x
1

Abdicaciones de Bayona



Las abdicaciones de Bayona tuvieron lugar el 5 y 6 de mayo de 1808 en el castillo de Marracq de la ciudad francesa de Bayona. Es el nombre por el que se conocen las renuncias sucesivas de los reyes Carlos IV y su hijo Fernando VII al trono de España en favor de Napoleón Bonaparte. El emperador francés, poco después, cedió tales derechos a su hermano José Bonaparte, quien reinó con el nombre de José I.[1]

Deseoso el emperador francés Napoleón de aislar a Gran Bretaña, procedió a extender el bloqueo continental a su aliado Portugal. Ante las reticencias del príncipe regente Juan, el ejército francés entró en España el 18 de octubre de 1807 en dirección a Portugal, tras lo cual, el 27 de octubre, Eugenio Izquierdo y el general Duroc como plenipotenciarios pactaron en el Tratado de Fontainebleau (1807) el reparto de Portugal y el tránsito de 25,000 hombres de infantería y 3,000 de caballería. El 17 de noviembre entraron las tropas franco-españolas al mando de Junot y sin resistencia se dirigieron a Lisboa. Entretanto la familia real portuguesa había decidido embarcar el 29 de noviembre. El 22 de diciembre entró otro ejército liderado por Dupont con 22,000 efectivos de infantería y 3,500 de caballería sin tener la anuencia de la Corte española; y el 9 de enero, otro ejército al mando de Moncey con 25,000 efectivos de infantería y 2,700 de caballería cruzó la frontera. El 1 de febrero, contraviniendo lo pactado en Fontainebleau, Junot depuso formalmente a la dinastía Braganza y al consejo de regencia designado por el príncipe regente, y proclamó el gobierno de Napoleón sobre la totalidad del territorio.

A mediados de febrero, los franceses se presentaron en Pamplona y ante la resistencia encontrada a la entrega de la ciudadela, la misma fue tomada por sorpresa el 16 de febrero. Por otro lado entró un ejército dirigido por Duhesme de 11,000 hombres de infantería y 1,700 de caballería en dirección a Valencia, y bajo amenaza y temiendo la enemistad francesa, entraron el día 13 en Barcelona y el 28 de febrero en la ciudadela. Y con la autorización de Godoy el 5 de marzo se entregó San Sebastián y el 18 de marzo se rindió la ciudadela de Figueras. Además en marzo se formó un nuevo ejército de 19.000 hombres a las órdenes de Bessières. Sin embargo, se veía a Napoleón como protector de España. Por otra parte, el general Murat, lugarteniente de Napoleón para todos sus ejércitos en España, entró en España el 9 de marzo, llegó a Burgos el 13 y emprendió camino hacia Madrid el día 15.

En definitiva, Godoy temeroso de que ya hubiera 100,000 efectivos franceses en territorio español sin autorización y sin saber su objetivo, decidió trasladar a la Familia real hacia América, viaje que inició el 13 de marzo encaminándose primero hacia Aranjuez.

Los rumores de que proseguiría la partida de los reyes el 17 o 18 de marzo y la instigación del Príncipe de Asturias Fernando en la guardia de corps puso los ánimos alerta, y ante el revuelo provocado por la salida de Pepita Tudó, se procedió al saqueo de la casa de Godoy. Nuevas asonadas producidas por la captura del valido llevaron a Carlos IV a abdicar en su hijo Fernando el 19 de marzo,[2]​ para salvar al favorito.

Al tener noticias Murat de lo acaecido en Aranjuez, aceleró su paso y entró en Madrid el 23 de marzo. Al día siguiente lo hizo el nuevo rey Fernando VII.

Habiendo recibido las nuevas el 26 de marzo, Napoleón se dispuso a hacer el cambio de monarca. Al día siguiente propuso a su hermano Luis la corona y el 2 de abril salía de París en dirección a Bayona, aunque Murat extendió el rumor de que iría a Madrid.

En España, los reyes padres permanecieron en Aranjuez y viendo cómo había cambiado su estatus, fueron influenciados por los franceses para protestar asegurando que dicha abdicación había sido forzada,[3]​ decisión que el propio Murat se encargó de apoyar, ya que de esta manera fomentaba la desunión de la familia real y deslegitimizaba al nuevo rey, dicha proclama fue fechada el día 21. Sin embargo, en la correspondencia del día 22 para pedir la excarcelación de Godoy, no se aprecian signos, según el conde de Toreno, de haber protestado contra su abdicación. A instancias de Murat, los reyes padres se trasladaron a El Escorial el 9 de abril, aproximándolos así al camino de Francia.

Yo no he renunciado a favor de mi hijo sino por la fuerza de las circunstancias, cuando el estruendo de las armas y los clamores de una guardia sublevada me hacían conocer bastante la necesidad de escoger la vida o la muerte...

En cambio, el trato que Murat reservaba al rey Fernando VII era de total indiferencia, negándose a reconocerlo; y por el contrario, el nuevo monarca, necesitado de apoyos y reconocimiento internacional, prosiguió la política de estrechar lazos de amistad y alianza con Francia. Así, el 5 de abril mandó a su hermano Carlos al encuentro del emperador. Entretanto, llegó el general Savary con el encargo de llevar al rey al encuentro de Napoleón, quien supuestamente iba de camino a Madrid, para encontrarse con él en Burgos.

El 10 de abril, el rey, deseoso de contar con el beneplácito de Napoleón, partió de Madrid con su comitiva, y dispuso que en su ausencia rigiera el gobierno una Junta Suprema de Gobierno presidida por su tío el infante Antonio. A su llegada a Burgos el 12 de abril, no tuvo noticias de Napoleón, y el general Savary convenció al rey para proseguir viaje a Vitoria, adonde llegó el día 13, alojándose en la Casa Consistorial. Mientras, Napoleón entraba en Bayona el 15, y teniendo noticias el infante Carlos, detenido en Tolosa, hizo lo propio. El general Savary aseguró que si el rey iba a Bayona al encuentro de Napoleón, este no tendría inconveniente en reconocerlo como rey de España, y añadido al apoyo que encontró en su consejero Escóiquiz, el rey partió de Vitoria el 19 precedido de la caballería francesa pues un inmenso gentío llenaba la calle para impedir aquel viaje. Finalmente, arribó a Bayona el 20, donde nadie salió a recibirle.

Entretanto Murat, tras haber salido Fernando VII de Madrid, presionó a la Junta de Gobierno para liberar a Godoy, llevarlo a Francia e influir así en el ánimo de los reyes padres. La excarcelación se llevó a cabo el 20 de abril, dado el temor de la Junta a la reacción de Murat, como del convencimiento que con ello beneficiaría la causa del rey Fernando con Napoleón. Godoy fue entregado a los franceses y llegó a Bayona el 26 de abril. Asimismo Murat, el día 16, declaró a la Junta que el emperador Napoleón no reconocía a otro rey que a Carlos IV y que iba a publicar una proclama de Carlos IV en la que indicaba que su abdicación había sido forzosa. No obstante, la Junta respondió que no se daría por enterada hasta que el propio Carlos se lo comunicara y pidió el secreto de dicha resolución. En seguida, Murat se puso de acuerdo con Carlos IV, quien desde el Escorial escribió a Napoleón poniéndose en sus manos, y a su hermano Antonio, presidente de la Junta, con la retractación de su abdicación y la confirmación de los miembros de la junta suprema tal y como la había constituido su hijo el rey Fernando VII. El 22 de abril,[4]​ Carlos IV y su esposa emprendieron viaje a Bayona adonde llegaron el 30 de abril, siendo recibidos y agasajados por Napoleón como los verdaderos reyes.

De esta manera, tanto padre como hijo requerían de Napoleón ayuda y apoyo, y no cuestionaban su amistad, el primero para recuperar su trono y el segundo para legitimar su posesión, y así emprendieron camino de Bayona.

Tras una comida con Napoleón el 20 de abril, el rey Fernando fue informado por Savary que el emperador había resuelto sustituir a los Borbones por la familia Bonaparte, y Napoleón convenció a Escóiquiz de que le cedería el reino de Etruria y le casaría con una princesa imperial a cambio de la corona española. No obstante, las negociaciones se dilataron por el deseo de Napoleón de no emplear la violencia y de esperar a los reyes padres, quienes llegaron el día 30.

Mientras, en Madrid, Toledo y Burgos crecía el descontento contra los franceses, ante los rumores de que iba a restaurarse en el trono a Carlos IV. En Madrid, Murat hacía ostentación de sus fuerzas, lo cual causaba animadversión en el pueblo madrileño. El 1 de mayo, la comitiva del gran duque de Berg fue silbada por el pueblo. El siguiente suceso fue provocado a instancias de una misiva que Murat entregó a la Junta el 30 de abril, en la que Carlos IV pedía la partida de sus hijos: la reina de Etruria y el infante Francisco de Paula. A la primera se dispuso que obrase según su voluntad, pero para el infante —tras negarse en principio— se autorizó la partida para el 2 de mayo. Corrido el rumor de partida, se congregó frente al palacio una multitud y ante la presencia del ayudante de Murat, Augusto Lagrange, se desató la furia popular, a la que Murat respondió sacando un batallón para dispersarlos, lo que provocó el levantamiento de todo Madrid. Contenido el levantamiento, prosiguió la partida de la familia real, el día 3 la del infante Francisco y el 4 la del presidente de la Junta, el infante Antonio.

En Bayona el 1 de mayo, Napoleón, tras comer con los reyes padres y Godoy, citó a Fernando VII: sus padres, apoyados por Napoleón, le amenazaron para que abdicase en favor de Carlos IV al día siguiente. De esta manera le fue arrancada una abdicación fechada el 1 de mayo y condicionada a la reunión de las Cortes en España y sin presencia de Godoy; por el contrario, Carlos IV rechazó esta idea.

El 4 de mayo llegó a Bayona un comisionado de la Junta suprema, Evaristo Pérez de Castro, comunicando al rey Fernando las proposiciones de actuación de la Junta, de resultas de las cuales el rey expidió dos decretos en los que afirmaba que se hallaba sin libertad, autorizaba a la Junta a ejercer en lugar seguro la plena soberanía en su nombre y autorizaba la convocatoria de Cortes. Ese mismo día 5 de mayo, el mariscal Duroc y Godoy como plenipotenciarios concluyeron un tratado por el que Carlos IV cedía la corona de España a Napoleón;[5]​ por otro lado, ese mismo día se recibieron las noticias del 2 de mayo en Madrid, y de nuevo Napoleón y los reyes padres le achacaron a Fernando VII la culpa del levantamiento y le amenazaron para que abdicara, cosa que hizo el 6 de mayo. Hechas ya las renuncias reales, faltaban las de los sucesores, que se llevaron a cabo, bajo la gestión de Duroc y Escóiquiz, el 12 de mayo en Burdeos, suscritas por Fernando, Carlos y Antonio. El infante Francisco de Paula no firmó dada su minoría de edad.[6]​ La reina de Etruria siguió la suerte de sus padres y hermanos. Hechas, pues, las renuncias y establecidas las pensiones que recibirían, la familia real española fue internada en Francia.



Así pues, por un tratado firmado y ratificado, he cedido a mi aliado y caro amigo el Emperador de los franceses todos mis derechos sobre España e Indias; habiendo pactado que la corona de las Españas e Indias ha de ser siempre independiente e íntegra, cual ha sido y estado bajo mi soberanía, y también que nuestra sagrada religión ha de ser no solamente la dominante en España, sino también la única que ha de observarse en todos los dominios de esta monarquía. Tendréislo entendido y así lo comunicaréis a los demás consejos, a los tribunales del reino, jefes de las provincias tanto militares como civiles y eclesiásticas, y a todas las justicias de mis pueblos, a fin de que este último acto de mi soberanía sea notorio a todos en mis dominios de España e Indias, y de que conmováis y concurran a que se lleven a debido efecto las disposiciones de mi caro amigo el emperador Napoleón, dirigidas a conservar la paz, amistad y unión entre Francia y España, evitando desórdenes y movimientos populares, cuyos efectos son siempre el estrago, la desolación de las familias, y la ruina de todos.

Cuando salió el infante Antonio de Madrid, el 4 de mayo, se presentó Murat en la Junta para formar parte de ella, recibiendo una negativa inicial. Pero Murat se presentó sorpresivamente para presidirla por la noche, y los restantes miembros, queriendo evitar males mayores, lo aceptaron.[7]​ El 6 de mayo recibieron un decreto fechado el día 4 por el que Carlos IV nombraba a Murat como Lugarteniente del Reino para que gobernara en su propio nombre —del rey Carlos—,[8]​ en virtud de la autoridad que otorgaba la protesta de la renuncia al trono del 19 de marzo; y el 10 de mayo recibieron los decretos de 5 de mayo de convocatoria de Cortes y traslado de la Junta a lugares seguros, y el de 6 de mayo de renuncia de Fernando VII, que revertía sus derechos en su padre Carlos IV.[9]​ La Junta Suprema decidió ignorar los de 5 de mayo y publicar el de renuncia del 6 de mayo. No obstante, dado que Carlos IV ya había renunciado, de nuevo, a la corona, Murat quedó como Lugarteniente de un Reino sin rey, cuyos derechos ostentaba el emperador de los franceses hasta el nombramiento de su hermano José (como lo apreciamos en unos decretos de 25 de mayo),[10]​ lo cual quiere decir que en ese momento estaba en interregno (término que aparece en el decreto de 6 de junio proclamando a José I rey de España).[11]

Una vez llevadas a término las renuncias reales y la sumisión de las autoridades, en mayo, Napoleón, depositario de los derechos del Trono, encomendó al Lugarteniente del Reino y la Junta suprema de gobierno la convocatoria de una Diputación general o asamblea de notables de 150 personas, que se reuniría en Bayona para tratar el estado del reino de España.[12]

Y más específicamente, el 25 de mayo Napoleón realizó una proclama a los españoles en la que indicaba que no iba a reinar en España, confirmando la convocatoria de la asamblea de notables en Bayona, y confirmó en su puesto a Murat.[10]

Españoles: he hecho convocar una asamblea general de las diputaciones, de las provincias y de las ciudades. Yo mismo quiero saber vuestros deseos y vuestras necesidades... asegurándoos al mismo tiempo una Constitución que concilie la santa y saludable autoridad del Soberano con las libertades y privilegios del pueblo.

El 6 de junio, dictó un decreto en el que nombraba a su hermano José como rey de España,[11]​ y al día siguiente Napoleón espetó a su hermano, recién llegado a Bayona para que aceptase la corona, donde fue reconocido como tal por las autoridades españolas allí congregadas. José aceptó la corona el 10 de junio y confirmó a Murat como Lugarteniente del reino.

La asamblea convocada por Napoleón (con una asistencia de 75 de los 150 notables previstos) debatió el proyecto de Constitución preparado por Napoleón y, con escasas rectificaciones, aprobaron entre el 15 y 30 de junio de 1808 la Constitución, llamada Estatuto de Bayona. El rey José la juró el 7 de julio y entró en España el 9 de julio. Entretanto en España ya se habían producido sublevaciones y la formación de Juntas por todo casi todo el territorio desde finales de mayo.

El 11 de agosto, el Consejo de Castilla invalidó las abdicaciones de Bayona,[13]​ y el 24 de agosto se proclamó rey in absentia a Fernando VII en Madrid.[14]​ Subsiguientemente, el 14 de enero de 1809 Gran Bretaña reconoció en un tratado a Fernando VII como rey de España.[15]

Hay que reseñar que existe un desfase entre el orden de los sucesos acaecidos y su repercusión legal. Así, siguiendo el orden cronológico de los sucesos:

Según este orden, la segunda abdicación de Carlos IV es anterior a la de Fernando VII. Por otro lado, los hechos presentados no muestran con qué autoridad Carlos IV nombra a Murat teniente general del reino, puesto que entonces Fernando VII no había renunciado a la corona, y es por ello que, frente a la exposición cronológica, haya que mostrar el orden cronológico de la legislación:

Por lo tanto, legalmente la abdicación de Fernando VII es anterior a la de Carlos IV, y el nombramiento de Murat va contiguo a la abdicación de Fernando VII, de forma que dicho nombramiento pudiera derivarse de la autoridad de Carlos IV.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Abdicaciones de Bayona (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!