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Paul Ekman



¿Qué día cumple años Paul Ekman?

Paul Ekman cumple los años el 15 de febrero.


¿Qué día nació Paul Ekman?

Paul Ekman nació el día 15 de febrero de 1934.


¿Cuántos años tiene Paul Ekman?

La edad actual es 90 años. Paul Ekman cumplió 90 años el 15 de febrero de este año.


¿De qué signo es Paul Ekman?

Paul Ekman es del signo de Acuario.


Paul Ekman (15 de febrero de 1934) es un psicólogo pionero en el estudio de las emociones y su expresión facial.[1]​ Ha sido considerado uno de los cien psicólogos más destacados del siglo XX.[2]​ Ekman asume una perspectiva evolutiva, en el sentido de que el desarrollo de los rasgos y estados del ser humano, en el tiempo, es el fundamento de sus investigaciones.[3]

Ekman nació en 1934 en Washington D. C. y creció en Newark (Nueva Jersey), Washington, Oregón y California. Su padre era pediatra.

Recibió el Premio de Investigación Científica del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) en 1971, que renovó en 1976, 1981, 1987, 1991 y en 1997. Durante más de 40 años el NIMH financió sus investigaciones a través de becas y premios diversos.

En 2001, Ekman trabajó al lado del actor inglés John Cleese para la BBC, en una serie documental intitulada The Human Face (El rostro humano). Se jubiló en 2004 como profesor de psicología del departamento de psiquiatría de la Universidad de California en San Francisco.[4]

A diferencia de las creencias de algunos antropólogos culturales, como Margaret Mead, Ekman encontró que las expresiones faciales de las emociones no son determinadas culturalmente, sino que son universales y tienen, por consiguiente, un origen biológico, tal como plantea la Teoría de la Evolución de Charles Darwin.

La comunidad científica de la actualidad no está de acuerdo en que los hallazgos de Ekman sean válidos.[5]​ Entre las expresiones que él clasificó como universales se encuentran aquellas que expresan la ira, el asco, el miedo, la alegría, la tristeza y la sorpresa. En cuanto al desprecio o desdén, es menos claro, aunque hay evidencia preliminar en el sentido de que esta emoción y su expresión pueden reconocerse universalmente.[6]

Ekman describió "microexpresiones" faciales que, según demostró, pueden utilizarse para detectar las mentiras con cierto grado de confiabilidad; ello como parte del denominado Proyecto Diógenes. También desarrolló el Sistema de Codificación Facial de Acciones (en inglés "Facial Action Coding System", FACS) para clasificar todas las expresiones del rostro humano que sea posible imaginar. Ha publicado investigaciones acerca de una variedad muy amplia de temas dentro del ámbito del comportamiento no verbal. Sus trabajos acerca de la mentira, por ejemplo, no se limitaron a las expresiones del rostro, sino que se basaron en observaciones acerca del cuerpo humano en su totalidad.

Ekman utiliza también los signos verbales de la mentira. Al ser entrevistado acerca del caso Mónica Lewinsky, afirmó que, debido al lenguaje eufemístico de Bill Clinton, era posible afirmar que estaba mintiendo.[7]

Las contribuciones de Ekman al Comité Editorial de la revista Greater Good, publicada por el Greater Good Science Center, un centro de investigación científica interdisciplinaria de la Universidad de California en Berkeley, incluyen las interpretación de investigaciones científicas acerca de los fundamentos de la compasión, el altruismo y las relaciones humanas pacíficas.

Ekman trabaja, actualmente, al lado del investigador Dimitris Metaxas en el diseño de un detector visual de mentiras.[8]

Ekman ha contribuido, también, en gran medida al estudio de los aspectos sociales de la mentira, de las razones por las que mentimos[9]​ y por las que no suele preocuparnos la detección de las mentiras.[10]

Ekman desarrolló una lista de emociones básicas a partir de investigaciones transculturales en individuos destacados de una tribu de Papúa Nueva Guinea. Observó que los miembros de una cultura aislada de la Edad de Piedra son capaces de identificar con un alto grado de fiabilidad las expresiones emocionales al observar las fotografías tomadas a personas de culturas con las que ellos no han estado familiarizados.[11]

También eran capaces de adjudicar ciertas expresiones faciales a descripciones de situaciones específicas. Con esa información, llegó a la conclusión de que algunas expresiones son básicas o biológicamente universales en la especie humana.[12]​ La siguiente es la lista elaborada por Ekman (1972) de las emociones humanas:

Sin embargo, en la década de 1990 Ekman amplió esta lista de emociones básicas e incluyó un rango más extenso de emociones positivas y negativas, de las cuales no todas están codificadas en músculos faciales (Ekman, 1999):

La mayoría de los investigadores de evaluación de credibilidad convienen que la gente es incapaz de detectar visualmente mentiras.[13]

La aplicación concreta, de parte del trabajo de Ekman, a la seguridad aeroportuaria vía el "Programa de screenning de pasajeros por técnicas de observación" (acrónimo en idiomas inglés SPOT) de la Administración de Seguridad en el Transporte ha sido criticada negativamente, por no haber sido sometido a pruebas científicas controladas.[13]​ Un informe de 2007, sobre SPOT, declaró que "simplemente, las personas (incluidos los profesionales detectores de mentiras con una amplia experiencia en la evaluación de la veracidad) lograrían tasas de éxito similares si jugaran a cara o cruz de una moneda".[14]​ Dado que las pruebas científicas controladas (sic) suelen involucrar a personas que desempeñan el papel de terroristas, Ekman dice que es poco probable que esas personas tengan las mismas emociones que los terroristas reales.[13]​ La metodología usada por Ekman y O'Sullivan, en su reciente obra sobre Asistentes de la verdad ha recibido también críticas negativas, por el sistema de validación.[15]

Otras críticas de la obra de Ekman, se basan en estudios experimentales y naturalistas de varios psicólogos de la emoción que no encontraron evidencia en apoyo de la taxonomía propuesta por Ekman de las emociones discretas y la expresión facial discreta.[16]

Ekman recibió hostilidad de algunos antropólogos, en reuniones de la Asociación Americana de Psicología y de la Asociación Antropológica Americana de 1967 a 1969. Recapituló que, al reportar sus hallazgos sobre la universalidad de la expresión, un antropólogo intentó detenerlo terminando gritándole que sus ideas eran nazi-fascistas. Compara esto con otro incidente cuando fue acusado de ser racista por un activista por afirmar que las expresiones negras no son diferentes de las expresiones blancas. En 1975, Margaret Mead, la antropóloga, escribió en contra de Ekman por estar haciendo una "impropia antropología", y estando de acuerdo con Ray Birdwhistell opuesto a la universalidad de las expresiones. Ekman escribió que, si bien muchas personas estaban de acuerdo con Birdwhistell, la mayoría llegará a aceptar sus propias conclusiones durante la próxima década.[4]​ Sin embargo, algunos antropólogos continúan sugiriendo que las emociones no son universales, sino construcciones culturales, por fuera de la biología.[17]​ Ekman argumentó que no ha habido datos cuantitativos para apoyar la afirmación de que las emociones son específicas de la cultura. En su discusión de 1993, sobre el tema, Ekman afirma que no hay ningún caso en el cual el 70% o más de un grupo cultural seleccione una de las seis emociones universales, mientras que otro grupo cultural marca con la misma expresión otra emoción universal.[11]



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