Ricardo, Miriam y Fidel, realizado en 1997, es el primer largometraje documental del realizador suizo Christian Frei. La película retrata a Miriam Martínez y a su padre Ricardo Martínez, un hombre comprometido con el proceso revolucionario en Cuba. Tanto padre como hija se encuentran atrapados entre dos dilemas; ella el de emigrar hacia los Estados Unidos, y él el de los ideales de la revolución cubana. El film fue estrenado en el Festival de Filme Documental Visions du Réel de Nyon, Suiza, en 1997.
Ricardo, Miriam y Fidel es una crónica de dos destinos diferentes, y también un relato acerca de la pérdida de las utopías y de la lucha ideológica en Cuba. Miriam Martínez desea como muchos cubanos emigrar hacia los Estados Unidos, pero ser hija de un revolucionario como Ricardo Martínez hace su decisión especialmente difícil. En los años cincuenta Ricardo había abandonado su prometedora carrera de periodista radial para unirse a los rebeldes de Fidel Castro en la Sierra Maestra. Ya en las montañas fundó la radio pirata Radio Rebelde bajo las órdenes de Che Guevara, que luego llegó a convertirse en el instrumento de información más importante del movimiento revolucionario. El documental Ricardo, Miriam y Fidel muestra imágenes históricas de aquel tiempo y paralelamente traza una suerte de parábola hasta el presente de Miriam, que como muchos en la Cuba de los noventa, se informa sobre la realidad del país a través de Radio y Televisión Martí. Radio Martí transmite hacia Cuba como parte del Servicio de Radio y Televisión Internacional de los Estados Unidos conocido como «Voice of America». De este modo el filme también narra un fragmento de la historia de los medios de comunicación. Según el International Broadcasting Bureau, Radio Martí es la emisora más exitosa de la historia radial. Pocos meses después de comenzar sus transmisiones hacia Cuba en 1985, la emisora alcanzó cuotas de audiencia que sobrepasaban el 80%. En el documental toma la palabra también el historiador Rolando E. Bonachea. Ricardo, Miriam y Fidel muestra la ambivalencia en los sentimientos de un padre y de una hija. La realidad ha convertido a aquel otrora combatiente comprometido con la revolución en un jubilado desilusionado. Su hija Miriam, a pesar de haber llegado al país de sus sueños, no parece ser precisamente una persona feliz. La despedida entre padre e hija ha sido para siempre, porque la hija nunca podrá regresar a Cuba.
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