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Aceleracionismo



En teoría política y teoría social, el aceleracionismo es la idea de que el sistema actual de capitalismo debería expandirse para generar un cambio social radical. Cierta filosofía aceleracionista contemporánea comienza tomando la teoría deleuzo-guattariana que apunta a identificar, profundizar y radicalizar las fuerzas de la desterritorialización/globalización con miras a superar las tendencias compensatorias que suprimen la posibilidad de una transformación social de gran alcance.[1]

La teoría aceleracionista surgió en la década de 1990 y se ha dividido en variantes de izquierda y de derecha mutuamente contradictorias, existiendo aceleracionismos procapitalistas, poscapitalistas y anticapitalistas. El «aceleracionismo de izquierda» intenta presionar «el proceso de evolución tecnológica» más allá del horizonte del capitalismo, por ejemplo, incrementar la automatización del trabajo para lograr fines poscapitalistas;[2]​ mientras que el «aceleracionismo de derecha» apoya la intensificación indefinida del capitalismo en sí mismo, posiblemente para lograr una singularidad tecnológica.[3][4][5][6]

En este sentido, Andy Beckett describe a los aceleracionistas:[7][8]

El aceleracionismo también puede referirse más ampliamente, y generalmente de manera peyorativa, a apoyar la profundización del capitalismo en la creencia de que esto acelerará las tendencias autodestructivas y nocivas que según los anticapitalistas este tiene y, que en última instancia siguiendo una forma de materialismo histórico, conducirá a su colapso en medio de una crisis terminal.[9][10]

Durante la década de 2010 algunos integrantes de la extrema derecha, la derecha alternativa y el nacionalismo blanco empezaron a autodenominarse "aceleracionistas" para referirse a una intensificación del conflicto racial estadounidense a través del terrorismo, buscando un colapso social y la construcción de un nuevo Estado con supremacía blanca o bajo los principios del Libertarismo.[11][12]

De acuerdo con Armen Avanessian y Mauro Reis, entre sus antecedentes teóricos están Fragmento sobre las máquinas de Karl Marx, Capitalismo y esquizofrenia de Deleuze y Guattari, y la ficción especulativa de autores como Samuel Butler, William Gibson y J. G. Ballard.[13]

Nick Land, aceleracionista contemporáneo, afirma que Karl Marx «tiene su propio 'fragmento aceleracionista'» cuando dice en su Discurso sobre el libre comercio de 1848 lo siguiente:[7]

En una vía similar, Friedrich Nietzsche argumentó que «el proceso de nivelación del hombre europeo es el gran proceso que no debe controlarse: uno debería incluso acelerarlo ...»,[14]​ una declaración a menudo simplificada, siguiendo a Deleuze y Guattari, como un comando para «acelerar el proceso».[15]

El aceleracionismo toma la idea de Gilles Deleuze y Félix Guattari de profundizar y radicalizar la globalización y el libre comercio.[16]​ En palabras de Deleuze y Guattari:[17]

Los teóricos destacados contemporáneos incluyen al aceleracionista de derecha Nick Land — considerado el «padre del aceleracionismo».[7]​ La Unidad de Investigación de Cultura Cibernética (CCRU), una unidad de investigación no oficial en la Universidad de Warwick de 1995 a 2003,[18]​ de la cual Land fue miembro, se considera un progenitor clave tanto en el pensamiento aceleracionista de derecha como en el de izquierda.[19]

El aceleracionismo de izquierda surgió entre 2013 y 2015. Entre sus iniciadores se encuentran Nick Srnicek y Alex Williams, autores del Manifiesto por una política aceleracionista,[20]​ y el colectivo Laboria Cuboniks, que fue el autor del manifiesto Xenofeminismo: una política por la alienación.[21]

En líneas aceleracionistas, Paul Mason, en trabajos como Postcapitalismo: Hacia un nuevo futuro, ha tratado de especular sobre los futuros después del capitalismo. Declara que «con el fin del feudalismo hace 500 años, el reemplazo del capitalismo por el poscapitalismo se verá acelerado por los choques externos y moldeado por el surgimiento de un nuevo tipo de ser humano. Y ha comenzado». Él considera que el aumento de la producción colaborativa eventualmente ayudará al capitalismo a suicidarse.

Centrándose en cómo las infraestructuras de tecnología de la información socavan las geografías políticas modernas, y proponiendo un «resumen de diseño» abierto, el libro The Stack: On Software and Sovereignty de Benjamin H. Bratton está asociado con el aceleracionismo. Red Stack Attack![22]​ de Tiziana Terranova vincula el modelo de apilamiento de Bratton y el aceleracionismo de izquierda.

Autores como Mark Fisher, aclaran que no se trata de acelerar cualquier proceso capitalista, sino que aquellos procesos y deseos producidos por el capitalismo, pero cuyos efectos no pueden ser contenidos por aquel y que podrían conducir a un mundo poscapitalista.[23]​ En palabras de Armen Avanessian y Mauro Reis:[13]

En el Manifiesto por una política aceleracionista, Alex Williams y Nick Srnicek consideran necesario revivir el argumento a favor de una sociedad poscapitalista: «No solo el capitalismo es un sistema injusto y pervertido, sino que también es un sistema que frena el progreso». En este sentido, ambos argumentan que «el aceleracionismo es la creencia básica de que estas capacidades pueden y deben ser liberadas al ir más allá de las limitaciones impuestas por la sociedad capitalista». Así especifican que «una política aceleracionista busca preservar los beneficios del capitalismo tardío mientras va más allá de lo que su sistema de valores, estructuras de gobierno y patologías de masas permitirán».[20]

Sin embargo, Nick Land piensa sobre los aceleracionismos de izquierda que «[l]a noción de que la tecnología autopropulsada es separable del capitalismo […] es un profundo error teórico».[7]



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