad natural mediana, pertenecientes a los órdenes de lectisoles, oxisoles y utisoles.

De acuerdo con las características edáficas y fisiográficas de la gran mayoría de estos suelos presentan un potencial agrícola vegetal y agrícola animal, soportando un uso racional para el cultivo de maíz, frijol, yuca, melón, patilla, lechosa, parchita, mango, merey y todo tipo de frutales tropicales perennes, en menor escala cultivos hortícola con riesgo y el establecimiento de pastos artificiales para todo tipo de ganadería.[3]

El municipio Francisco de Miranda es bastante biodiverso con más de 31 tipos diferentes de vegetación, pero se mencionan las 10 formaciones mayores que abarcan el 80 % de la superficie total, donde predomina la presencia de sabanas abiertas conformadas por una vegetación graminiforme (sabanas de Trachypogum).

El área de influencia de Pariaguán está enmarcado en el territorio de una zona de vida de bosque seco tropical, pero con una vegetación predominante de formación tropical mixta en mesetas, presentando comunidades vegetales pertenecientes a un mosaico de ecosistemas de sabana y lomas boscosas, conformado en gran parte por una cobertura graminiforme de los géneros: Trachypogum, Axonopus, Sporobolus, etc. También son frecuentes especies arbustivas y árboles leñosos en forma dispersa, caracterizado por su crecimiento torcido, corteza gruesa y mediana altura, dentro de estos son típicos el chaparro (Curatella americana), el manteco (Byrsonima crassifolia), alcornoque (Bowdichia virgiliaides), cañafistola (Cassia machata), palo de aceite (Capacifera pubiflora). De moderada a fuerte intervención a la formación vegetal y dos poligonales de concesiones petroleras en la zona adyacente al nacimiento del río Unare y la cuenca alta del río Pao.[3]

La actividad económica tradicionalmente predominante pertenece al sector agrícola, destacándose la producción agrícola animal: bovinos doble propósito, ovinos, caprinos y pequeñas explotaciones de pollo de engorde; el segundo orden lo ocupa la producción agrícola vegetal, sobre todo los sembradíos de yuca amarga para la elaboración de casabe y yuca dulce para el consumo fresco. Además cultivos de frijol y maíz, plantaciones dispersas de frutales (merey, mango, lechoza, parchita, melón, patilla), auyama, caña de azúcar y cultivos hortícolas en pequeña escala.[3]

La cría de ganado vacuno es la actividad principal. La asistencia técnica de FONAPROLE en los últimos años maneja criterios de mejoramiento de pastos, de selección y reemplazo de animales para la reproducción, se cumplen medianamente los programas sanitarios, a pesar de los esfuerzos del plan de vacunación.

El tipo de explotación pecuaria bovina predominante en el municipio es de tipo mosaico orientado hacia carne con ordeño estacional para la elaboración artesanal de queso.[3]

Cultivos perennes: plátano, cambur, piña, ciruela de huesito, coco, guayaba, limón, lechosa, mandarina, naranja, mango, merey, níspero, onoto, y tamarindo.

Las actividades del sector secundario son escasas. Vale señalar las empresas familiares de tipo artesanal (procesadoras de merey, elaboración de cazabe y papelón), destacándose el subsector de la construcción que se concentra en la capital del municipio (Pariaguán). Existen 15 bloqueras de diversos tamaños. También operática el gran complejo industrial de fabricación de bloques, tejas y tabelones de arcilla (Pedro Zaraza) en el hato El Palote, sector Budare dentro de los límites del municipio Zaraza, empresa socialista promovida y dirigida por PDVSA Industrial.[3]

Por otro lado se destaca la existencia de un complejo agroindustrial: durante el mes de febrero de 2012 se realizó la puesta en marcha de la empresa de cogestión ALCOPA, C.A. (Alimentos Concentrados Pariaguán, C.A.) entre una empresa privada y una cooperativa. Además existió un “Central Mereyero” que tuvo breves períodos de operación desde 1978 a 1995, con una operatividad del 11% de su capacidad instalada, paralizada en un 100% desde 1995, en la actualidad fue desmantelada sus instalaciones.

Desde el 2009 se desarrolla el Proyecto Integral Socialista para el Desarrollo del Cultivo de la Soya Luis Inacio De Abreu e Lima que abarca parte de los municipios Pedro María Freites, Aragua, Simón Rodríguez y Francisco de Miranda (Pariaguán).[3]

También fue reinaugurado un moderno matadero municipal ubicado en Pariaguán en las proximidades del sector El Ventilador específicamente después de la Pasarela en plena Troncal 15 con la capacidad instalada óptima para la atención del ganado que arrima los productores de la localidad con una carnicería popular para la venta al público directa.

Con respecto al sector terciario, se puede señalar que la mayor parte de los servicios del municipio Miranda está concentrado en la parroquia Pariaguán como: educación, salud, transporte, comunicaciones, comercio, turismo y hotelería.[3]

La posición privilegiada que ocupa Pariaguán como puerta del oriente venezolano en sentido oeste-este y entrada a los llanos en sentido inverso, le hace un pueblo de referencia a nivel nacional, además es capital del municipio Francisco de Miranda, el cual sitúa la mayoría de su territorio dentro de la faja petrolífera del Orinoco.

Entre las edificaciones más emblemáticas se encuentra: C.C Paraíso Plaza, C.C Don Teodosio, C.C Latin Toys, C.C Nelly, C.C Socialista,El Árbol Nacional de Venezuela (El Araguaney) en la Avenida Santo Cristo de Pariaguán C.C Vanecenter, Papelería Craft, Edificio Unare, Salón De Usos Múltiples Francisco de el calzado tradicional y por excelencia del llanero Venezolanoe Miranda, Casa de la Cultura de Pariaguán.

Instrumento Musical del Joropo Venezolanoariaguán en los últimos años a tenido un crecimiento en cuanto a infraestructura, Instrumento Musical del Joropo Llanero, en la Avenida Santo Cristo, estructuras entre los cuales destacan los Siguientes:

En la localidad podemos encontrar innumerables sitios de esparcimientos y recreación para todo la población y público visitante diseminadas por todo el territorio de la población de Pariaguán entre podemos resaltar:

En la primera década del siglo XXI aunado al desarrollo petrolero se ha visto incrementada la población de Pariaguán que ya se vislumbra como un gran pueblo del estado Anzoátegui entre los principales sectores podemos mencionar:

Existe una gran cantidad de simoncitos y escuelas en toda la geografía de Pariaguán para garantizar el acceso al sistema de educación tanto del subsistema (maternal, preescolar) como el sistema de educación básica y el caso del sistema de educación media podemos mencionar:

En el ámbito universitario se cuenta con:

Se cuenta con un INCES y Centro de Formación para Adultos

De acuerdo con documentos históricos, el crecimiento y desarrollo de Pariaguán a lo largo de los años ha estado marcado por el manto protector del Cristo crucificado como patrono de sus feligreses. La imagen del Santo Cristo Crucificado guarda estrecha vinculación con lo que ha sido la fundación e historia de la capital del municipio Miranda. En su fundación el 21 de junio de 1744, esta población alcanzó el nombre de «La Villa del Santo Cristo Crucificado de Pariaguán».

La arquitectura caribeña, es el modelo de las casas tradicionales, el cual llegó por el Orinoco; el redoblamiento que se desarrolló aquí, después de extinguirse la comunidad indígena de Pariaguán, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, fue influenciado por la gran actividad comercial y humana que se generó por esos tiempos en el curso del río Orinoco, cuyo centro principal fue Ciudad Bolívar.

La historia hispánica, tanto de Pariaguán, como de la mayoría de los pueblos del centro y sur de Anzoátegui, se remonta a los inicios del siglo XVIII.

Ya se había superado la cruenta etapa de la conquista, que había caracterizado los dos siglos anteriores; sin embargo esta parte de la provincia de Barcelona, por la oposición feroz de las etnias indígenas, sobre todo la resistencia caríbica, impedían a las autoridades españolas el acceso al Orinoco, el cual estaba siendo penetrado por piratas ingleses y contrabandistas franceses, suecos y holandeses, llamados flamencos, quienes pusieron en peligro, para la Corona Española, el control del río Orinoco y la Guayana venezolana.

Los caribes para oponerse a los españoles, establecieron una singular alianza con los flamencos; estos le suministraban armas de fuego para atacar a los invasores y los caribes le entregaban a los prisioneros, que capturaban en sus enfrentamientos intertribales. De allí que las autoridades españolas, apoyan a los misioneros franciscanos de Píritu, para que intensifiquen el proceso de poblamiento, evangelización y pacificación de los caribes del Orinoco.

Por su parte los misioneros con grandes sacrificios y arriesgando sus vidas, hacen “Entradas” a la zona del Orinoco medio, punto fuerte de la resistencia indígena y extraen miles de familias Caribes, con las que fundan los pueblos de misiones de esta parte de la provincia.

Por los tiempos de la extinción de la comunidad indígena de Pariaguán, a finales del siglo XIX, se construyó la Casa de los Crespos, antiguo Hotel Pariaguán, lugar emblemático del nuevo pueblo criollo, formado con familias de todos los alrededores de Pariaguán: El Pao, Aragua de Barcelona, Cachipo, Zaraza, Santa María, Ciudad Bolívar, El Chaparro y otros. Pero sobre todo los que vinieron de El Pao y Aragua, ejercieron una influencia determinante en la conformación de la nueva ciudad. Estos vecinos, cuyas comunidades de origen, habían exhibido el pomposo título de Villas de Españoles, aquí impusieron sus estilos de vida y sus pretensiones de clase aristocrática: la pintura y la música, fueron los géneros culturales predominantes. El Hotel Pariaguán, donde reuniones y tertulias se combinaron con noches de pianos y bailes de salón.

En donde está hoy la Iglesia y la plaza Bolívar, se fundó el pueblo de misiones de Cabeceras de Unare, y desde aquí se demarcaron los resguardos indígenas en los tiempos de la colonia. Sobre este lugar se repobló el Pariaguán que hoy conocemos, caracterizado por un estilo o arquitectura caribeña, traído a principios del siglo XX desde Ciudad Bolívar. Así lo describe Carlos Ríos, cronista oficial del municipio Miranda:

Alegría, música, luces y colores adornan los espacios de este pueblo, cuando el 14 de septiembre y los días previos todos confundidos en una loca algarabía celebran el día de su patrono, el Cristo Crucificado.

Artistas de talla nacional e internacional presentan su espectáculo para el disfrute de miles de personas que se concentran en el parque ferial toda la noche.

Desde tiempos muy remotos, el 14 de septiembre ha sido para Pariaguán un día muy especial, donde la cordialidad de todo un pueblo se pone de manifiesto para recibir a los hijos que vuelven y a los amigos que la visitan. En el día de la gran fiesta, donde todos acuden a adorar al redentor del mundo.

En largo correr del tiempo, la tradición se ha conservado. La elección de la reina de las fiestas, escogida entre ramilletes de hermosas muchachas. Palo encebado, piñatas, juegos populares en los barrios, baile de gala y bailes populares, toros coleados y carreras de caballos en el hipódromo.

Todo un conjunto de sanas y alegres tradiciones que el pueblo de Pariaguán brinda a sus visitantes.

Día que todos los amantes de la música llanera hacen presencia en el monumento del santo Cristo, ubicado en la salida hacia Santa María de Ipire donde ya es tradición el cardenal sabanero Reynaldo Armas le brinda una serenata llanera al monumento del santo Cristo en agradecimiento por una promesa concebida, arpa cuatro y maracas retumba durante varias horas en un escenario donde pasan grandes de la música llanera para también regalar su buena música al público presente.

En el año 1975, un grupo de entusiastas jóvenes, amante del regio deporte del coleo, se dieron a la tarea de construir una manga de coleo en los terrenos adyacentes al hipódromo y más tarde en el año 1980, con la ayuda de Corpoven, el concejo municipal y la asociación de coleadores. Hoy es sitio de grandes tardes deportivas, donde la juventud despliega dotes de arte y valor. La población disfruta del recio espectáculo de los toros coleados.

Es una de las festividades culturales más importantes, Pariaguán siempre festivo a sus viejas tradiciones, años tras años, en una marca de sana alegría, rinde culto al dios Momo en sus fiestas carnavalescas. El pueblo se lanza a las calles en una interminable y loca algarabía. Entre música y colores, bellas carrozas, elección y coronación de la reina del carnaval, y alegres comparsas adornan el Pariaguán del ayer y el de hoy. El entusiasmo y el trabajo de los grupos vecinales de los distintos sectores de nuestro pueblo hacen posible un gran espectáculo, que Pariaguán entusiasmado, con mucho entusiasmo y alegría al ritmo del calipso y ritmos tropicales disfruta a plenitud.

Las salas de batalla social: en Pariaguan existe cuatro salas de batalla social en vía de convertirse en comunas productivas adaptas al nuevo modelo social, político, económico y territorial del país. Estas son las salas de batallas activas en la actualidad:



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