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Adolfo Molina Orantes



¿Qué día cumple años Adolfo Molina Orantes?

Adolfo Molina Orantes cumple los años el 25 de marzo.


¿Qué día nació Adolfo Molina Orantes?

Adolfo Molina Orantes nació el día 25 de marzo de 1915.


¿Cuántos años tiene Adolfo Molina Orantes?

La edad actual es 109 años. Adolfo Molina Orantes cumplió 109 años el 25 de marzo de este año.


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Adolfo Molina Orantes (n. Ciudad de Guatemala 25 de marzo de 1915, Guatemala, - ibídem, 31 de enero de 1980) jurista y doctor en derecho guatemalteco fue Ministro de Relaciones Exteriores en dos ocasiones: durante el gobierno transitorio del coronel Guillermo Flores Avendaño (1957-1958) y durante el gobierno del general Kjell Eugenio Laugerud García. Además, fue presidente del Instituto Guatemalteco de Cultura Hispánica, miembro de honor del Instituto de Cultura Hispánica de Madrid (actual AECID) y Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Diplomático de carrera y socio Rotario activo, murió trágicamente durante la Quema de la embajada de España en Guatemala el 31 de enero de 1980, en donde se encontraba visitando al embajador junto con otros profesionales del derecho de Guatemala.[1]

Nació en la ciudad de Guatemala, hijo de Darío Molina Padilla y de Olivia Orantes. Estudió en la Instituto Privado «La Preparatoria», en el Instituto «Modelo» graduándose con honores, y luego en la «Galileo High School» en San Francisco, California, Estados Unidos de 1934 a 1935. Al terminar el bachillerato, regresó a Guatemala, en donde estudió en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Guatemala,[Nota 2]​ graduándose en 1943 de licenciado en ciencias jurídicas y sociales y los títulos de abogado y notario. Por sus excelentes calificaciones obtuvo una beca para estudiar en la Columbia University por dos años. Luego de regresar a Guatemala, estudió antropología e historia en la recién creada Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos de Guatemala.[2]

De 1938 a 1942 se desempeñó como secretario de la oficina guatemalteca del Departamento de Investigación Histórica del Instituto Carnegie. Fue fundador y director del Instituto de Antropología e Historia de Guatemala y delegado de la Facultad de Derecho ante el Consejo Superior Universitario; fue elegido decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de San Carlos, durante este tiempo logró establecer la Autonomía de la Universidad, con el fin de mantener a la Universidad San Carlos libre de cualquier influencia política, ya que durante el gobierno de Arbenz se ejercía mucha presión para introducir solamente la ideología marxista. También durante su decanatura, él tramitó y fundó el Bufete Popular Universitario. Fue director del Departamento de Publicaciones de dicha institución de educación superior.[2]​ Fue nombrado Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala durante el gobierno transitorio del coronel Guillermo Flores Avendaño en 1957[Nota 3]​ y como tal atendió las sesiones de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA) y fue delegado de Guatemala en la IX conferencia general de la UNESCO en Nueva Delhi, India. Durante todo este tiempo, también fue catedrático en la Facultad de Derecho de la universidad San Carlos.[2]

El Caso Nottebohm fue el mayor triunfo profesional de Molina Orantes, quien actuó como asesor legal de la representación de Guatemala, en su calidad de Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de San Carlos de Guatemala.[3]​ En este caso, una decisión de la Corte Internacional de Justicia de La Haya del 6 de abril de 1955, determinó los criterios por los cuales Guatemala podía rechazar válidamente la nacionalidad de Liechtenstein que invocaba en su favor Friedrich Nottebohm, un nativo de Alemania establecido en Guatemala entre 1905 y 1943.

En 1943, debido a que Guatemala se había declarado en guerra con Alemania, Friedrich Nottebohm fue arrestado por su condición de alemán y fue deportado a Estados Unidos, donde quedó internado por su calidad de «ciudadano de país enemigo» conforme a los propios registros guatemaltecos. Al ser liberado en EE. UU. en 1946, Friedrich Nottebohm trató de regresar a Guatemala, siéndole negada la entrada. En 1949 sus bienes situados en territorio guatemalteco fueron confiscados y Liechtenstein inició en 1951 un proceso ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya contra Guatemala, reclamando reparaciones y compensaciones en favor de su ciudadano Friedrich Nottebohm. En este caso se planteaba un primer tema relevante en cuanto a la admisibilidad de la demanda; la cuestión era saber si Liechtenstein (el Estado donde Nottebohm se había naturalizado en octubre de 1939) podía protegerlo con respecto a Guatemala, país que presuntamente le había ocasionado el agravio mediante la confiscación de su patrimonio. [4]

La Corte decidió en fallo del 6 de abril de 1955 que no había lugar a la admisibilidad de la demanda; y que por tanto Guatemala no estaba obligada a reconocer la nacionalidad de Liechtenstein adquirida por Nottebohm para los efectos de la protección diplomática. La Corte concluyó que la naturalización de octubre de 1939 fue solicitada por Nottebohm con el único propósito de obtener un reconocimiento legal por parte de Liechtenstein a su favor, a fin de que se sustituyera su status de nacional de un Estado beligerante (Alemania) por el status de un Estado neutral (Liechtenstein), y por ello ninguna intención podía advertirse en Nottebohm en quedar ligado a las tradiciones, intereses, modo de vida o al ejercicio de derechos y obligaciones con respecto a Liechtenstein. Debido a este motivo la Corte decidió que Guatemala conservaba el derecho de rechazar la validez de la naturalización de octubre de 1939 y el Principado de Liechtenstein carecía de derecho para reclamar reparaciones en favor de Nottebohm.[5]

Esta decisión resultó relevante en el Derecho internacional respecto de los criterios que rigen el reconocimiento de la nacionalidad efectiva de una persona. Por su parte, Molina Orantes fue reconocido como un experto en cuestiones legales a nivel internacional y nombrado consultor permanente en la corte internacional, trascendiendo su prestigio como jurista los límites nacionales.

Empezando en noviembre de 1956, Guatemala notificó varias veces al gobierno mexicano de tala ilegal de árboles en Petén y de pesca ilegal de camarón en aguas guatemaltecas del Océano Pacífico desde 1954.[6]​ El Gobierno guatemalteco indicó también que dichas embarcaciones no exponían matrícula de identificación ni bandera nacional y que Guatemala se reservaba el derecho de atacar a dichos "piratas". El 8 de noviembre de 1957, Molina Orantes, en su calidad de Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, envió una carta diplomática, la primera de varias quejas formales al gobierno mexicano, explicando que la tala ilegal de árboles y la pesca furtiva en aguas territoriales de Guatemala se habían convertido en una práctica sistemática y solicitó al gobierno mexicano que, para evitar hechos que pudieran perjudicar las excelentes relaciones diplomáticas, México tomara las medidas necesarias.[Nota 4]​ El conflicto se saldó dos años después ya durante el gobierno del general e ingeniero Miguel Ydígoras Fuentes por intervenciones de los diplomáticos de México y Guatemala de entonces.

El licenciado Molina Orantes desempeñó los siguientes cargos:

El 25 de junio de 1974, el general Kjell Eugenio Laugerud García, presidente electo de Guatemala, seleccionó a Molina Orantes como canciller, basado en su larga experiencia y prestigio.[7]

El doctor Molina Orantes había sido director del Seminario de Belice (1948-1951)en la Universidad San Carlos y, debido a su sólida formación jurídica y a la orientación que dio en la cátedra y en la investigación de los aspectos básicos de la controversia que Guatemala había sostenido con la Gran Bretaña en defensa de sus derechos sobre el territorio de Belice, siendo canciller participó en discusiones bilaterales con delegados británicos en varias oportunidades, para encontrar una solución aceptable a este secular problema.[8]

Debido al conflicto por la soberanía de Belice, incrementado por la insistencia del Ejército de Guatemala, Molina Orantes insistió en resolver el conflicto por la vía diplomática con Inglaterra. En 1977, representantes de Inglaterra y de Guatemala se reunieron en la Ciudad de Guatemala para una ronda de pláticas sobre la situación de Belice, en ese entonces todavía una colonia británica reclamada por Guatemala. El único resultado positivo de las reuniones fue un comunicado conjunto en el que ambos países se comprometieron a reducir las tensiones en la frontera común de ambos territorios. Sin embargo, unos días después, el jefe de la delegación británica, Ted Rowlands, dijo que las tropas que Inglaterra había enviado para proteger su territorio no serían removidas, a lo que el presidente Laugerud García replicó diciendo que la presencia de tropas inglesas en Belice era un acto de agresión contra Guatemala.[9]

Pero la situación internacional no favoreció el reclamo guatemalteco: Guatemala estaba cada vez más aislada diplomáticamente en su reclamo territorial, ya que muchas naciones latinoamericanas y caribeñas apoyaban la independencia de Belice. Incluso, el embajador de los Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Andrew Young, dijo que los Estados Unidos apoyaban la independencia del territorio inglés, luego de haberse mantenido neutral hasta entonces.[9]

En septiembre de 1977, los reyes de España, Juan Carlos I y Sofía visitaron a Guatemala en medio de una gira de buena voluntad por países de América Latina. Como canciller, Molina Orantes estuvo a cargo de todo el protocolo de dicha visita.[10]

Las siguientes son algunas de sus publicaciones:

El jueves 31 de enero de 1980 se reunían en la sede diplomática española el ex vicepresidente guatemalteco Eduardo Cáceres Lehnhoff, el excanciller Molina Orantes y el jurista Mario Aguirre Godoy con el embajador de entonces, Máximo Cajal López por una celebración próxima del Congreso Iberoamericano de Derecho Procesal, a llevarse a cabo en Guatemala. Durante esa reunión, las instalaciones de la misión diplomática fueron tomadas por campesinos miembros del Comité de Unión Campesina (CUC), provenientes de El Quiché, estudiantes universitarios que los asesoraban y miembros del grupo guerrillero denominado Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP). Tanto los ocupantes como los personeros e invitados de la embajada murieron trágicamente cuando los ocupantes evitaron la salida de los rehenes disparándoles con armas de fuego e hicieron estallar las bombas molotov que portaban.[Nota 6]

Molina Orantes había sido canciller en dos ocasiones y era un jurisconsulto respetado en el mundo entero. Asimismo, no se trató de una toma pacífica por campesinos porque los asaltantes eran liderados por guerrilleros que llevaban bombas molotov y armas de fuego. Estas armas fueron usadas para retener por la fuerza a los rehenes, según demostraron las autopsias que se efectuaron [cita requerida]. El Edificio se incendió, quemando a todos y sobreviviendo solo el Embajador Máximo Cajal López y el campesino Gregorio Yujá Xona cuando la policía imprudentemente, ingresó a las instalaciones de la embajada.[11]

El licenciado Adolfo Molina Sierra, hijo de Molina Orantes y testigo presencial de los hechos del 31 de enero de 1980 relató lo siguiente:



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