Ramiro III de León (961-Destriana, 26 de junio de 985) fue rey de León entre 966 y 985. Sucedió a su padre Sancho I en el trono a los cinco años de edad. A su muerte, le sucedió su primo Bermudo II con quien llevaba en guerra por la corona desde 981.
Después del asesinato de su padre Sancho I de León por parte de cierta nobleza gallega —entre el 15 de noviembre de 966, la data de su último diploma, y el primero expedido por Ramiro III en Sahagún el 19 de diciembre del mismo año—, la regencia del reino quedó en manos de dos mujeres: su tía la infanta y monja Elvira Ramírez que hizo las veces de reina durante la minoría de edad del monarca, y su madre la reina Teresa Ansúrez, que después de enviudar profesó en el monasterio de San Pelayo de Oviedo donde llegó a ser abadesa.
Como rey, ratificó el tratado de paz con el califa al-Hakam II y nombró lugarteniente suyo a San Rosendo, que derrotó a los vikingos que desembarcaron en Galicia en 968.
En 975 tuvo que levantarse el asedio al castillo de San Esteban de Gormaz ante la llegada de refuerzos sarracenos. La grave derrota que supuso la retirada de las tropas leonesas, castellanas y navarras provocó una crisis política en León que llevó a la infanta Elvira a abandonar la regencia y dejarla en manos de la madre del rey.
En 976 murió al-Hákam II dejando como heredero del califato a Hisham II de tan sólo once años. De la mano del nuevo califa, llegó Almanzor, nombrado visir a los pocos días de la investidura de Hisham. Entre finales de la década de 970 y principios de la de 980, Almanzor lanzó la primera aceifa por tierras del reino de León. Zamora, Rueda, Atienza, Sepúlveda entre otras cayeron en manos del caudillo musulmán.
La desafección de los nobles gallegos y portugueses hacia el rey de León, ya manifestada en tiempos de Sancho I, padre de Ramiro III, no menguó con la mayoría de edad de este. Un carácter difícil y las continuas derrotas sufridas de manos de los musulmanes no hicieron más que aumentar el desafecto. Finalmente, estos nobles, liderados por el conde Gonzalo Menéndez se rebelaron contra Ramiro III y proclamaron nuevo rey a Bermudo Ordóñez en el año 981. Bermudo era hijo de Ordoño III de León y, por tanto, primo de Ramiro III. Entre la primavera y el verano de 982, los partidarios de Bermudo ya se habían hecho con el control de Galicia y el 15 de octubre (o el 13 de noviembre) era coronado en Santiago de Compostela. El reino de León quedó dividido en dos: el territorio leonés propiamente dicho y Castilla se mantuvieron fieles a Ramiro III, mientras que Galicia y Portugal se pusieron del lado de Bermudo. A principios de 983 el ejército de Ramiro III se enfrentó al de Bermudo en Portilla o Portela de Arenas, cerca de Antas de Ulla, en tierras gallegas. El resultado fue incierto. Bermudo permaneció en Galicia y Ramiro III volvió a León, centrándose en defender el reino de los ataques musulmanes. Como muy tarde en la primavera de 984, las tierras del Cea y del condado de Saldaña reconocen a Bermudo como su rey. Aunque según el medievalista Justo Pérez de Urbel, García Fernández, conde de Castilla, se pasó al bando de Bermudo, el también medievalista Gonzalo Martínez Díez sostiene que Pérez de Urbel se basa en un documento apócrifo y que el conde castellano se mantuvo siempre fiel al rey Ramiro. La guerra entre ambos pretendientes no terminaría hasta que la muerte de Ramiro III en 985 dejara a Bermudo II como único soberano sobre todo el reino de León.
Falleció en Destriana, a unos 15 kilómetros sur de Astorga, el 26 de junio de 985 y recibió sepultura en el monasterio de San Miguel en la misma localidad. Dos siglos más tarde, el rey Fernando II de León ordenó trasladar el cadáver de Ramiro III desde la iglesia de San Miguel de Destriana hasta la catedral de Astorga. En el siglo XVI se había perdido el rastro de su tumba, a pesar de que sospechaban que bien pudiera ser una de las dos que había en la capilla mayor y que se creía que contenían los restos de dos infantes.
Durante el reinado de Alfonso V de León, los restos mortales del rey Ramiro III fueron trasladados a la iglesia de San Juan Bautista de León, que después pasó a llamarse basílica de San Isidoro de León, y fueron colocados en un rincón de una de las capillas del lado del Evangelio, donde también yacían los restos de otros reyes, como Alfonso IV de León, y no en el panteón de reyes de San Isidoro de León.
Contrajo matrimonio antes del 18 de octubre de 980, cuando aparece por primera vez en un documento fechado regnante rege Ranemiro una cum uxore sua Sanctia regina, con Sancha Gómez, hija de Gómez Díaz, conde de Saldaña, y de su esposa Muniadona Fernández, hija del conde de Castilla Fernán González, naciendo un hijo de este matrimonio:
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