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Anatomía humana



La anatomía humana es la ciencia de carácter práctico y morfológico que se dedica principalmente al estudio de las estructuras macroscópicas del cuerpo humano.[1]​ Deja el estudio de los tejidos a la histología, y el de las células a la citología y a la biología celular. La anatomía humana es una ciencia especial dentro de la anatomía general animal.[2]

Biológicamente, el ser humano es un animal. Y, como los animales, el cuerpo humano se organiza, mediante una visión sistemática y a semejanza del Universo del que forma parte, en diferentes niveles de jerarquización que, enlistados en orden ascendente (de lo micro a lo macro, de lo más invisible e interno hacia lo más visible y externo), son los siguientes: se compone de moléculas, que juntas se vuelven células, y estas dependiendo de su tipo se vuelven a su vez tejidos, y estos a su vez se clasifican en órganos, para finalmente por conjuntos y función se denominen aparatos, y estos integrados formen sistemas. Otras visiones (funcional, morfogenética, clínica, etcétera), según otros criterios, estudian el cuerpo humano desde otras perspectivas, pero esta es la que suele utilizarse para comprender lo básico.[3][4]

La anatomía no es únicamente la separación de varias partes, o la descripción precisa de estructuras como huesos, ligamentos, músculos, vasos sanguíneos, nervios, etc., sino también es un intento de integrar todas las estructuras corporales que involucran muchas disciplinas, y buscar constantemente principios y métodos básicos. El organismo se concibe como una entidad inestable y extremadamente compleja con una dimensión temporal, y al vincularlo con la historia evolutiva de todos los demás organismos, expresando sus cambios morfológicos durante el desarrollo, maduración, reproducción, envejecimiento y muerte, y participando en muchos tipos de funciones integradas.

Además, desde un punto de vista filosófico, la anatomía no es solo la biología estructural de las especies animales correspondientes a los humanos. Debido a que somos conscientes de nuestra propia realidad, y el cuerpo humano es el medio a través del cual ocurre nuestra experiencia del mundo y la reacción a esta experiencia, el estudio de las personas ocupa un lugar único en el establecimiento de nuestra propia imagen. En última instancia, las suaves descripciones de huesos, músculos, vasos sanguíneos y vías nerviosas constituyen el trasfondo de nuestra experiencia de vida.

Algunas ramas o disciplinas como la osteología, la miología, la artrología, la angiología o la neuroanatomía cercan los límites de estudio del cuerpo humano de una manera más particular. Así, la miología realiza el estudio específico de los músculos, sus características:

Otras modalidades anatómicas se aplican al estudio del cuerpo humano: por ejemplo, la anatomía comparada, la anatomía funcional.

Un sistema es un grupo de órganos asociados que concurren en una función general y están formados predominantemente por los mismos tipos de tejidos. Por ejemplo: el sistema esquelético, el sistema cardiovascular, el sistema nervioso y otros.

Un aparato es un grupo de órganos que desempeñan una función común y sus órganos no tienen predominio de ningún tejido, por ejemplo el aparato digestivo, o incluyen a varios sistemas, como el aparato locomotor, integrado por los sistemas muscular, óseo, articular.

Según un criterio topográfico, el cuerpo humano se estudia por regiones, esquemáticamente (entre paréntesis, los universalizados nombres en latín):

El área de estudio conocida como anatomía, le debe su nombre al latín medieval. “Aná-“ menciona la intensidad del todo y “-tomia” refiere al corte o incisión quirúrgica. Es una palabra acuñada en el año 1337,[9]​ y por el concepto “venimos a conocimiento de la comprensión de los miembros orgánicos”[10]

Lo que dicho enfoque busca es contar con una red de centros de educación médica superior donde se desempeñan profesores de anatomía con una formación académica y experiencia docente que los sitúe en una posición sin precedentes, las condiciones de trabajo han de ser favorables a pesar del deterioro de la infraestructura que ha impuesto la crisis económica actual, los programas de estudio si bien no exentos de dificultades son superiores en su enfoque y estructura metodológica en relación con otros anteriores, con una enseñanza sobre bases científicas aún en perfeccionamiento, con métodos que si aún no han dejado atrás lo reproductivo, su tendencia es hacia las formas productivas, con un enfoque dialéctico de la ciencia anatómica que fundamenta el constante cambio de las características del organismo, las interacciones entre sus partes y de él como un todo único con el medio ambiente: tal es el caso de las transformaciones propias del proceso de crecimiento y desarrollo del individuo en las distintas etapas de la vida, o aquellas inducidas por la actividad laboral, las enfermedades, las condiciones geográficas, climáticas y socioeconómicas en que vive el hombre.[11]

Tomando en cuenta estas ideas, se hace necesaria una planificación curricular de aula vivencial y flexible, que rompa con los modelos rígidos y tradicionales de cómo planificar, que concuerde con los retos de la sociedad actual. Cabe resaltar la necesidad de poner en práctica un modelo guía curricular, que brinde las herramientas de una planificación que genere conocimientos, ciencia y tecnología según las necesidades del entorno, y que esté en estrecha armonía con las exigencias de la sociedad venezolana actual y mundial. En cuanto a la variable enseñanza por competencias, al integrar las dimensiones saber, hacer, ser y convivir, se puede afirmar que un porcentaje de un 97,66% de los docentes expresan la necesidad de desarrollar una planificación curricular en el aula que permita promover la tolerancia, creatividad y valoración del medio ambiente, como una herramienta apropiada para la interiorización de los saberes y el fomento a su vez de una actitud de desempeño efectivo con tomas de decisiones asertivas, tendentes a dar soluciones a los problemas comunitarios y sociales.[12]

El descubrimiento de la anatomía humana está íntimamente ligado a la anatomía artística. Se puede concretar más aún y afirmar que los conocimientos de la anatomía humana y la artística discurren paralelos a la historia del desnudo en el arte y en la vida cotidiana. Los griegos no tenían tanta necesidad de diseccionar cadáveres (pese a las vivisecciones de Herófilo de Calcedonia, quien trabajó en la helenística Alejandría en tiempos del Imperio romano), para efectuar representaciones figurativas del cuerpo humano, mientras que, mil quinientos años después, los científicos-artistas del Renacimiento sí lo hicieron, por su interés en el conocimiento científico de la estructura y el funcionamiento del organismo.

La representación artística tiene su propia trayectoria, independiente de la trayectoria de la ciencia, a pesar de las indiscutibles coincidencias que se encuentran, como en los estudios de Leonardo da Vinci. El ejemplo del desnudo griego lo pone de manifiesto: el kuros era un modelo de representación artística arcaizante y algo hierática [13]​ (es decir, solemne y/o tradicional y/o antiguo y/o sagrado), pero no un modelo de representación anatómica. La representación anatómica del kuros se mantuvo idealizada o esquematizada durante doscientos años, desde la Época Arcaica (650 a. C.) hasta Fidias y Praxíteles (ca. 450 a. C.), y el período del clasicismo helenístico, que luego se extendió a las artes etruscas y romanas. En estas dos artes, llama la atención la búsqueda en ocasiones de un descarnado realismo; los bustos etruscos y romanos eran inicialmente esculturas en terracota o en bronce que obtenían de los moldes de las mascarillas funerarias, ya que el paradigma de esas culturas era suponer que se preservaba algo de la vida del difunto al representar sus facciones del modo más fiel posible.[cita requerida]



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