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Alfredo I de Windisch-Grätz



El General[1]Alfredo Cándido Fernando, Príncipe de Windisch-Grätz (en alemán, Alfred Candidus Ferdinand Fürst zu Windisch-Grätz; 11 de mayo de 1787 - 21 de marzo de 1862), un miembro de la familia noble bohemia de Windisch-Graetz, fue un Mariscal de Campo en el Ejército austriaco.

Originalmente del Ducado de Estiria, la dinastía Windisch-Graetz recibió derechos nobiliarios (Inkolat) por la Corona Bohemia en 1574. Alfredo nació en Bruselas, entonces capital de los Países Bajos Austriacos, siendo el hijo del Conde José Nicolás de Windisch-Graetz (1744-1802) y de su segunda esposa, la Duquesa María Leopoldina Francisca de Arenberg. La familia tomó su residencia en Tachau (Tachov); el señorío había sido adquirido por el padre de Alfredo en 1781.

El 15 de junio de 1817 contrajo matrimonio con la Princesa Leonor de Schwarzenberg.

Empezó su servicio en el ejército imperial de los Habsburgo en 1804. Como oficial del Ejército austriaco se distinguió en las diferentes guerras libradas por la Monarquía Habsburgo en el siglo XIX. Participó en todas las guerras contra Napoleón y combatió con distinción en la Batalla de Leipzig y en la campaña de 1814. En 1833, fue ascendido a Mariscal de Campo (en alemán, Feldmarschall).

En los años de paz que siguieron a la caída de Napoleón, Windisch-Grätz sostuvo cargos de mando en Praga, siendo seleccionado como jefe del ejército en Bohemia en 1840. Habiéndose ganado la reputación como campeón en las medidas enérgicas contra la revolución, durante las Revoluciones de 1848 en los territorios de los Habsburgo, fue llamado a suprimir la insurrección de marzo de 1848 en Viena. Sin embargo, hallándose precariamente apoyado por los ministros del gobierno, renunció a su puesto.

A su vuelta a Praga, su esposa fue asesinada por una bala perdida durante el levantamiento popular. Después mostró firmeza en sofocar un estallido armado de separatistas checos (junio de 1848), declarando la ley marcial en todo lo largo de Bohemia. Tras el recrudecimiento de la revuelta en Viena fue apelado para encabezar un gran ejército que redujo la ciudad a través de un asedio formal en octubre de 1848.

Elegido como jefe al mando de las fuerzas contra los revolucionarios húngaros liderados por Lajos Kossuth, obtuvo algunos éxitos iniciales y reocupó Buda y Pest (enero de 1849) pero, debido a su lentitud en la persecución, permitió al enemigo agruparse en superiores números y prevenir una efectiva concentración de fuerzas austriacas.

En abril de 1849 fue relevado del mando y desde entonces raramente apareció de nuevo en la vida pública.

(En referencia a los rebeldes constitucionalistas) "No quieren oír sobre la Gracia de Dios? Oirán la gracia del cañón."



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