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Sofía de Wurtemberg



¿Qué día cumple años Sofía de Wurtemberg?

Sofía de Wurtemberg cumple los años el 17 de junio.


¿Qué día nació Sofía de Wurtemberg?

Sofía de Wurtemberg nació el día 17 de junio de 1818.


¿Cuántos años tiene Sofía de Wurtemberg?

La edad actual es 205 años. Sofía de Wurtemberg cumplirá 206 años el 17 de junio de este año.


¿De qué signo es Sofía de Wurtemberg?

Sofía de Wurtemberg es del signo de Geminis.


Sofía Federica Matilde de Wurtemberg (Palacio de Luisburgo, Stuttgart, 17 de junio de 1818-Palacio Huis ten Bosch, La Haya, 3 de junio de 1877), fue la primera esposa del rey Guillermo III desde el 17 de marzo de 1849 hasta su muerte, reina de los Países Bajos y gran duquesa de Luxemburgo hija del rey Guillermo I de Wurtemberg y de la gran duquesa Catalina Pávlovna Románova.

La princesa Sofía nació en Stuttgart como la hija del rey Guillermo I de Württemberg y la gran duquesa Catalina Paulovna de Rusia, hija del zar Pablo I. Sofía y su posterior esposo Guillermo (hijo de la hermana de Catalina, Ana Pávlovna Románova) eran primos. Siete meses después del nacimiento de Sofía, su madre murió, tras lo cual fue educada por su tía Catalina de Wurtemberg, esposa de Jerónimo Bonaparte. Sofía también era prima de los zares rusos Alejandro I de Rusia y Nicolás I.

El rey Otón I de Grecia se interesó por casarse con la princesa, considerando una señal que en griego Sofía signifique sabiduría. Pero el rey de Wurtemberg no tenía fe en el futuro del recién establecido reino de Grecia y rechazó sus pretensiones. Conoció por primera vez al príncipe heredero holandés Guillermo, el posterior rey Guillermo III, alrededor de su quinto cumpleaños, cuando participaron en una carrera de burros. La segunda reunión sería catorce años más tarde en La Haya y en la tercera en Wurtemberg, en 1837, cuando Guillermo pidió su mano. Su padre creía que Guillermo era un excelente partido para su hija, pero a Sofía no le gustaba y pidió que le permitieran pensárselo. Aunque no estaba enamorada de otra persona, más tarde escribiría en sus memorias que soñaba con casarse con el duque Guillermo de Brunswick, al que conoció en un baile en la época en que Guillermo le había pedido que se casara con el. Él fue muy cortés con ella y Sofía quedó impresionada, pero al día siguiente se mostró muy frío, por lo que ella decidió elegir al príncipe holandés. Solo después de que Sofía aceptara se presentó la propuesta de matrimonio oficial.

La madre de Guillermo, Ana Paulovna, se opuso firmemente al matrimonio, pues no le gustaba Sofía, a pesar de ser su sobrina. Durante el resto de su vida, Ana Paulovna trató a su nuera con desprecio, pero cuando Sofía se convirtió en la reina, trató de igual manera a su suegra.

La pareja se casó el 18 de junio de 1839 en Stuttgart, instalándose después en La Haya. El matrimonio fue mal desde el principio, en parte debido a los asuntos extramaritales que Guillermo no se preocupaba en ocultar. Por otra parte, ambos consortes chocaban ideológicamente, ya que la princesa wurtemburguesa era una intelectual liberal declarada, que detestaba el absolutismo autoritario y muy especialmente el ejército. Guillermo III no se molestó en comprender la mentalidad de su esposa, y en una de sus peleas le prohibió asistir a las tertulias intelectuales a las que la reina consorte era muy aficionada. Sofía, a su vez, sufría de ataques histéricos, por lo que buscó curación varias veces en la ciudad balneario de Bad Ems.

Sofía tuvo tres hijos con Guillermo:

Ya en 1842, Sofía pretendía vivir separada de su esposo. En una carta a su suegro, el rey Guillermo II, le dijo que su esposo la estaba amenazando y maltratando. La obligaba a "actos escandalosos que lastiman la moral y la dignidad de toda mujer". "Mi situación es insostenible", continuaba Sofía. Le pidió al rey que "le concediera un lugar de refugio donde sea. No estoy pidiendo dinero. Me han ofrecido un refugio donde podría vivir tranquilamente ..." No le fue otorgado y continuaría viviendo con su esposo.

La situación no mejoró con el tiempo. En el verano de 1846, Willem entró corriendo a su habitación y comenzó a arañarle el cuello, la garganta y los brazos con las uñas, según Sofía sin razón. Se vio obligada a usar guantes largos para evitar que otros vieran los rasguños en sus brazos. El 17 de marzo de 1849, su suegro murió y su esposo se convierte en rey de los Países Bajos, gran duque de Luxemburgo y duque de Limburgo, y se mudó con su esposo al palacio Noordeinde en La Haya. El 4 de junio de 1850, su segundo hijo murió de meningitis, rompiéndole el corazón. El rey consideró a la reina Sofía responsable por no haber querido que lo tratase el médico de la corte, en quien ella no confiaba.

La probada fertilidad de Sofía no trajo la felicidad matrimonial, y ella siempre mantuvo que quería divorciarse de su esposo. En 1851 Guillermo le permitió que investigara las posibilidades. Finalmente, se llegó a la firma de un acuerdo por escrito el 25 de diciembre de 1855 por el cual, sin la intervención de un juez, se hizo una separación legal. También se registró la promesa de que si Guillermo abdicara como rey, habría un divorcio formal. A Guillermo se le asignó la autoridad sobre su hijo mayor, con la obligación de que visitara a su madre regularmente. El hijo menor, que tenía cuatro años en ese momento, fue puesto bajo la autoridad de su madre hasta que tuvo nueve años. A Sofía se le asignó el palacio Huis ten Bosch como residencia. En invierno se le permitía quedarse en el palacio Noordeinde, también residencia de Guillermo en esa época del año, pero cada uno tenía su espacio, llevando vidas separadas y ninguno de los dos podía visitar al otro sin permiso. Sofía y Guillermo tuvieron que abstenerse de "acusaciones o alusiones, que podrían dañar el honor o la dignidad del otro". En ocasiones oficiales se vieron obligados a mantener las apariencias y continuar comportándose como pareja. El acuerdo fue firmado conjuntamente por algunos testigos y mantenido oculto al mundo exterior.

En sus memorias, escritas entre 1865 y 1866, describiría a su esposo como "... una persona con trastornos mentales ... Esta mezcla impredecible de absurdo, inhumanidad y necedad, con momentos de benevolencia y justicia de por medio".

Guillermo III tuvo varias amantes durante su vida de casado con Sofía. No es posible decir con certeza si ella también tuvo uno o más amantes, circularon rumores de que en la primera mitad de los años cincuenta podría haber mantenido una relación con el jonkheer Willem Frederik Tindal. Estos rumores también llegaron a su esposo. A petición de Sofía, Tindal se convirtió en el guardián de cámara, pero fue despedido en 1865. El motivo de su despido no se hizo público. En 1857 conoció a Lord William Frederick Villiers, cuarto conde de Clarendon y dieciocho años mayor, con el que mantuvo correspondencia durante mucho tiempo. La correspondencia se realizaba a través de intermediarios y otros escribieron las direcciones en los sobres. Se encontraban en secreto. Ella escribió sus memorias para él.

Guillermo estaba interesado en el arte contemporáneo, la música y el teatro, mientras que a Sofía le gustaban las artes. Se carteaba con académicos y estadistas europeos, en resumen con los grandes de su tiempo, hablaba con fluidez varios idiomas y mantenía estrechos lazos con el emperador francés Napoleón III, con quien estaba relacionada a través de la hermana de su padre, la princesa Catalina de Wurtemberg. También mantenía correspondencia habitual con la reina Victoria del Reino Unido, la cual consideraba a Guillermo como un «gran patán maleducado». Publicó artículos en la prestigiosa revista "Revue des deux Mondes". Su lista de lectura muestra que, además de Stendhal, también leía a Jean-Jacques Rousseau, Lord Byron, Tácito y Benjamin Constant. Mantenía correspondencia con el historiador Leopold von Ranke, el arqueólogo Heinrich Schliemann, el político Adolphe Thiers y el historiador John Lothrop. Era una visitante habitual del Pulchri Studio de La Haya y visitaba a artistas como Bosboom e Israëls en su estudio y recibió a artistas como Jongkind y Pieneman en el palacio. El pintor, grabador y litógrafo Andreas Schelfhout solía entretener a Sofía imitando a la gente de La Haya, incluso hizo una parodia de su esposo.

Sofía de Wurtemberg no veía ninguna forma de estabilidad en la monarquía. En ese sentido, se expresó de la siguiente manera: "Los holandeses nos retendrán todo el tiempo que sea necesario, es decir, mientras nuestro nombre, Orange, forme una base común para los diversos partidos políticos; tan pronto como este ya no sea el caso, nos enviarán lejos".

Sofía apoyó al líder liberal Johan Rudolf Thorbecke, mientras que su esposo lo detestaba.

Su visita y donación al hospital de niños en Róterdam en 1869 llevó a este hospital a llamarse Sophia Kinderziekenhuis (Hospital de Niños Sofía) desde 1870. Sofía fue mecenas de la Asociación General de Mujeres Neerlandesas Arbeid Adelt de Betsy Perk, la Asociación Reina Sofía para la Protección de los Animales y la Asociación para la Promoción del Cristianismo entre los chinos, que fue fundada por su médico personal en 1867 y que participó en la misión a China.

La reina Sofía murió poco antes de cumplir los 59 años en el Palacio Huis ten Bosch, en Wassenaar. El informe de los médicos mostró que sus pulmones, hígado, intestinos y vesícula biliar estaban afectados. Las paredes del corazón eran "casi de vellón". Siguiendo sus deseos no fue embalsamada (como era tradición en la casa de Orange) y vestida con su vestido de novia, porque, según sus propias palabras, su vida había terminado el día de su boda. Sus restos fueron depositados en la cripta de los Orange de Nieuwe Kerk en Delft el 20 de junio.

Todos sus hijos murieron antes que su padre, por lo que Guillermo III contraería segundas nupcias con Emma de Waldeck-Pyrmont para garantizar la continuidad dinástica de la Casa de Orange-Nassau.



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