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Antífonas de Adviento



Las antífonas de Adviento, también conocidas como antífonas mayores, o antífonas O (por la letra con la que comienzan) son antífonas utilizadas en el Oficio Divino, durante las vísperas de los últimos días del Adviento en varias tradiciones litúrgicas cristianas.

Cada antífona es uno de los nombres de Cristo, uno de sus atributos mencionados en las Escrituras. Son:

En la tradición católica, las antífonas de Adviento se cantan o se recitan en las Vísperas desde el 17 de diciembre hasta el 23 de diciembre. También, después del Concilio Vaticano II, son cantadas o recitadas a modo de perícopa antes del Evangelio en la Misa de los días de semana entre el 17 y el 23 de diciembre, pues los domingos tienen perícopas propias. (véase nota a continuación sobre el uso inglés).

En la Iglesia de Inglaterra han sido utilizadas tradicionalmente como antífonas para el Magníficat en la oración vespertina durante este periodo y, aunque no se imprimían en el Libro de Oración Común, han sido desde hace tiempo parte de las fuentes litúrigicas anglicanas secundarias, como en el Libro de himnos inglés. De forma reciente han encontrado un lugar en los documentos litúrgicos principales de toda la comunión anglicana, incluida la liturgia del Culto Común de la Iglesia de Inglaterra.

Las antífonas de Adviento también se utilizan en muchas iglesias luteranas.

El himno O ven, O ven, Emmanuel (en latín, Veni Emmanuel) es un paráfrasis lírica de estas antífonas.

Las primeras letras de los títulos leídas en sentido inverso forman el acróstico latino «Ero Cras», que significa «Mañana, yo vendré», y reflejan el tema de las antífonas.

Se desconoce el origen exacto de las antífonas de Adviento. Boecio (480524/5) hace una breve referencia a ellas, sugiriendo de este modo su existencia en su época. En la Abadía benedictina de san Benito, en Fleury (cerca de Orleans), recitaban estas antífonas el abad y otros superiores de la abadía en rango descendente, y luego se entregaba un obsequio a cada miembro de la comunidad. Ya en el siglo VIII se utilizan en las celebraciones litúrgicas en Roma. El uso de las antífonas de Adviento en los monasterios era tan frecuente que expresiones como «no olvides las O» y «las grandes antífonas de Adviento» formaban parte del habla común. De este modo, podemos concluir que de alguna manera las antífonas de Adviento han sido parte de la tradición litúrgica desde los primeros tiempos de la Iglesia.

Los monjes benedictinos disponían estas antífonas con un propósito definido.[1]​ Si se empieza por el último título y se toma la primera letra de cada una —Emmanuel, Rex, Oriens, Clavis, Radix, Adonai, Sapientia— se forman las palabras latinas «ERO CRAS» , que significan «Mañana vendré». Así Jesús, para cuya venida se han preparado los cristianos durante el Adviento y a quien se dirigen con estos siete títulos mesiánicos, les habla ahora: «Mañana vendré». De este modo, las antífonas de Adviento no sólo infunden intensidad a la preparación del Adviento, sino que lo conducen hacia su alegre fin.

Varias de estas antífonas han sido encontradas en algunos breviarios medievales.[2]

La importancia de las antífonas de Adviento es doble. En primer lugar, cada una representa uno de los títulos del Mesías. En segundo lugar, cada una se refiere a la profecía de Isaías sobre la venida del Mesías. Las antífonas latinas provienen del Breviarium Romanum y las versiones en inglés son de la liturgia del Culto Común de la Iglesia de Inglaterra. Las citas bíblicas están tomadas de la Biblia de Jerusalén.

Latín:

Castellano:

Isaías había profetizado:

Compárese también con Eclesiástico 24:3 y Sabiduría 8:1.

Esta profecía también es relevante por el hecho de que describe cómo el Mesías «[...] [brotó] de los labios del Altísimo», lo que resulta muy significativo a la luz de la doctrina cristiana, enraizada en el primer capítulo del Evangelio según San Juan, según el cual Jesucristo, el Mesías, es el verbo encarnado de Dios Padre.

Latín:

Castellano:

Isaías había profetizado:

Compárese también con Éxodo, 3:2 y Éxodo, 24:12.


Latín:

Castellano:

Isaías había profetizado:

Jesé era el padre del rey David, y Miqueas había profetizado que el Mesías provendría de la casa y del linaje de David y que nacería en la ciudad de David, Belén. Miqueas, 5:1. Compárese también Isaías, 45:14, Isaías, 52:15 y Epístola a los romanos, 15:12.

Latín:

Castellano:

Isaías había profetizado:

Compárese también con Isaías, 42:7.

Latín:

Castellano:

Isaías había profetizado:

Compárese también Isaías, 60:1-2 y Malaquías, 3:20.

Latín:

Castellano:

Isaías había profetizado:

Compárese también Isaías, 28:16 y Efesios, 2:14.

Latín:

Castellano:

Isaías había profetizado:

(Emmanuel significa «Dios está con nosotros»).

Aunque las antífonas y las fechas mencionadas más arriba han sido reconocidas universalmente a través de toda la cristiandad occidental, en la Inglaterra medieval surgió una práctica alternativa que consistía en adelantar todas las antífonas un día (empezando así el 16 de diciembre) y añadir una antífona adicional (la octava) el 23 de diciembre, con lo que el acróstico se convertía en Vero cras, 'en verdad, mañana'. Es la antífona O Virgo virginum ('Oh Virgen de vírgenes'), con el siguiente texto:

Latín:

Inglés:

Español:

A causa de sus orígenes ingleses, esta alternativa ha sido la versión tradicionalmente utilizada en la Iglesia de Inglaterra (incluso en la Catedral de Canterbury) hasta tiempos modernos, y es también la versión impresa en las fuentes litúrgicas tradicionales de la Iglesia de Inglaterra, en el Libro de Himnos inglés y en el Nuevo Libro de Himnos inglés. Sin embargo, desde el año 2000, la Iglesia de Inglaterra parece haber dado un paso oficial con el fin de alejarse de las prácticas medievales y hacia una norma más universal, puesto que el Culto Común contempla la versión de siete antífonas y no la de ocho.

Acompañando a las antífonas de Adviento hay dos antífonas que se rezan en los Laudes los días 21 y 23 de diciembre, que también se relacionan con el tema del próximo nacimiento de Cristo. La primera, debido a que la festividad de santo Tomás se celebra el 21 de diciembre, se usaba tradicionalmente para conmemorar esta fiesta. Cuando dicha fiesta se cambia al 3 de julio en el calendario revisado, son de nuevo utilizadas como antífonas en la Liturgia de las Horas. De lunes a sábado, si caen en los días de las antífonas de Adviento, estos días también cuentan con sus propias antífonas para los salmos de los Laudes, en lugar de repetir las antífonas del domingo anterior, como se hace durante el Adviento.

Nolite timere: quinta enim die veniet ad vos Dominus noster.

Ecce completa sunt omnia, quae dicta sunt per Angelum de Virgine Maria.

En español

Marc-Antoine Charpentier completó un grupo de antífonas de Adviento a principios de la década de 1690. En el siglo XX, el compositor estonio Arvo Pärt realizó una traducción al alemán de estas antífonas para coro SATB sin acompañamiento titulada Magnificat Antiphonen. El compositor británico Bob Chilcott es autor de una versión en latín de estas antífonas para coros SSAATTBB sin acompañamiento titulada Advent Antiphons.



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