x
1

Amaranto



Ver Texto

amaranto

Amaranthus es un género de plantas herbáceas y anuales perteneciente a la familia Amaranthaceae. El nombre Amaranthus proviene del griego “ảμápavτos” que significa siempreviva, refiriéndose a las bracteas de la inflorescencia que no se marchitan. Actualmente, sus especies se distribuyen por la mayor parte de las regiones de clima templado y cálido, posiblemente dispersadas por el ser humano. Varias de ellas son cultivadas tradicionalmente en el Centro de Sudamérica para aprovechar sus semillas o sus hojas como alimento (ver kiwicha/amaranto); otras se cultivan como ornamentales.[2]​ Algunas de ellas son malas hierbas extendidas en los cultivos, en algunos casos, como A. retroflexus, de difícil erradicación.

El género comprende 565 especies descritas.[3]​ Tras las últimas revisiones, hoy se aceptan 70 especies, 40 de las cuales son nativas de América. Está emparentado con el género Celosia.

El género Amaranthus está clasificado en la familia Amaranthaceae, dentro de la cual se adscribe a la subfamilia Amaranthoideae, en la tribu Amaranthae y la subtribu Amaranthinae.

La organización más reciente del género fue propuesta por Mosyakin & Robertson (1996) e incluye tres subgéneros: Acnida, que agrupa a las especies dioicas, Amaranthus y Albersia, ambos con especies monoicas, distinguiéndose por el tipo de inflorescencia y la dehiscencia del fruto. Los dos primeros subgéneros fueron establecidos previamente por Robertson (1981) y el último fue segregado de la sección Blitopsis del subgénero Amaranthus.[4]

La especie de amaranto llamado coime o Amaranthus cruentus en Tarija fue una planta de alta consideración en los pueblos precolombinos. Las muestras arqueológicas de granos de amaranto', hallados en Tehuacán, Estado de Puebla (México), indican que esta especie se originó probablemente en Norteamérica. La producción del grano estuvo en su máximo apogeo durante los periodos maya y mexica en Norte y Centroamérica. Los mayas lo utilizaron como cultivo de alto rendimiento, apreciando especialmente su valor alimenticio. Los aztecas lo conocían como “huautli”. En la época prehispánica los amarantos se sembraban junto con otras plantas en las chinampas, ya que era usado como alimento de familias completas y la consumían todos los estratos sociales.

La variedad Amaranthus caudatus o kiwicha fue domesticada en la zona del lago Titicaca de Perú y Bolivia. Etimológicamente, "kiwicha" significa en quechua "pequeño gigante" o "pequeño guerrero". La evidencia histórica disponible señala que fue cultivada y utilizada por civilizaciones andinas preincas entre los años 3.000 y 5.000 antes de Cristo. Existen hallazgos arqueológicos de este cultivo en Caral y Nazca en el Perú, y en Tarapacá, Calama y Arica en Chile. Además, desempeñó un papel muy importante para la civilización incaica, quienes lo consideraban un alimento sagrado y de alto valor. [5][6][7][8][9]

El amaranto era un alimento de gran consumo y altamente apreciado. Formaba parte de los rituales religiosos, curativos y sociales de las culturas precolombinas en Latinoamérica. Era parte de las ofrendas que se entregaban a los dioses, a los gobernantes y a los muertos en las tumbas. Por ejemplo, en ocasiones especiales, el amaranto, molido o tostado, se mezclaba con miel de maguey y la pasta resultante se utilizaba para modelar figurillas de animales, guerreros, elementos de la naturaleza o de la vida cotidiana como golosina y, por supuesto, deidades como al dios de la guerra, Huitzilopochtli. Al finalizar la ceremonia de culto, las figurillas eran cortadas y repartidas entre los asistentes, quienes las comían.

Su consumo fue reemplazado por los cereales a la llegada de los españoles como parte del proceso de colonización, a pesar de constituir un alimento básico de la población de ese entonces. Los invasores impusieron la religión cristiana, condenando todo elemento reminiscente de los ritos indígenas (que no incluían nunca los sacrificios humanos) idea que se hizo popular, por ser el elemento necesario para justificar las injerencias con las que se hicieron del poder. Esto determinó que el amaranto resultara “satanizado” y su cultivo, posesión y consumo quedaran totalmente prohibidos en tiempos coloniales. Esta situación prevaleció durante siglos y la consecuencia fue su desaparición.[10][11]

El amaranto es símbolo de la inmortalidad. Los antiguos magos atribuían grandes propiedades a las coronas confeccionadas con esta flor y entre otras, la virtud de proporcionar a aquellos que las usaban el favor y la gloria. Cabe destacar, que esta visión es del continente europeo, ya que en la región donde se cultivaba, solo era un grano, aunque muy preciado por su ya conocido entonces valor nutrimental. [12]


Actualmente es comúnmente utilizado en la preparación de dulces mexicanos, como la alegría.

El género fue descrito por Carlos Linneo y publicado en Species Plantarum, vol. 2, p. 989–991 en 1753.[13]​ La especie tipo es: Amaranthus caudatus L.

amaranthus: nombre genérico que procede del griego ἀμάραντος, latino Amarantus, que significa "flor que no se marchita".[14]



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Amaranto (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!