Pensar en nada es el quinto álbum del cantautor argentino León Gieco. Fue lanzado en el año 1981 por el sello Sazam y producido por Oscar López. La canción que le da título es una gran actualización del folk de Gieco que se convertiría en un éxito absoluto con el paso de los años; en "La cultura es la sonrisa" y "Cumbia de la ciudad" se mete en ritmos tropicales; mientras que "Bajaste del Norte" (de Raúl Porchetto y con Dino Saluzzi en bandoneón), "Aquí, allá, hoy o mañana" (en vivo), "Soy un pobre agujero", y "Chacarera de un atardecer" (también con Saluzzi) son clásicos en los conciertos de Gieco.
En 1980/81, Santaolalla ya vivía en Los Angeles y encarnaba una modernidad que supo trasladar a Pensar en nada sin convertir a Gieco en otra cosa. Porque, si “Vino algo y lo arrasó” tiene un aire inédito para el “cantautor” de acústica y armónica, y “Pensar en nada” podría ser una participación de León en el primer solista de Santaolalla, allí están los arranques old style de “Soy un pobre agujero” o “Canto dorado”, la percusiva “Cumbia de la ciudad” y el rescate de “Aquí, allá, hoy o mañana”. Y en estos tiempos de planes y más planes económicos, es imposible no sonreír ante los veinte años de antigüedad y a la vez vigencia de la frase “Justo ayer me di cuenta que solo en cuestión de plata/ mientras diez ventanillas cobran, una sola es la que paga”.
Con el gran éxito en sus manos de "Solo le pido a Dios", Gieco sorprende con este álbum, el cual contiene la canción homónima que se convertiría en otro gran éxito de Gieco. Aparece el León "folklorico" que cumpliría una función social que aún hoy muchos no advierten pero disfrutan de su legado. Pensar en nada fue el puente que atravesaron los jóvenes para llegar al folklore, género que en su mayoría despreciaba. Sin embargo Gieco hizo cantar chacareras, chamamés, zambas y sus seguidores "rockeros" por naturaleza no tomaban conciencia que León los unía con sus padres, profesores de música y los almidonados musicológos de la época. Sin embargo "Pensar en nada" es eclipsado por "Solo le pido a Dios" y por la guerra de las Malvinas, que además de los muertos que ya se había cobrado elige una nueva víctima: León Gieco. El gobierno militar distingue a "Solo le pido a Dios" como himno y esto pone muy mal a León. Sus enemigos declaran de interés nacional su obra y Gieco no lo puede sobrellevar. Deja de cantar, se retira, se aleja, sufre terribles depresiones y desaparece de la escena por casi 6 años.
Este es un álbum de alta costura que tuvo la mala suerte de ser el sucesor de una bomba que demoró un tiempo en estallar y cuya onda expansiva arrasó con todo. Pensar en nada brilla con luz propia, empezando por la enorme canción que le da nombre al disco. Su único «problema» fue el éxito, enorme y tardío, del álbum del propio Gieco 7 años, que incluye, entre otros, el hit astronómico "Sólo le pido a Dios". Sin embargo, el tiempo hizo justicia para ubicarlo entre lo mejor de su discografía. El propio León ha revisitado "Pensar en nada" en varias oportunidades, como en Desenchufado de 1994, El vivo de León (2003), o en Un León D-mente (2009), sin olvidar la exitosa versión que hicieron Los Piojos junto a Pappo y el mismísimo Gieco en su show Huracanes en luna plateada (2002).
Todas las canciones escritas y compuestas por León Gieco, excepto donde se indica.
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