El Señorío de Transjordania fue uno de cuatro mayores Vasallos del Reino de Jerusalén (junto a Jaffa y Ascalón, Galilea y Sidón) ubicado en donde fuese Transjordania. Juan de Ibelín, en el siglo XIII lo llama señorío, pero había sido considerado principado en el siglo XII. Fue establecido después de la expedición de Balduino I, y debido al gran tamaño y a la inaccesibilidad de la región, los señores de Transjordania tendían a reclamar la independencia del reino. Balduino I le cedió el señorío en primer lugar a Román de Le Puy en 1118, pero se mantuvo bajo control real hasta 1126, cuando Payen el Mayordomo fue nombrado señor y gozó de cierta independencia. En 1132 se produjo una revuelta contra el recién nombrado rey de Jerusalén, Fulco de Jerusalén, por parte de Hugo II de Jaffa y Román de Le Puy, quienes fueron derrotados y exiliados. En 1142, Fulco ordenó a Payen que construyera el castillo de Al Karak, al sur del mar Muerto, para reforzar las fronteras y mejorar los accesos al mar Rojo. En 1147, el señorío de Transjordania pasó a manos de Mauricio de Transjordania, sobrino de Payen.
En 1148, Mauricio se vio envuelto en el ataque a Damasco puesto en marcha durante la Segunda Cruzada, a pesar de que la tregua entre Damasco y Jerusalén era vital para la supervivencia del reino y especialmente el señorío. La cruzada acabó en derrota y la seguridad del señorío resultó afectada. En 1161, Mauricio dejó el señorío en manos de su hija Isabel y su marido Felipe de Milly, señor de Nablús. Isabel murió en 1168, y Felipe (que en 1169 se convertiría en Gran Maestre de los Caballeros Templarios a la muerte de su antecesor Bertrand de Blanchefort) dejó el señorío en manos de su hija Estefanía de Milly y su yerno Hunfredo III de Torón. A la muerte de Hunfredo, en 1173, asumió el cargo Miles de Plancy, segundo esposo de Estefanía, que murió asesinado en Acre en 1174. En 1176, Estefanía se casó de nuevo con Reinaldo de Châtillon, príncipe de Antioquía, quien se convirtió en el nuevo señor de Transjordania. Reinaldo construyó un pequeño reino a su alrededor, empezó a atacar a las caravanas de peregrinos y a construir barcos en el castillo de Shawbak con la intención de atacar La Meca. Como resultado, Saladino invadió el reino en 1187. Tras la batalla de Hattin ese mismo año, Saladino ejecutó a Reinaldo. Asumió entonces el señorío Hunfredo IV de Torón, hijo del primer matrimonio de Estefanía con Hunfredo III. Hunfredo había sido hecho prisionero en 1187, pero fue liberado y corrió a organizar la defensa contra Saladino en Al Karak. Fue nuevamente capturado en 1189, cuando Saladino se apoderó de toda Transjordania y destruyó sus castillos. Otra vez liberado, mantuvo el cargo hasta 1197, en que pasó a su sobrina Alicia de Armenia, pero el control de toda la región siguió en manos de los musulmanes, salvo un breve periodo en 1229 en que Jerusalén fue liberada por un acuerdo con Federico II Hohenstaufen. Los nobles cruzados siguieron reclamando no obstante el trono de Transjordania, que pasó a la línea hereditaria de Isabel de Torón, hija de Estefanía y se mantuvo varias generaciones en la familia Montfort, que eran señores de Tiro. Tras 1350, se extinguió esta línea, sin herederos y los derechos de la herencia pasaron a los reyes de Chipre, descendientes de los señores de Torón y de Tiro.
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