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Artemisia absinthium



Artemisia absinthium (en latín medieval aloxinus),[cita requerida] llamada comúnmente ajenjo, asensio, ajorizo, artemisia amarga o hierba santa, es una planta herbácea medicinal, del género Artemisia, nativa de las regiones templadas de Europa, Asia y norte de África. Conocida desde muy antiguo ya por los egipcios, transmitida después a los griegos, esta hierba ha sido denominada la «madre de todas las hierbas» en la obra Tesoro de los pobres[1]​ dadas sus múltiples aplicaciones curativas. Se utiliza como tónico, febrífugo y antihelmíntico, así como en la elaboración de la absenta y del vermut.

Es una planta perenne herbácea, con un rizoma leñoso y duro. Los tallos son rectos. Crece entre 80 a 120 cm (raramente 150 cm), y es de coloración verde plateada. Las hojas, dispuestas de forma espiralada, son de color verde grisáceo por el anverso y blancas en el reverso, cubiertas de pelillos blanco plateados, con glándulas productoras de aceite; las hojas basales son de hasta 25 cm de longitud, bi a tripinadas con largos peciolos, con hojas caulinares (sobre el tallo) más pequeñas, de 5 a 10 cm de largo, menos divididas, y con cortos peciolos; las hojas superiores pueden ser simples y sésiles (sin pecíolo). Las brácteas involucrales son gris verdoso, densamente pubescentes. Sus flores son amarillo pálido, tubulares, y en cabezas (capítulos), y a su vez en panículas hojosas y con brácteas. La floración se da de principios de verano a principios de otoño; la polinización es anemófila. El fruto es un pequeño aquenio de 0,5 mm, más o menos cilíndrico, algo curvado, con nervios oscuros, glabro y brillante; vilano ausente, siendo la dispersión de las semillas por gravedad.[2]

Se puede encontrar en casi toda Europa y el Magreb occidental, ya que originalmente se distribuyó desde Europa Occidental hasta Asia Central.[3]​ Y en la actualidad es posible encontrarla en casi todo el mundo debido a la poca dificultad de su cultivo.

En España se cría en toda la mitad meridional de la península, y más puntualmente en las provincias de Valencia, Murcia y Granada (Sierra Nevada).[4]​ Como esta planta ha sido muy cultivada antaño, se pueden encontrar grandes superficies con ejemplares de esta especie.

Está naturalizada en gran parte de EE. UU. .

Nicholas Culpeper insistió en que el ajenjo era la clave para entender su libro de 1651, The English Physitian. Richard Mabey describe la entrada de Culpeper en esta planta de sabor amargo como "corriente de la conciencia" y "a diferencia de cualquier otra cosa en la hierba", la lee, "como las divagaciones de un borracho", y el biógrafo de Culpeper, Benjamin Woolley, sugiere la pieza puede ser una alegoría sobre la amargura, como Culpeper había pasado su vida luchando contra el Establishment, y había sido encarcelado y gravemente herido en la batalla como consecuencia de ello.[5]

William Shakespeare menciona el ajenjo en su obra Romeo y Julieta, acto 1, escena 3, en que la nodriza recuerda: «pues entonces yo había puesto ajenjo en mi teta» para destetar con su sabor amargo a Julieta, que tenía tres años.

León Tolstói menciona el ajenjo en su obra Guerra y Paz, en el capítulo III del epílogo. En este pasaje muestra el ajenjo como un cosmético: «... o cuando, (Nicolás Rostoff), muy perfumado de menta y ajenjo silvestre, exclamaba restregándose las manos: "Otro día como este y la cosecha quedará recogida"».

Artemisia absinthium se utiliza tradicionalmente medicinalmente en Europa, y se cree que estimula el apetito y alivia la indigestión.[6]

Artemisia absinthium fue descrita por Carlos Linneo y publicado en Species Plantarum 2: 848. 1753.[7]

Hay dos teorías en la etimología de Artemisia: según la primera, debe su nombre a Artemisa, hermana gemela de Apolo y diosa griega de la caza y de las virtudes curativas, especialmente de los embarazos y los partos. Según la segunda teoría, el género fue otorgado en honor a Artemisia II, hermana y mujer de Mausolo, rey de la Caria, 353-352 a. C., que reinó después de la muerte del soberano. En su homenaje se erigió el mausoleo de Halicarnaso, una de las siete maravillas del mundo. Era experta en botánica y en medicina.[8]

absinthium: nombre latino que significa "absenta, sabor a absenta".[9][10]

El ajenjo crece sin dificultad en suelos pobres y arenosos así como en lugares secos y soleados. Crece espontáneamente en campos sin cultivar, en lomas áridas, y rocosas. Crece muy bien en suelos fértiles, no muy pesados. Prefiere suelo rico en nitrógeno. Se propaga por gajos entre marzo y octubre en climas templados) o por semillas en camas de siembra.

Las semillas de esta planta son muy pequeñas por lo que se deben ubicar en lugares donde no sean levantadas por el viento o arrastradas por la lluvia. Por esta razón se cubren mínimamente con un poco de tierra. Este tipo de planta se puede reproducir mediante esqueje de las raíces. Para el cuidado de su cultivo la planta se debe fertilizar en pequeñas cantidades al menos una vez al año.

Se utiliza como planta medicinal, y la propiedad más importante es la aperitiva.[12]​ El ajenjo en las regiones de Huancavelica y Junín en Perú se utiliza para los cólicos o dolor de estómago.[cita requerida]

La planta contiene del 0,2 al 0,5 por ciento de una esencia de color verdoso o azulado (dependiendo de sus características) y con un fuerte sabor amargo, y el principal componente es la tuyona, soluble en alcohol, pero no en agua. La planta tiene otro compuesto denominado la absintina, una sustancia amorfa de color amarillo, poco soluble en alcohol pero sí en agua.

El característico olor se usa contra pestes. Antiguamente era utilizado como insecticida contra la polilla, que ataca a la ropa. Tiene secreciones de sus raíces, ejerciendo un efecto inhibidor sobre el crecimiento de plantas cercanas. Es muy útil como repelente de insectos, pero no alcanza con plantar sobre el borde de un área de cultivo.

Es una de las principales plantas en la elaboración del célebre licor de ajenjo o absenta y del vermú (el nombre de esta bebida proviene del nombre que recibe la planta en alemán, Wermutkraut[13]​).

La A. absinthium procura el sabor y principio psicoactivo (tuyona) del ajenjo o absenta, bebida que, hoy día es ilegal en diversos países. Es un potente neurotóxico que, en grandes cantidades es adictivo y, al final, mortal.[2]

En 1890, el "hada verde", como era llamada la bebida de ajenjo o absenta, se extendió por toda Europa, Estados Unidos y América del Sur, principalmente en Chile y Argentina, donde se consumía profusamente. Fue muy consumida en los cafés de París y de otras ciudades.

En el Norte de África reemplaza a la menta o hierbabuena durante el invierno para la preparación del té verde.



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