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Abdón Calderón Garaicoa



Abdón Calderón Garaycoa fue un héroe de la guerra de independencia del Ecuador. Nació en Cuenca, Ecuador el 30 de julio de 1804, y murió el 7 de junio de 1822 en la ciudad de Quito, como consecuencia de una enfermedad. Fue bautizado en Cuenca el 31 de julio de 1804. Fue hijo del matrimonio de Francisco Calderón, nacido en Cuba, quien era Contador de las Cajas Reales, funcionario del gobierno colonial en Cuenca; y de Manuela de Jesús de Garaycoa y Llaguno, guayaquileña, quien pertenecía a una de las más destacadas familias del puerto.

Su padre, Francisco Calderón, apoyó el golpe patriota del 10 de agosto de 1809, por lo que fue apresado y enviado a Guayaquil y luego a Cuenca y Machala. Liberado al establecerse a la Junta Superior del Gobierno de 1810, se incorporó al ejército patriota del Estado de Quito con el grado de coronel. Como tal participó en toda la campaña de 1811 a 1812, militando en el bando de los sanchistas o radicales. Tras la derrota final del ejército patriota, luego del Combate de El Panecillo su padre fue fusilado en Ibarra el primero de diciembre de 1812. Su último deseo fue que se le quitara la venda de los ojos y le fuera entregado a su hijo Abdón su escapulario que fue propiedad del gran prócer quiteño Eugenio Espejo. Toda esta experiencia que tuvo su padre marcaría profundamente la vida y muerte de Abdón.

Como los bienes del coronel Calderón fue confiscados por el gobierno colonial español, su madre murió en Guayaquil en 1813 en la pobreza. Allí Abdón continuó sus estudios, contando entre sus maestros a Vicente Rocafuerte, su pariente lejano, futuro presidente del Ecuador, quien en 1842 habría de contraer matrimonio con Baltazara Calderón, hermana menor de Abdón, nacida en Cuenca en 1806.

Abdón tenía apenas 17 años cuando estalló en Guayaquil la revolución del 9 de octubre de 1820. Después de la Independencia de Guayaquil, el 9 de octubre de 1820, el ilustre José Joaquín de Olmedo crea un ejército llamado División Protectora de Quito con la finalidad de independizar también al resto de la Audiencia. Ese mismo día, Abdón se alistó en el división donde alcanzó el grado de Subteniente en el Batallón Voluntarios de la Patria bajo órdenes de don Ignacio Salazar. Se destacó de inmediato por su "valor heroico", según palabras del coronel patriota Luis Urdaneta, quien pidió para Abdón el grado de teniente después del triunfo de Camino Real (9 de noviembre de 1820). Con ese grado militar tomó parte en los diversas acciones de la campaña libertadora de 1820-1822: la primera derrota de Huachi, la de Tanizagua, la victoria de Cone, la segunda derrota de Huachi, el avance de Guayaquil a Cuenca y de Cuenca a Quito. Para cuando peleó en la Batalla del Pichincha, Abdón Calderón, pese a su juventud, era todo un veterano de la guerra.

Batalla de Pichincha fue el escenario del acontecimiento que lo haría una leyenda, su propia muerte. Sus hechos en aquel memorable 24 de mayo de 1822 han sido narrados innumerables veces con toda suerte de adjetivos grandilocuentes, creando un mito que antiguamente se enseñaba en las escuelas primarias ecuatorianas sobre un personaje con capacidades casi sobrehumanas, totalmente desmembrado por cañonazos, que sostenía incansablemente la bandera Independentista casi con los dientes hasta finalmente morir en batalla. Esta narración proviene de la estampa escrita a principios del siglo XX por Manuel J. Calle, quien en su obra "Leyendas del Tiempo Heroico", valiéndose de una serie de hipérboles, quiso destacar el heroísmo del joven cuencano en medio de la Batalla. A pesar de ser solo una hipérbole, la narración de Calle fue tomada como un hecho histórico por varias generaciones de ecuatorianos.

La historia real es que Abdón Calderón, a pesar de haber recibido cuatro heridas de balas, prefirió permanecer inamovible en la línea de fuego, alentando a todo su batallón y cargando incansablemente la que es ahora la bandera de Quito. Al terminar el feroz combate fue trasladado a la ciudad de Quito, donde murió al cabo de catorce días el 7 de junio de 1822. Antonio José de Sucre en su escueto parte de la Batalla de Pichincha, fechado el 28 de mayo del aquel año: " [...] hago una particular memoria de la conducta del Teniente Calderón, que habiendo recibido sucesivamente cuatro heridas, no quiso retirarse del combate. Probablemente morirá, pero el Gobierno de la República sabrá compensar a la familia los servicios de este oficial heroico".[1]

Cuando Simón Bolívar llegó a la ciudad de Quito y se enteró de estos hechos, ascendió póstumamente a Calderón al grado de capitán y decretó que su sueldo fuera entregado a su madre. La compañía del Batallón Yaguachi a la que perteneció Calderón no tendría capitán y en las revistas, al mencionarse su nombre, la tropa habría de contestar: "Murió gloriosamente en Pichincha, pero vive en nuestros corazones".

En los cuerpos de caballería del Ejército ecuatoriano, siempre es recordado en los cambios de guardia semanales con el grito del oficial: "Capitán Abdón Calderón..."

Hay dos colegios militares con su nombre, en la ciudad de Quito[2]​ y Cuenca.[3]​ Además de la Unidad Educativa Bilingüe Particular "Abdón Calderón", ubicada en el cantón Samborondón,en la provincia Guayas. Dicha institución educativa es considerada como una de las mejores en Ecuador.[4]​ y una Unidad Educativa Fiscal en el Cantón Naranjal con el mismo nombre. Así mismo, el histórico cañonero BAE Calderón fue nombrado en su honor. Y recientemente a mediados de septiembre de 2014, la Policía Militar de Venezuela adoptó el nombre de "Calderón 352" en honor al joven héroe



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