Vicente Antonio de Castro y Bermúdez (Sancti Spíritus, Las Villas, Cuba, 24 de marzo de 1809 - La Habana, Cuba, 12 de mayo de 1869) fue un prominente médico cubano del siglo XIX. Fue Gran Maestro de la masonería cubana.
Vicente Antonio de Castro y Bermúdez nació en la ciudad de Sancti Spíritus, Las Villas, Cuba, el 24 de marzo de 1809.
Hijo del matrimonio compuesto por el trinitario José Fernando de Castro y la matancera María de la Concepción Bermúdez. De familia acomodada, el niño Vicente Antonio comenzó sus estudios en su ciudad natal.
A los 13 años, en 1822, es enviado a La Habana, a continuar y profundizar sus estudios. Se graduó de Bachiller en Filosofía, en [[1824, en la Universidad de La Habana, y de Bachiller en Medicina, en 1827. Fue alumno de José Antonio Saco.
Tras graduarse, viajó algún tiempo por Europa. Al regresar, en 1829, se casó con su prima, la joven María Josefa Bermúdez y Pérez.
De amplia cultura, Vicente Antonio poseía vastos conocimientos en Matemáticas, Botánica, Filosofía, Química y Física. Sabía leer y escribir en Latín, Inglés y Francés, además de su nativo Español, por supuesto. En 1837, obtiene su Licenciatura en Medicina y, poco después, el Doctorado.
Profesor de la Cátedra de Anatomía desde 1835, se le considera precursor de la Patología, la Clínica Médica, la Obstetricia, la Fisiología, la Anestesiología y la Anatomía en Cuba. En la década de 1840, se dedicó a escribir en la revista científica que fundó, llamada “Boletín Científico”.
El 11 de marzo de 1847, el Dr. Castro, se convirtió en el primer médico de Cuba y de América Latina en usar anestesia (éter) en una cirugía. Esto sucedió apenas cinco meses después de haberse descubierto en Boston y pocas semanas después de comenzar a utilizarse en Europa.
Publicó artículos sobre medicina. Fue colaborador de la “Revista de La Habana”. Escribió y publicó poemas. Además de “Boletín Científico”, también sacó a la luz “La Cartera Cubana” y “Sinopsis Médicas”.
Radicado en La Habana, pronto se involucra en actividades políticas. En 1842, junto a su hermano Rafael, Felipe Poey, Antonio Bachiller y Morales y José de la Luz y Caballero, protestaron ante las autoridades coloniales españolas, por la expulsión de David Turnbull, comisionado británico, que abogaba por la abolición de la trata de esclavos y la esclavitud en Cuba.
A inicios de la década de 1850, el Dr. Castro se vio muy involucrado en las distintas conspiraciones separatistas que se entretejían en la isla. En 1853, su nombre se vio relacionado con la conspiración del catalán Ramón Pintó.
Ante la posibilidad de ser enviado a prisión o ejecutado, prefirió renunciar a su cátedra en la Universidad de La Habana y exiliarse en los Estados Unidos. Fue condenado, en ausencia, a diez años de prisión, por un tribunal militar.
Entre los años 1854 y 1862, alternó su residencia entre México y los Estados Unidos. Precisamente, mientras se encontraba en este último país, específicamente en la ciudad de Nueva Orleáns, en 1857, se inició en la masonería.
En esos años, transitó por varias logias, hasta que, a comienzos de la década de 1860, solicita permiso al Gran Comendador para regresar a Cuba a reorganizar la masonería de la isla. Amnistiado en 1861, retornó a Cuba, con el seudónimo masónico de Viriato de Covadonga.
El 28 de marzo de 1862, reunido con sus antiguos amigos, fundaron en La Habana el Gran Oriente de Cuba y las Antillas (GOCA). El lema del GOCA era: “Ciencia y Conciencia”. La cantidad de logias pronto alcanzó la cifra de 20, en las principales ciudades y villas del país.
Pronto, muchos masones cubanos abandonaron sus logias originales para integrarse al GOCA. Igualmente, muchos jóvenes de la época, que nunca habían sido masones, comenzaron a sumarse también. Las logias anteriores al surgimiento del GOCA y la Iglesia católica, pronto comenzaron a criticar y atacar al GOCA, pero esto no impidió que siguiera creciendo y desarrollándose.
En cuestión de muy pocos años, distintas generaciones de cubanos, se unieron en las logias masónicas del GOCA, y lo utilizaron para conspirar, amparados en las reuniones secretas masónicas. Todas estas conspiraciones vinculadas y secretas llevaron al estallido de la Guerra de los Diez Años (1868-1878), primera guerra por la independencia de Cuba, en la cual participaron y perecieron muchos de sus miembros.
Sin embargo, para el año 1868, ya el Dr. Vicente Antonio de Castro se hallaba muy enfermo. Tanto, que no pudo participar activamente en las conspiraciones de este último período y, cuando la guerra finalmente estalló, el 10 de octubre de 1868, el Dr. Castro no pudo incorporarse. Falleció en La Habana, el 12 de mayo de 1869, con apenas 60 años de edad.
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