Tomás Paleológo (en griego: Θωμάς Παλαιολόγος) (1409-12 de mayo de 1465) fue déspota de Morea desde 1428 hasta la conquista otomana en 1460. Tras la deserción a los turcos de su hermano mayor en 1460, Tomás Paleólogo se convirtió en el pretendiente legítimo al trono bizantino.
Tomás Paleólogo fue el hijo más joven que sobrevivió del emperador bizantino Manuel II Paleólogo y su mujer Helena Dragaš. Su abuelo materno fue Constantino Dragaš. Entre sus hermanos se pueden contar a los emperadores Juan VIII Paleólogo y Constantino XI Paleólogo, así como Teodoro II Paleólogo y Demetrio Paleólogo, Déspota de Tesalónica. Nunca se esperó que Tomás fuera a reinar, dada su condición de hijo menor, pero sus hijos se convirtieron en los únicos herederos supervivientes de la difunta dinastía Paleólogo.
Al igual que otros hijos de la realeza, Tomás Paleólogo fue nombrado Déspota (despotēs), y en 1428 se unió a sus hermanos Teodoro y Constantino como gobernador de Morea. Tras la renuncia de su hermano Teodoro en 1443, gobernó junto a su hermano Constantino, quien más tarde se convertiría en el Emperador Constantino XI. Tomás permaneció como gobernador de Morea, pero se vio obligado a compartir el poder desde 1449 con su hermano mayor Demetrio. Las posesiones bizantinas en Morea se habían agrandado considerablemente a costa del Principado Latino de Acaya. Después de la última guerra en 1430 toda la península (Península del Peloponeso) permanecía virtualmente en manos bizantinas. Tomás se casó con Caterina Zaccaria, la hija del último príncipe de Acaya, heredando en 1432 las posesiones de su suegro.
Después de este período de éxito, la fortuna de la Morea bizantina empezó a decaer, debido al gobierno de los hermanos, cada vez más enfrentados. La situación llegó a su punto crítico con la llegada del ambicioso Demetrio, que adoptó una postura pro-otomana, contraria a la orientación prooccidental de Tomás. Desde 1447 los déspotas habían pasado a ser tributarios del sultán otomano. Al inicio del asedio de Constantinopla por el sultán otomano Mehmed II, se envió un ejército turco con el objetivo de bloquear Morea.
Tras la conquista de Constantinopla por Mehmed II el 29 de mayo de 1453, con el objetivo de mantener el statu quo, el sultán ordenó que los dos hermanos siguieran gobernando en Morea. Esta orden había sido aceptada los dos primeros años debido a la revuelta de la familia Cantacuzenos en 1453 durante la caída de Constantinopla, realizada por Manuel, el nieto de Demetrio I Cantacuzeno. Hasta el año siguiente no pudieron las tropas de los hermanos Paleólogo acabar con las tropas rebeldes.En tales circunstancias, y ante la imposibilidad de Constantino XI de mantener la paz en la familia, Tomás buscó apoyo occidental contra los otomanos y su competitivo hermano Demetrio, afín a los otomanos. Se alió con Génova y el Papa y derrotó a Demetrios, que huyó en busca de ayuda a los otomanos en 1460. El ejército otomano, como era de esperar, atacó Morea y rápidamente atravesó la pared de Hexamilion a través del istmo de Corinto, que fue mucho tiempo guarnecido y defendido de manera efectiva por las tropas de Tomás. Tomás escapó con su familia a Italia, dónde había sido ya reconocido en Roma como el legítimo heredero al Imperio Bizantino.
Los comandantes de las guaniciones de las ciudades fortificadas de Morea, abandonados por sus gobernantes, decidieron de manera individual si luchar o rendirse, dependiendo de su propia voluntad o de las circunstancias. En la batalla final del Imperio Romano en su parte bizantina, Graitzas Paleólogo, el comandante de la ciudad de Salmenikos, derrotó a Mehmed II, que tras un mes de asedio volvió a casa sin llegar a conquistar esa “ciudad sin importancia”. Al año siguiente Graitzas recibió una oferta de la República de Venecia, pidiéndole que se les uniera como general, oferta que este aceptó, dejando así Salmenikos a los otomanos.
Tras la caída de Morea, Tomás se instaló en Roma, siendo reconocido como el legítimo emperador del Este por toda la Cristiandad. Con la intención de ganar apoyo para su causa Tomás se convirtió al catolicismo en los últimos años de su vida. Después de su muerte en 1465 la legitimidad imperial pasó a su hijo mayor Andrés Paleólogo, nacido en Mistra alrededor del año 1455.
Mehmed II conquistó el imperio de Trebisonda, de facto el último territorio libre del antiguo estado romano, en 1461. No obstante, Mehmed ya se había proclamado a sí mismo “Emperador romano” tras conquistar Constantinopla en 1453.
En una maniobra política hábilmente tejida, el papa Paulo II acordó la unión en matrimonio entre la hija católica de Tomás, Zoe Paleóloga (renombrada Sofía), y el Gran Príncipe Iván III de Rusia, con la esperanza de convertir Rusia en un estado católico. Este intento de unir iglesias fracasó. No obstante, debido a este matrimonio, Moscú comenzó a utilizar la política imperial de “la tercera Roma” en el siglo siguiente. Además, el bisnieto de Tomás fue Iván IV de Rusia, el primer emperador (zar) de Rusia en ser coronado de tal forma (el título imperial ya había sido usado durante los reinados de Iván III y de su hijo Basilio III de Rusia). El último descendiente conocido de Zoe/Sofía fue María de Staritsa, esposa del rey Magnus de Livonia. Murió en 1610.
En su matrimonio con Caterina Zaccaria de Acaya, Tomás Paleólogo tuvo al menos cuatro hijos:
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