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Así habló Zaratustra (poema sinfónico)



Así habló Zaratustra, op. 30 (título original en alemán Also sprach Zarathustra) es un poema sinfónico compuesto por Richard Strauss en 1896. El autor se inspiró en la obra homónima del filósofo Friedrich Nietzsche. El estreno tuvo lugar el 27 de noviembre de 1896 en Frankfurt[1]​ y desde entonces ha formado parte del repertorio clásico.

La fanfarria inicial, titulada "Amanecer" en las notas al programa del compositor,[2]​ alcanzó gran popularidad con su uso en la película 2001: Una odisea del espacio de 1968 de Stanley Kubrick.[3]​ A esta célebre inclusión de Así habló Zaratustra en el cine, le siguieron muchas otras tanto en el ámbito cinematográfico y televisivo como en otros muy diversos.

Según Steninitzer las fechas de composición de la pieza son desde el 4 de febrero hasta el 24 de agosto de 1896. Se ha conservado hasta nuestros días una copia manuscrita de la partitura completa, que se encuentra en Garmisch. Conforme a Schuh, en dicha copia Strauss escribió "Empezada el 4 de febrero de 1896, cumpleaños de mi amada Paula". Por su parte, Franz Trenner, autor del catálogo más reciente de Richard Strauss, proporciona la inscripción "Empezada el 4 de febrero, completada el 24 de agosto de 1896, Múnich".[4]​ En la correspondencia intercambiada con Cosima Wagner, Strauss informa oficialmente a Cosima acerca de su trabajo en un poema sinfónico que llevará por título Also sprach Zarathustra. En su contestación Cosima le dice que no conocía el libro de Nietzsche y que había pensado en un primer momento que era una broma, pero que no duda que algo habrá en el libro que haya servido de inspiración. El 7 de septiembre de 1896 escribe a su amigo Max von Schillings contándole que la obra, cuya partitura completa contiene 108 páginas, había sido terminada hacia finales de agosto.[4]

La inspiración para este poema sinfónico se encuentra en el libro Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie escrito por el filósofo Friedrich Nietzsche entre 1883 y 1885. Strauss ya había entrado en contacto y había explorado la obra de Nietzsche durante la composición de la ópera Guntram de 1894.[5]

La obra fue estrenada el 27 de noviembre de 1896 en Frankfurt por la orquesta de la ciudad de Frankfurt.[1]​ En el mismo concierto se interpretaron otros dos poemas sinfónicos: Prometeo de Liszt y Rosmersholm de Gustav Brecher.[6][7]​ Strauss escribió en una carta a Pauline sus impresiones tras el ensayo general para el estreno:

El 30 de noviembre Arthur Nikisch dirigió la presentación de la obra en Berlín donde tuvo una gran acogida. El propio compositor dirigió la tercera interpretación de la pieza en Colonia.[6]

Como la mayoría de los poemas sinfónicos de Strauss, Así habló Zaratustra emplea unos enormes efectos orquestales. Sin embargo, proporciona un contraste con respecto a otras obras de Strauss con más fuerza narrativa en su despliegue de la orquesta llevado a cabo de una manera más hábil y sutil. Aquí los motivos transformables breves ocupan el lugar de las largas y sinuosas melodías que surgen en obras como Una vida de héroe de 1898. La relativa concisión de su material musical sugiere el intento por parte del compositor de reflejar la naturaleza y el carácter de su fuente literaria.[8]

Una representación típica dura unos cuarenta minutos. En alguna ocasión se ha sugerido que esta obra contiene aspectos de las formas de sonata y rondó, pero ningún análisis estructural es sostenible sin hacer referencia al texto de Nietzsche.[8]​ Se divide en nueve secciones interpretadas en tres momentos diferenciados. Strauss denominó las secciones en función de capítulos seleccionados del libro:

Tema universalmente conocido, expuesto al principio por la trompeta. Representa la salida del sol (Sonnenaufgang) y juega con los modos mayor y menor. Termina con una afirmación del acorde de do mayor en el que el órgano se queda solo.

Aproximadamente al minuto y medio. Se inicia con una cita del Credo in unum Deum gregoriano. Inmediatamente después de la introducción comienzan los contrabajos en trémolo, luego la trompa brinda una antesala a violas y violonchelos quienes van transmitiendo el tema a toda la cuerda. Tras un intenso momento vuelve la calma y el tema muere con un pequeño solo de la viola.

Aproximadamente al minuto 5:00. El arpa con un arpegio y un fino acorde de violines muestran un cambio repentino de la obra. Luego el corno inglés intenta recordar el tema de la introducción. Una abrupta intromisión de los contrabajos rompe la tensión y contagia la orquesta entera, se advierte la participación activa del órgano. La trompeta reexpone el tema de la introducción y se da una serie de trémolos ascendentes desde los contrabajos hasta los violines que culminan en una potente escala del piccolo.

Aproximadamente al minuto 6:30. Después de la escala del piccolo, los violines en unísono con la trompa interpretan una larga melodía, mientras la orquesta tiende un tapete de agitación. Luego los violines se desprenden y continúan solos su camino hasta toparse con la enérgica intervención de los trombones, lo cual impulsa la resolución del episodio marcado por los trombones y algunos arpegios descendentes del arpa.

Aproximadamente al minuto 8:40. La atmósfera cambia, el oboe y después el corno inglés anuncian el nuevo episodio abriendo paso al solo del concertino, quien se funde con los demás violines interpretando una melodía en el registro agudo. Más adelante la orquesta entra en una escena sombría hasta llegar a un pianissimo. Un solo de clarinete anuncia el final del episodio que culmina con un solo de violonchelo.

Aproximadamente al minuto 11:00. Situados en un ambiente sombrío, los contrabajos inician una fuga lenta y en pianissimo, jugando con el tema principal de la introducción. Poco a poco violonchelos y fagot se integran a la fuga. La atmósfera sombría se mantiene hasta ser interrumpida por arpegios de arpa y los violines en el registro agudo. Un solo del corno inglés con el tema de la introducción reanima a la orquesta con un forte que culmina el episodio.

Aproximadamente al minuto 14:40. Un solo de trombón apoyado por violonchelos y contrabajos expone el tema de la fuga del episodio anterior, marcando así el inicio de este episodio con un intento de fuga. La agitación de la orquesta aumenta. Le sigue un tutti en fortissimo con el tema principal de la introducción de la obra. Acto seguido retorna un ambiente sombrío con el clarinete bajo y el contrafagot que dan paso a un juego de trinos en las maderas. Sobre ellos se enlazan una serie de diálogos entre el concertino y el violonchelo solista. A continuación una serie de unísonos y escalas de la cuerda marcan el final del episodio.

Aproximadamente al minuto 20:00. La trompeta expone el tema de la introducción sobre una serie de trinos en las flautas. Es un pasaje calmado, luego jugando con el tema de la trompeta la cuerda da paso al principal solo de concertino que tiene la obra. El concertino apoyado por su compañero de atril; dicho solo a doble cuerda, es una especie de vals o danza. Más adelante el tema es desarrollado por toda la orquesta con predominio del concertino. Un tutti en fortissimo da fin al episodio y lo enlaza con el siguiente.

Aproximadamente al minuto 28:00. Doce campanadas señalan el comienzo del episodio. Estas van siendo amplificadas por la orquesta que poco a poco va llegando a la tranquilidad al acercarse al final de la obra. Culmina con un solo agudo de violín y flauta, acompañado del pizzicato de los contrabajos. La obra termina en un murmullo, contraponiendo los acordes de do mayor 5 dis (Divinidad, en los metales) y si mayor (Humanidad, en las flautas y violines).

La obra está escrita para una gran orquesta:

Esta pieza aparece en un gran número de bandas sonoras de películas, programas de televisión, videojuegos, etc.; así como versiones hechas por artistas musicales de todo el mundo.[9]

Los mundialmente famosos primeros compases de la pieza se incluyeron en 1968 en 2001: Una odisea del espacio de Stanley Kubrick. Para el film se utilizó una grabación de la Filarmónica de Viena dirigida por Herbert von Karajan, hecha en 1959. No obstante, en el disco lanzado como banda sonora la grabación de Karajan fue sustituida por otra de Karl Böhm con la Filarmónica de Berlín, grabada sólo un año antes de la versión de Karajan. En 1996, un nuevo disco de la banda sonora del filme fue lanzado con la famosa versión de Karajan remasterizada. A esta célebre inclusión de Así habló Zaratustra en el cine, le siguieron muchas otras en películas pertenecientes en su mayoría al género de comedia:

Asimismo la pieza se puede escuchar en muchos otros videojuegos.



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