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Aborto de papel



El aborto de papel, también conocido como aborto masculino, aborto financiero o aborto jurídico,[1][2]​ es la posibilidad del padre biológico, antes del nacimiento del niño, de renunciar a cualquier derecho, privilegio y responsabilidad hacia el niño, incluidos los apoyos financieros.[3][4][5]​ De esta manera, antes de que nazca un niño, un hombre podría liberarse a sí mismo de las exigencias y responsabilidades de la paternidad.[1][6][7][8]

Algo similar se puede plantear, en relación con la adopción, como señaló la feminista francesa Évelyne Sullerot.

En un artículo de 1996 «Abortion and Fathers' Rights»[9]​ el filósofo Steven Hales hizo un argumento que presupone las siguientes afirmaciones:

Hales sostiene que la conjunción de estos tres principios es prima facie inconsistente y que esta inconsistencia debe ser erradicada reconociendo primero que los hombres no tienen el deber absoluto de brindar apoyo material a sus hijos, y en segundo lugar admitiendo que los padres tienen el derecho de rechazo.

Frances K. Goldscheider, profesora de sociología por la Universidad de Pensilvania en la Universidad de Brown fue una de las primeras en mencionar el concepto de 'aborto financiero' a fines de la década de 1990 y destacar lo importante que resultaba para una verdadera equidad el dar a los varones la oportunidad de decidir si aceptaban o no ejercer los derechos y responsabilidades de la paternidad, en forma similar a como con el aborto le da la oportunidad a la mujer de ejercer su maternidad.[10]

Laurie Shrage, profesora de filosofía y estudios sobre mujeres y género, cuestiona si los hombres deberían ser 'penalizados por ser sexualmente activos', y pone el tema en la perspectiva de las feministas que tuvieron que luchar contra la misma idea con un género diferentes, es decir, que consentir tener relaciones sexuales no es lo mismo que consentir la paternidad. Además, tanto hombres como niños son castigados, según la profesora Shrage; los niños tienen que vivir con un padre ausente que nunca "voluntariamente" se convirtió en padre.[11][12]

Shrage menciona a la filósofa Elizabeth Brake quien en sus escritos busca poner en tela de juicio la noción de "responsabilidad paterna" por la cual los padres deben apoyar a sus hijos debido a su responsabilidad causal por su existencia, en forma similar a la mujer y su maternidad:

A lo sumo, según Brake, los hombres deben ser responsables de ayudar con los gastos médicos y otros costos de un embarazo del cual son responsables en parte.

La idea también recibió apoyo de la feminista estadounidense Karen DeCrow:

El filósofo John Hardwig, conocido por sus amplios escritos en bioética y miembro del instituto The Hastings Center, dedicado a bioética, manifestó un claro apoyo a la existencia de un aborto de papel: "así como la maternidad no se debe imponer a una mujer, la paternidad no debe imponerse a un hombre". Hardwing remarca que la problemática no se limita al embarazo y parto, puesto que en ese caso estaría a favor de una decisión exclusiva de la mujer. Pero dado que el hecho de tener el bebé es sólo el comienzo de años de compromiso tanto material como afectivo, "entonces ya no está claro por qué la decisión de tener el niño debería ser sólo de ella". [15]

El aborto de papel ha encontrado oposición por parte de quienes lo ven como una excusa para que los hombres eludan sus responsabilidades como padres.[16][17]​ Los críticos dicen que los hombres deberían usar métodos anticonceptivos (ya sea anticonceptivos o esterilización) o practicar la abstinencia si quieren evitar las responsabilidades financieras y personales de la paternidad.[18][19]​ Los críticos también argumentan que el aborto de papel de un padre es diferente del aborto femenino desde que nace un niño y que las mujeres siempre se ven obligadas a mantener a sus hijos, aun cuando no hayan deseado tenerlos. Sostienen que el interés superior del niño debería pesar más que la oportunidad de negar la paternidad.[17]​ Sin embargo, no es cierto que las mujeres siempre se vean obligadas a mantener a sus hijos, puesto que pueden cederlos en adopción.

El concepto de «aborto de papel» fue introducido por primera vez en Dinamarca en el 2000 por el socioeconomista Henrik Platz. Él dice que es necesario, desde una perspectiva igualitaria, garantizar que las mujeres y los hombres tengan los mismos derechos ante la ley. Según una encuesta de Gallup de 2014 y anteriores encuestas, entre el 40% y el 70% de los daneses están de acuerdo con la legalización del aborto de papel.[1]

La socióloga Karen Sjørup, quien realizó una investigación sobre el tema,[20]​ argumenta esta fórmula jurídica daría a las mujeres más libertad al permitir que las que quieren convertirse en madres sin tener que compartir los derechos y deberes de la paternidad con los hombres tengan una manera adicional de hacerlo. También sugiere que podría disminuir la tasa de abortos porque evitaría que los hombres que desean evitar la paternidad presionen a las mujeres para que aborten.[21]

Los defensores argumentan que así como las mujeres pueden elegir si desean tener un hijo o no, los hombres también deben poder elegir si asumir la paternidad o no. Permitir que los hombres tengan la oportunidad de renunciar a la responsabilidad económica, social y legal de un feto durante los primeros tres meses de embarazo daría a los hombres y mujeres lo más cercano posible a la igualdad de oportunidades.[11]

En 2016, una rama regional del de las Juventudes del Partido Popular Liberal de Suecia decidió apoyar el aborto de papel para hombres hasta la semana 18 de embarazo, el mismo límite de tiempo para los abortos para mujeres en ese país.[22]​ La propuesta fue apoyada por algunos comentaristas, pero no por parte de los fundadores del partido.[4]

La feminista estadounidense Karen DeCrow fue una férrea defensora del aborto de papel.[23][14]

En 2006, el Centro Nacional de Hombres estadounidense (National Center for Men) respaldó una demanda conocida como Dubay vs Wells.[24]​ El caso trataba sobre si los hombres debían tener la oportunidad de rechazar todos los derechos y responsabilidades de paternidad en caso de un embarazo no planeado. Los partidarios dijeron que esto permitiría a la mujer contar con el tiempo para tomar una decisión informada y dar a los hombres los mismos derechos reproductivos que a las mujeres.[25]​ Por tanto, se planteaba el «aborto de papel».[26]​ El caso y la apelación fueron desestimados por la Corte de Apelaciones de los Estados Unidos (Sexto Circuito).

Incluso en países donde está prohibido el aborto o en el supuesto de que no se quiera abortar, se produce una grave discriminación contra los varones en asuntos reproductivos: una mujer soltera que tenga un hijo puede cederlo en adopción y no tendrá que mantenerlo ni pagar una pensión. En cambio, un padre soltero puede ser obligado a pagar una pensión de alimentos, incluso cuando el hijo haya sido concebido mediante engaño («paternidad forzada»). En relación con este asunto dijo la feminista francesa Évelyne Sullerot en su libro El nuevo padre: un nuevo padre para un nuevo mundo (Quels pères? Quels fils?) (1993):



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