La Sinfonía Turangalila es un poema sinfónico de grandes proporciones que el compositor francés Olivier Messiaen compuso para satisfacer su primer encargo internacional importante. La partitura fue compuesta entre 1946 y 1948 por encargo de Serguéi Kusevitski para la Orquesta Sinfónica de Boston, de la que Kusevitski fue director titular entre 1924 y 1949.
La orquesta estrenó la Sinfonía Turangalila el 2 de diciembre de 1949, bajo la dirección de Leonard Bernstein en su sede de Boston. El encargo fue muy libre, no concretando ni la duración, requisitos orquestales ni el estilo de la obra, dejando todas estas decisiones para el compositor. Kusevitski tenía programado dirigir el estreno de la obra, pero cayó enfermo, y tuvo que ceder la batuta a un joven Bernstein. Yvonne Loriod, quien posteriormente se convertiría en la segunda esposa de Messiaen, fue la solista al piano y Ginette Martenot tocó el generador de ondas Martenot en la primera y todas las siguientes interpretaciones hasta que desde 1953 Jeanne Loriod, hermana de Yvonne, empezó a tocar las ondas Martenot en muchas interpretaciones y grabaciones de la obra.
Singularmente, dado que la mayoría de la obra de Messiaen tienen inspiración religiosa (y en concreto católica), durante la composición de la Sinfonía Turangalila estaba fascinado por el mito germánico de Tristán e Isolda, razón por la que esta obra forma parte integral de una trilogía de composiciones centradas en las ideas románticas del amor y de la muerte ―las otras dos piezas de esta trilogía esta son Harawi (para piano y soprano) y Cinq rechants (para coro no acompañado)―.
La obra es considerada una de las obras maestras de la música clásica del siglo XX, siendo muy interpretada y grabada. La obra cuenta con diez movimientos que se tocan sin interrupción a lo largo de sus aproximadamente ochenta minutos de duración.
En respuesta a preguntas sobre el significado de la duración de la obra, su división en diez movimientos y el porqué del uso de las ondas Martenot, Messiaen simplemente respondió: «Se trata de una canción de amor».
El título de la obra, así como el de sus movimientos, fueron concebidos con posterioridad a la terminación de la obra. No fueron explicados por Messiaen hasta que se publicó una anotación de su diario de principios de 1948:sánscrito, turanga y lila, y puede traducirse libremente como ‘canción de amor e himno a la alegría, el tiempo, el movimiento, el ritmo, la vida y la muerte’. También describe la alegría de Turangalila como «sobrehumana, desbordante, deslumbrante y abandonada».
«El título nace de las dos palabras delEn sánscrito, turáṃ-ga significa ‘que va rápido’ (siendo turá: ‘rápido’, y ga: ‘va’): un caballo, o el pensamiento; y līlā: ‘diversión, pasatiempo’, especialmente ‘diversión divina’. Turanga lila significa el ‘los pasatiempos de la mente’.. Messiaen revisó la partitura en 1990.
Los diez movimientos de la sinfonía están enlazados por una serie de temas e ideas musicales que reaparecen una y otra vez:
La respuesta inicial de Messiaen al encargo de Kusevitski fue la composición de una sinfonía convencional, en cuatro movimientos (que corresponden, según su posición en la obra actual, a los movimientos 1, 4 6 y 10). A continuación, añadió los tres movimientos Turangalîla, que inicialmente denominó Tâlas, en referencia al uso del ritmo en la música clásica india (movimientos 3, 7 y 9, según el orden definitivo). Posteriormente añadió todavía dos más: Chant d'amour y Développement de l'amour (movimientos 2 y 8). Pero no quedó contento hasta que añadió el quinto movimiento, el que es posiblemente se ha convertido en el más célebre: Joie du sang des étoiles que aporta en el núcleo de la obra un elemento de contraste a la ensoñación sostenida en el movimiento lento Jardin du sommeil d’amour encerrando el espíritu efervescente de la obra.
Al principio, Messiaen autorizó la ejecución de los movimientos 3, 4 y 5 como Tres tâlas (nombre que no tiene nada que ver con el que dio inicialmente a los tres movimientos Turangalîla), pero luego decidió desaprobar la interpretación de extractos.
La Sinfonía Turangalila requiere una instrumentación singular: flautín, 2 flautas, 2 oboes, corno inglés, 2 clarinetes, clarinete bajo, 3 fagotes, 4 trompas, 3 trompetas, 1 trompeta en re, corneta, 3 trombones, 1 tuba, piano solo, celesta y como mínimo 8 y hasta 11 percusionistas a cargo de: vibráfono, glockenspiel con teclado y glockenspiel enmallado, triángulo, temple blocks y caja china, platillos (crash y tres tipos de platillos suspendidos), gong, pandereta, maracas, caja, tamboril provenzal, bombo, campanas tubulares e instrumentos de cuerda (32 violines, 14 violas, 12 violoncelos y 10 contrabajos), además de un generador de ondas Martenot.
La parte del piano solista incluye varias cadenzas muy exigentes técnicamente.
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