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Antonio de Nebrija



Antonio Martínez de Cala y Xarana[1]​ o Antonio de Lebrija[2]​ (Lebrija, 1444-Alcalá de Henares, 2 de julio de 1522),[3]​ más conocido como Elio Antonio de Nebrija o de de Nebrixa, fue un humanista español que gozó de gran fama ya como colegial en el Real Colegio de España de Bolonia. Ocupa un lugar destacado en la historia de la lengua española por ser el autor de la primera gramática castellana (la Gramática castellana), publicada en 1492 (tres meses antes del descubrimiento de América), de un primer diccionario latino-español ese mismo año y de otro español-latino hacia 1494, con bastante anticipación dentro del ámbito de las llamadas lenguas vulgares.

Fue, además, historiador, pedagogo, gramático, traductor, exégeta, docente, catedrático, filólogo, lingüista, lexicógrafo, impresor, editor (de obras propias y ajenas), cronista real, escritor y poeta. Su carrera como profesor y autor fue muy extensa para la época, pues abarcó más de medio siglo, desde 1470 hasta 1522, año de su fallecimiento a los 78 años.

El V Centenario de la muerte de Elio Antonio de Nebrija ha sido declarado Acontecimiento de Excepcional Interés Público. La declaración del aniversario como Acontecimiento de Excepcional Interés Público supone un programa de apoyo que comenzará a partir de la entrada en vigor de los Presupuestos de 2021 y se prolongará hasta el 30 de diciembre de 2023.[4]

Nació en la antigua Nebrissa Veneria, en castellano Lebrija, en la provincia de Sevilla. Fue el segundo de cinco hermanos: tres varones y dos mujeres. Su padre fue Juan Martínez de Cala y su madre, Catalina de Xarana y Ojo. Según la controvertida[5]​ tesis de Américo Castro en La realidad histórica de España su padre sería de posible familia marrana y su madre de familia judía sevillana convertida al catolicismo a raíz de las violentas matanzas antijudías de 1391. Al clima de antisemitismo cristiano del siglo XV en Castilla se debería que Nebrija nunca escribiese sobre sus orígenes, aunque su estudio profundo del hebreo —algo inusual en su tiempo— evidenciaría esa ascendencia, según quienes defienden los orígenes judeoconversos, si bien, sometido a proceso inquisitorial, los inquisidores no invocaron ni utilizaron esa condición como agravante de la acusación y su hijo Sancho en 1506 (el mismo año, casualmente, en el que su padre sufrió el proceso inquisitorial en Salamanca) pudo presentar las probanzas de limpieza de sangre que se le exigían para ingresar en el Colegio de los Españoles de Bolonia.[5]

El joven Nebrija estudió en la Universidad de Salamanca. Cuando tenía diecinueve años, se trasladó a Italia. Él mismo lo dice en la publicación de su Vocabulario (c. 1494): «hasi que en edad de diez y nueve años io fue a Italia», donde realizó su ingreso en el Colegio de San Clemente de Bolonia el 2 de marzo de 1463, gracias a una beca del obispado de Córdoba, para estudiar Teología. Continuó sus estudios hasta 1470

De vuelta en España, adoptó el sobrenombre de «Elio»[6]​ y trabajó para el arzobispo Fonseca en Sevilla, donde creó escuela.[7]​ Dio clases entre 1470 y 1473 en la capilla de la Granada, situada en el patio de los Naranjos de la catedral de Sevilla, según su propio testimonio, recogido por Martín Nieto: «En la tornada fui convidado por letras del muy Reverendo Padre Alonso de Fonseca, arzobispo de Sevilla».[8]​ En 1473 consiguió el cargo de docente de Gramática y Retórica en la Universidad de Salamanca, y en ese mismo año se casó con Isabel Solís de Maldonado, según propia afirmación en sus Aenigma juris civilis: «Quiso la fatalidad que la incontinencia me precipitase en el matrimonio». Al casarse, la Iglesia le retiró su asignación económica y, como el sueldo de profesor de universidad no le daba para mantener a su familia, en 1487 abandonó Salamanca y entró al servicio del Maestre de Alcántara.[9]​ Así pudo consagrarse por entero a los estudios filológicos, que culminaron en su famosa Gramática, dedicada a la reina Isabel la Católica. En 1502 intervino como latinista en los trabajos de traducción de la futura Biblia políglota complutense, auspiciada por el cardenal Cisneros.

El lema Tanto monta, divisa personal de Fernando el Católico, le fue sugerido al monarca por Nebrija, aludiendo con él al nudo gordiano que, según la leyenda, haría dueño de Asia a quien fuese capaz de deshacerlo y que, finalmente, fue cortado por Alejandro Magno con su espada, añadiendo nada importa. Daba así entender que da lo mismo deshacerlo que cortarlo y que el monarca no se puede detener ante la dificultad. No fue hasta el siglo xix cuando se le añadió el segundo componente, Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando, en la creencia errónea de que la frase había sido utilizada como divisa por los Reyes Católicos para significar el equilibrio entre los reinos.[10]

Murió en Alcalá de Henares (en la actual provincia de Madrid), en 1522.[11]

Aunque Nebrija se basó en la obra de gramáticos latinos como Prisciano, Diomedes Grammaticus y Elio Donato, sus propias ideas le llevaron a discrepar de ellos en algunos puntos. Además, Nebrija consideraba que la gramática era la base de toda ciencia. Para Nebrija, la gramática se dividía en: ortografía, prosodia, etimología y sintaxis. Esta división ha perdurado hasta la Edad Moderna. E igualmente otra distinción nebrijana perdura hasta recientemente: aquella que considera que las partes de la oración son ocho: nombre, pronombre, artículo, verbo, participio, preposición, adverbio y conjunción, y en sus notas añade gerundio y nombre participial infinito.

Nebrija considera al latín como lengua superior a las otras, y por ello, cuanto más se acerca una lengua al latín, más perfecta es. Esto hace que su gramática castellana sea una gramática a la manera latina. Sin embargo, la originalidad de Nebrija es patente, trayendo auténticas innovaciones en su género, mucho antes que el resto de lenguas vulgares. Intuyó además el origen de la lengua castellana a partir de un latín corrompido traído por los godos e influido por otras lenguas.

Su obra tuvo gran influencia en el mundo universitario, español y europeo, siendo una de las cumbres del humanismo en España. Recoge el legado clásico para revitalizar el estudio de las lenguas vivas. Pero la hazaña a la que debe una posición de primer orden en la historia, es haber compuesto la primera Gramática castellana (1492), primera también entre las gramáticas románicas, a las que servirá de modelo.[12]​ Nebrija redactó su gramática en la localidad extremeña de Zalamea de la Serena[13]

Nebrija veía la lengua castellana como un factor unificador de los diversos territorios de los Reyes Católicos, del mismo modo que figuras florentinas como Cristoforo Landino o Lorenzo de Medici habían defendido que la lengua toscana serviría para unificar Italia. De ahí la conocida frase de Nebrija en su Gramática diciendo que "siempre la lengua fue compañera del imperio".[14]

Además de sus logros filológicos, Nebrija fue crucial para llevar la imprenta a Salamanca, pues el segundo libro que se publicó en esta ciudad fueron sus Introductiones, y puede que dirigiera también la imprenta, situación que se intentó encubrir, porque los negocios mercantiles habrían sido incompatibles con su puesto académico. No obstante, tanto su hijo Sancho de Nebrija[15]​ como su nieto Antonio de Nebrija se hicieron impresores, y la mayoría de los incunables publicados en Salamanca fueron de Nebrija o de autores de su círculo. Esa primera imprenta de Salamanca estaba situada en la, desde entonces llamada, calle de Libreros. Asimismo, fue el primer autor en reclamar derechos de autor en España y el mundo occidental, mucho antes que el Estatuto de la Reina Ana de 1709 del Reino Unido o las disputas de 1662, en las que interfirió la Unión de las Coronas.

Su labor como impresor fue continuada por tres generaciones, que detentaron el privilegio de impresión de las obras del ilustre gramático.[16]

Demostró sus conocimientos de hebreo en su obra De literis hebraicis (1515), primeras transcripciones fonéticas del hebreo al latín y al castellano. Sus interpretaciones de la Biblia a partir de los originales hebreos y griegos y no del latín, con apoyo de otros hebraístas de orígenes judíos, le creó numerosos problemas con las autoridades eclesiásticas y académicas de Salamanca y, posteriormente, Alcalá. De hecho, tras la muerte de su protectora, la reina Isabel de Castilla, Nebrija fue procesado por la Inquisición para que no prosiguiese sus estudios filológicos con los que se proponía devolver los textos bíblicos a su estado original, libre de interpolaciones, contando para el caso del Antiguo Testamento con la ayuda de los rabinos, en tanto la Inquisición quería arrebatar esa tarea a los filólogos y dejársela a los teólogos, aunque, según argumentaba Nebrija, casi ninguno sabía hebreo.[17]

El inicio del proceso inquisitorial del Tribunal del Santo Oficio contra Nebrija fue dirigido por el Inquisidor General Diego de Deza, contrario a las tesis de Nebrija favorables a traducir e interpretar la Biblia desde los originales. Si se cerró, sin que Nebrija llegase a pisar las cárceles inquisitoriales, pudo deberse a que en 1507 Francisco Jiménez de Cisneros sustituyó a Deza al frente del tribunal. A Cisneros dirigió Nebrija su Apología, editada por Arnao Guillén de Brocar en Logroño, probablemente en el verano de 1507.[18][19]

Póstumamente se publicaron:

Nebrija escribió además obras menores sobre pedagogía, pesas, medidas, numeración, cosmografía, teología, medicina, derecho, etc.

Entre los especialistas en Antonio de Nebrija en español cabe citar a Antonio Fontán, autor de un celebrado libro titulado Antonio de Nebrija Príncipe de los humanistas españoles, Félix G. Olmedo, Pedro Lemus y Rubio, Eugenio de Bustos Tovar, Carmen Codoñer, Miguel Ángel Esparza Torres, Juan Antonio González Iglesias, José J. Gómez Asencio, Antonio Quilis, Hans-Josef Niederehe, Francisco Rico, Emilio Ridruejo y Alonso Zamora Vicente.

En la Universidad de Cádiz, el principal grupo de investigación de Humanismo y Tradición Clásica, dirigido por el Prof. José María Maestre Maestre, se denomina, precisamente, “Elio Antonio de Nebrija”.

En España hay varias instituciones con el nombre de Nebrija, en honor al humanista, vinculadas al sector de la educación y la cultura. La Universidad Complutense cuenta con un Colegio Mayor Antonio de Nebrija, fundado en 1951.[20]

Desde 1987 existe en Madrid la Fundación Antonio de Nebrija, origen de la Universidad Nebrija, creada en 1995. Es la única universidad en el mundo que lleva el nombre de Nebrija y, además de en España, está presente con sus Institutos Nebrija en América Latina, Yakarta (Indonesia) y Nankín (China). También en Madrid hay un Centro de Estudios Hispánicos Nebrija dentro de los Institutos Nebrija,[21]​ así como las Residencias Nebrija en tres localizaciones en Madrid, para estudiantes universitarios.[22]

En Alcalá de Henares existe un CEIP Antonio de Nebrija, en la localidad donde vivió y murió el célebre gramático.[23]​ Además, en Móstoles hay un colegio de enseñanza secundaria.[24]​ También en Madrid hay un Colegio Nebrija Rosales.[25]​ En Lebrija (Sevilla) hay un Colegio Antonio de Nebrija, surgido de un antiguo Instituto de Enseñanza Media fundado en 1946.[26]​ Y otro de igual nombre en la Región de Murcia, en una pedanía del municipio de Murcia llamada Cabezo de Torres.[27]​ En Zalamea de la Serena, localidad extremeña en donde Nebrija residió unos años y escribió parte de su Gramática castellana, un instituto de secundaria lleva su nombre.[28]

En La Coruña existe un Centro de Formación Profesional Nebrija [29]​ y en As Pontes, en la misma provincia gallega, existió un Colegio Nebrija (fundado en 1950), ya cerrado. Cesó su actividad en 2002.[30]​ Desde 1972, existe en Jerez de la Frontera un Colegio de Educación Infantil y Primaria llamado Antonio de Nebrija Jerez.[31]

También funciona en España una Asociación Cultural Nebrija,[32]​ así como un corpus digital sobre Nebrija y una web de divulgación cultural llamada Corpus Nebrissense creada en 2011 por Pedro Martín Baños.[33]​ En 2016 se creó en Lebrija, su localidad natal, la Fundación V Centenario Elio Antonio de Nebrija con el fin de promover el V Centenario de la muerte de Nebrija, en 2022.[34]

En España hay calles con el nombre de Nebrija en Lebrija, Salamanca, Valladolid y Alcalá de Henares.

En Estados Unidos, al sur de Los Ángeles (California), en Misión Viejo, en Orange County, hay una calle llamada Nebrija Street, que comunica la calle Azorín con la calle El Greco, como un homenaje hispánico de esta localidad californiana fundada como ciudad en 1960 en el lugar de la Misión de San Gabriel, que los eclesiásticos españoles fundaron en 1771.

En Hermosillo (Sonora, México) existe una Residencia Nebrija, que funciona como una residencia de ancianos, en la calle Puerta del Real. También en México, en Chihuahua, se bautizó en memoria del gramático una calle Nebrija, que comunica la calle L. Von Ranke con la calle Pedro de Oliveira. En Cuenca (Ecuador) existe una calle Nebrija, junto al parque Bilbao.



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