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Archivo Nacional de Colombia



El AGN es una entidad del orden nacional adscrita al Ministerio de Cultura, encargada de la organización y dirección del Sistema Nacional de Archivos -SNA, de regir la política archivística en nuestro país y de custodiar, resguardar y proteger el patrimonio documental que conserva. [1]

El Archivo General de la Nación es el Archivo Nacional de Colombia. Es un establecimiento público del gobierno nacional colombiano que promueve la conservación y consulta del legado documental nacional y ponerlo al servicio de la comunidad. Es la cabeza del Sistema Nacional de Archivos y está adscrita al Ministerio de Cultura.[2]​ Su sede en Bogotá es una edificación inaugurada el 1 de septiembre de 1992. Es obra del arquitecto Rogelio Salmona, quien fue premiado en la Bienal de Arquitectura de 1994.

Reúne documentos de todos los períodos de la historia de América (desde la Conquista hasta el presente) procedentes no sólo de Colombia sino también de los territorios que conformaron la Nueva Granada o, posteriormente, la Gran Colombia como Venezuela, Ecuador y Panamá. También hay documentos provenientes de América Central, Perú y Chile. Su fondo "Negros y Esclavos" fue distinguido por la Unesco como parte del programa Memoria del Mundo.[3]

Desde los comienzos de la República de Colombia se iniciaron los trabajos de la archivística nacional, como lo ilustra la instrucción archivística de 1826 que fue preparada por don José Manuel Restrepo, primer secretario del Interior de Colombia y también el primero de sus historiadores. En efecto, la instrucción del secretario Restrepo para la organización de los archivos de la Secretaría del Interior, dada el 25 de marzo de 1826, ya observaba el principio de procedencia institucional: para empezar, la organización de los legajos debía respetar la diferenciación de las cuatro entidades administrativas distintas de la experiencia republicana acumulada hasta entonces: el gobierno constitucional de Colombia comprendido entre 1821 y 1826, el gobierno venezolano del exilio de Guayana (1817-1819), y los dos gobiernos de las vicepresidencias de los departamentos de Cundinamarca y Venezuela (1819-1821). Del mismo modo, la división y la ordenación de los papeles del archivo de la Secretaría del Interior reflejarían sus tres secciones del despacho, cada una con cuatro departamentos.

Todos los funcionarios públicos fueron responsabilizados del cuidado de los archivos que producían en sus respectivas oficinas, los documentos tenían que ser clasificados y ordenados cronológicamente, y además tenían que ser indizados. Las carpetas y los legajos fueron seleccionados como las unidades contenedoras de los documentos, y el flujo documental tenía que terminar en el archivo general de la secretaría del despacho ejecutivo. Ya se había establecido que los archivos eran la fuente útil para la escritura de la historia de la nación colombiana, de lo cual dio el mejor ejemplo el mismo secretario Restrepo con su Historia de la revolución de la República de Colombia, publicada en 1827. El cuidado de la documentación fue advertido con un sistema de registro de préstamos entre las distintas dependencias.


Al disolverse la República de Colombia en 1830, las tres secretarías del despacho ejecutivo del Estado de la Nueva Granada heredaron los archivos de las cinco secretarías que habían funcionado durante la década de la República de Colombia, según los asuntos correspondientes a las nuevas secretarías del Interior y Relaciones Exteriores, Hacienda, Guerra y Marina. Las administraciones granadinas conservaron entonces tres archivos generales propios, cada uno con su propio archivero.


La República de la Nueva Granada heredó de la época indiana dos grandes archivos: el de la Secretaría General del Virreinato y el de la Real Audiencia de Santafé. Estos dos archivos quedaron en sus depósitos originales, situados en el Palacio Virreinal de la esquina suroriental de la plaza de Bogotá y en la esquina suroccidental de la misma, corte de la Real Audiencia. Terminaron bajo la custodia del intendente de Cundinamarca y después del gobernador de la provincia de Bogotá. Durante la década de 1840 el gobierno firmó un contrato con un señor Díaz Ospina para el arreglo del archivo de la Secretaría General del Virreinato, y el señor Francisco Malo propuso la firma de otro contrato para el arreglo del archivo de la Real Audiencia, que permanecía en su casa original. Los inventarios de estos dos archivos formaban quince cuadernos a finales de 1847, cuando la Gobernación de la provincia de Bogotá trasladó desde sus depósitos originales los dos archivos hacia la casa del Tribunal superior del distrito de Cundinamarca. Un grupo de soldados fue empleado para este traslado, “desde la casa de la extinguida Audiencia”, quienes “sin orden i en los cantos de las ruanas o cobijas trajeron los legajos [del archivo del Virreinato] i los arrojaron al suelo en la pieza baja en que están, sobre tablas”, mientras que el archivo de la Real Audiencia fue colocado en tres piezas del segundo piso, mezclado con las causas civiles y criminales del Tribunal.


El 1850 el presidente del Tribunal se quejó de la humedad que estaba afectando al archivo del Virreinato que estaba en el suelo del primer piso, sobre tablas, y pidió remediar esta situación. Durante el mes de septiembre fue entonces trasladado el archivo “de la escribanía de gobierno del antiguo Virreinato de Santafé” a la Casa de Moneda para su custodia y mejor conservación. En ese momento se contaron “mil treinta y siete legajos de papeles, algunos de ellos podridos, según parece por la humedad del lugar en que se custodiaban”.


El traslado del archivo de la Secretaría del Virreinato a la Casa de Moneda puso al descubierto que ocho cuadros habían llegado al Tribunal de Cundinamarca entre el archivo de la Real Audiencia, los cuales provenían de la capilla que había existido en la casa de la Real Audiencia, por entonces en ruinas. El Tribunal quiso quedarse con ellos, pero el secretario de Gobierno de la República de la Nueva Granada exigió su entrega para destinarlos al acervo del Museo Nacional. Se trataba de un cuadro de san Isidro Labrador, de cuerpo entero y con marco dorado; un cuadro de san Miguel, de cuerpo entero y con marco dorado; un cuadro más pequeño de san Cristóbal, con marco dorado; un cuadro de San Sebastián en su martirio, con marco dorado, un cuadro pequeño con el escudo de armas de los reyes de España y tres retratos de esos reyes: Carlos V, con marco de madera; Felipe II, con marco de madera, y Felipe III con medio marco de madera, sin color. Esta pinacoteca de la capilla de la Real Audiencia efectivamente fue entregada al portero de la Secretaría de Gobierno, con destino al Museo Nacional.

La integran los fondos más antiguos del Archivo. Ofrece información variada, completa y rica sobre el Nuevo Reino de Granada, y documentos relativos a las actuales repúblicas de Panamá, Venezuela y Ecuador.


Está dividida en 62 fondos, organizados temáticamente entre los que encontramos algunos como Curas y Obispos, Caciques e Indios, Médicos y Abogados, Negros y Esclavos, etc. y cronológicamente la documentación se extiende desde 1543 hasta 1893, está organizado cronológicamente irregular.

Esta sección reúne valiosa documentación para la historia de la cartografía, la arquitectura, la heráldica y la genealogía en el país. Algunos mapas y planos elaborados durante los siglos XVI a XIX provienen de diversos estamentos administrativos del Nuevo Reino de Granada, así como de algunos particulares. Estos testimonios gráficos, que en algunos casos eran parte integrante de los expedientes que conforman el acervo documental que custodia el Archivo General de la Nación, fueron desglosados de sus legajos para ser anexados a la Sección Mapas y Planos.


Otras piezas cartográficas, donadas por la Biblioteca Nacional, se incluyen en esta Sección. También forma parte de la misma un conjunto de impresos donados por personas particulares y por algunas entidades oficiales (Ministerio de Relaciones Exteriores, Instituto Geográfico Agustín Codazzi), y por empresas comerciales especializadas en la navegación aérea y el turismo.


Este material gráfico nos informa acerca de asuntos tales como acueductos, asentamientos, batallas navales, correos, edificios de cajas reales, caminos, canales fluviales y marítimos, fabricación de aguardientes, hospitales, cementerios, colegios, edificios civiles, ejidos, casas de moneda, estancias, ferrocarriles, fronteras, fuertes, genealogías, grupos indígenas, iglesias, ríos, molinos, minas, pueblos, puertos, resguardos, rutas de viaje, salinas, salitres, tabacos, tierras realengas, torres, venta de tierras, villas y volcanes, la documentación presenta un orden cronológico irregular, y se encuentra destruida en ocho mapotecas.

La Biblioteca Especializada del Archivo General de la Nación tuvo origen en el antiguo Archivo Nacional, por el impulso que le imprimiera hacia el año 1935 Eduardo Zalamea Borda, siendo Director de la institución.  Su acervo está conformado fundamentalmente por más de 20.000 publicaciones sobre historia y archivística que están a disposición del público en el Archivo General de la Nación de Colombia a través de su biblioteca especializada. Este espacio de consulta permanente cuenta con: Colección de Referencia, Colección General, Colección de Publicaciones Seriadas, Colección de Folletos y Documentos, Colección de Material Audiovisual, entre otras.



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