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Arte rupestre del arco mediterráneo de la península ibérica



El conjunto del arte rupestre del arco mediterráneo en la península ibérica es un bien cultural perteneciente al Patrimonio de la Humanidad, según declaración de la Unesco en el año 1998.[1]​ Se trata de un conjunto de yacimientos de arte rupestre en la mitad oriental de España, que destaca por el elevado número de lugares que presentan este tipo de arte, la mayor concentración de Europa. Su denominación alude a la cuenca del mar Mediterráneo: mientras que la mayoría de yacimientos están situados próximos al mar Comunidad Valenciana y Cataluña, muchos de ellos están en el interior, en comunidades como Aragón o Castilla-La Mancha.

El final de este arte fue más o menos contemporáneo con el arte neolítico esquemático, estando situado cronológicamente entre más o menos el 10 000 a. C. hasta la aparición de los primeros objetos de cobre (Calcolítico) en torno al 4500 a. C. La expresión también creencial de los pueblos agricultores y ganaderos es radicalmente distinta a la de los grupos predadores autores del arte del arco mediterráneo, con fundamentos en la abstracción, como se puede verificar en las coincidencias espaciales que se producen en algunos territorios de ambos.

Se descubrió por primera vez en Teruel en 1903. Juan Cabré fue el primero que estudio este arte, definiéndolo como un arte paleolítico regional. Luego se consideró que sería un arte paralelo a las pinturas de grupos paleolíticos encontradas dentro de cuevas. En ese caso sería llevado a cabo por un supuesto grupo capsiense proveniente del norte de África. Beltrán fue el primero en situar el inicio de este arte en grupos epipaleolíticos o mesolíticos, situando su apogeo en época neolítica. Aceptada su edad pospaleolítica, E. Ripoll realizó en la década de los sesenta un nuevo esquema cronológico, dividiendo el arte en cuatro etapas: naturalista, estilizada estática, estilizada dinámica y una última fase de transición al esquematismo.

El arte levantino se expresa fundamentalmente en pinturas, mostrando temas de la vida cotidiana con figuras representadas de forma estilizada. No hay jerarquía en las escenas. Se ve el intento del pintor de colocar los elementos de su pintura en el espacio. Un ejemplo claro de este arte es "Los danzantes de Cogul" en el que puede verse cómo se representa el movimiento.

La figura humana (antropomorfismo) que es escasa en el Arte Paleolítico adquiere en el Arte Levantino una gran importancia. De esta forma se puede ver con cierta frecuencia que es el tema principal, y cuando aparece en la misma escena que los animales se ve claramente que es la figura humana. Existen escenas de personas ejecutando labores comunes de ese periodo como son: la caza, las danzas, luchas, ejecutando tareas agrícolas, de domesticación de animales, de recolección de miel, etc. En la representación del cuerpo humano existen dibujos de cabezas con ciertas características: las piriformes y las semiesféricas y ovoides. Se representan desnudos por lo menos del tórax y algunas veces con una especie de pantalones. En algunas ocasiones se suele ver el sexo y hay representaciones fálicas.

Los instrumentos representados en las ilustraciones suelen ser flechas, palos, carcajes y bolsas. Estos objetos aparecen siempre asociados a la figura humana. La vegetación es muy poco tratada en el arte levantino.

Suele ser protagonista la naturaleza y sobre todo la fauna (zoomorfismo) que es objeto de representación, se puede averiguar de algunas pinturas cómo existe una corresponencia con algunas de las especies actuales: cérvidos, cápridos (es el animal más representado en las ilustraciones), bóvidos (son muy dudosos y casi son una interpretación), que bien aparecen solos o agrupados en manadas. Rara vez se han representado cánidos y estos aparecen ayudando en una escena de caza (Barranc de la Palla). La representación de los animales es muy curiosa en la que los animales se suelen trazar de perfil pero con los astas y las pezuñas de frente.

El conjunto del arte rupestre del arco mediterráneo abarca yacimientos desde los Pirineos hasta la provincia de Granada, en territorio de las comunidades autónomas de Cataluña, Aragón, Castilla-La Mancha, la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía. Había sido declarado Bien de Interés Cultural en 1985. Una de las poblaciones donde las pinturas rupestres se encuentran en mejor estado es en Ulldecona, provincia de Tarragona. En Ulldecona se encuentran también el conjunto más grande de pinturas rupestres de toda Cataluña. Esta pequeña población de gran historia ubica un centro de Interpretación de Arte Rupestre de última tecnología.

Se suele encontrar en abrigos rocosos (protegidos por una cornisa natural) y no en cuevas de escasa profundidad en los que la luz del sol puede llegar a penetrar sin dificultad. No existe una preferencia clara sobre el lugar donde se representa: puede ser en la parte media o alta de cualquiera de los abrigos. Por su situación en general estos yacimientos tiene una mala conservación.

Se trata de un conjunto de 758 abrigos rocosos, cuevas, covachas o barrancos[2]​ (según listado de la Unesco) en los que se ha encontrado alguna representación figurativa que van desde trazos geométricos a escenas de caza, recolección, danza o guerra incluyendo figuras humanas y de animales.

Los yacimientos se distribuyen geográficamente de la siguiente manera entre 16 provincias en las 6 comunidades autónomas ya mencionadas:

La Comisión de Cultura del Parlamento de Andalucía aprobó el 25 de mayo de 2006 solicitar la inclusión del arte rupestre de las provincias de Málaga y de Cádiz como parte del arte rupestre del arco mediterráneo de la península ibérica.



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